«Va a colapsar, y cuanto más tarde, más duro será», alertó el economista palestino Tareq Sadeq, profesor de la Universidad Birzeit, al explicar la burbuja económica que crece en la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
"La gente perderá su casa, su automóvil y quizás su tierra por el estallido de la burbuja. Toda la economía se verá afectada y también la ANP, por lo que puede decirse que colapsará la propia ANP", dijo Sadeq a IPS.
La ANP informó que afronta una crisis de financiamiento. Depende de las donaciones para cubrir su presupuesto de 1.100 millones de dólares y tiene una escasez de liquidez de 500 millones de dólares.
"La economía palestina depende cada vez más y más de los salarios, y no solo el sector público. Alrededor de 70 por ciento de los trabajadores son empleados. Por lo tanto, no hay producción en la economía. La gente consume, consume y consume, y no hay producción", explicó.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) desestimó un pedido realizado a principios de julio por el gobierno israelí de 1.000 millones de dólares para financiar a la ANP. La economía de Cisjordania depende por entero de la asistencia internacional. En 2011, los donantes prometieron 1.000 millones de dólares, de los cuales solo dieron 800 millones.
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"Toda la economía está restringida a la asistencia financiera de los donantes internacionales, lo que acentúa más la vulnerabilidad de la economía palestina", apuntó.
El primer ministro Salam Fayyad impulsó el desarrollo económico y las inversiones en el sector privado para asegurar la independencia. La mayoría de los organismos internacionales y gobiernos elogiaron su enfoque, destacando que una prueba del éxito era el crecimiento del producto interno bruto (PIB), de 7,7 por ciento entre 2008 y 2011.
En su plan de desarrollo 2011-2013, titulado "Creando el Estado, construyendo nuestro Futuro", la ANP estimó que el PIB aumentará 12 por ciento en 2013.
Pero un informe del Banco Mundial, divulgado el 25 de julio, concluyó que la economía palestina no es sostenible.
"La ANP realizó avances sostenidos en muchas áreas para crear las instituciones que requerirá el futuro Estado, pero la economía no está lo suficientemente fuerte para respaldarlo", señaló John Nasir, uno de los principales autores del estudio "Hacia la sostenibilidad económica de un futuro estado palestino: promoviendo el crecimiento a instancias del sector privado", en una declaración que anticipa los resultados del mismo.
Eliminar las restricciones de acceso al mercado y a los recursos naturales es el primer paso necesario para expandir el sector privado palestino y que la ANP deje de depender de la asistencia extranjera, según el informe.
"Esto ha estado frente a nuestras narices desde el inicio del proceso de Oslo: uno puede ver claramente que la economía no es sostenible", opinó el empresario palestino- estadounidense Sam Bahour. De acuerdo con su experiencia, el mayor obstáculo al desarrollo económico es el control israelí sobre el capital humano de Palestina.
"Si en el sector privado pregunta cuál es el mayor problema, le dirán que no podemos encontrar la gente que necesitamos. Como Israel controla todos los puntos de entrada y de salida, y no solo de mercancías, sino también de personas, básicamente regula el ritmo de nuestro desarrollo mediante el bloqueo de recursos humanos", dijo Bahour a IPS.
Israel y los representantes palestinos firmaron el Protocolo de París en abril de 1994 en el marco de los Acuerdos de Oslo, un convenio suscrito en 1993 que detalla relaciones y responsabilidades entre ambos, y que también dio a luz a la Autoridad Nacional Palestina.
El Protocolo de París creó un marco de relaciones económicas entre las partes. Desde entonces, Israel recauda las tasas a los productos importados a los territorios palestinos y transfiere los fondos a la ANP.
Asimismo, se concedió a la ANP autoridad para adoptar impuestos de forma directa e indirecta a fin de crear una política industrial, crear cargos públicos y una autoridad monetaria. Pero el comercio palestino con otros países quedó en manos de los puertos israelíes o de los puestos fronterizos controlados por el Estado judío, lo que continúa causando pérdidas económicas significativas.
Según Bahour, el control de Israel sobre el mercado palestino y las dificultades económicas y sociales resultantes para la población llevó a lo que él llama la "americanización de la población palestina".
"Cuando la economía se resiente, la participación de los donantes es básicamente de dominio y conducción de la economía, y la población se endeuda cada vez más, la gente se vuelve muy individualista y se propone hacer lo mejor por su propia cuenta", explicó Bahour.
La tasa de desempleo en Cisjordania en el primer trimestre de este año fue aproximadamente de 20 por ciento, según el Buró Central de Estadísticas de Palestina.
El organismo también señala que un cuarto de los palestinos de Cisjordania, donde residen 2,6 millones de personas, vivían en la pobreza en 2011, mientras que 13 por ciento lo hacía en condiciones de extrema pobreza.
Las autoridades palestinas deben ser concientes de lo que significa construir una economía bajo ocupación y cambiar su política para aliviar el peso económico que cargan muchas familias, según Tareq Sadeq.
"La brecha aumenta. Hay frustración en la calle, pero lo que a la gente le importa es no perder. Quieren cobrar, mantener sus casas y las cosas que compraron", apuntó.
"La economía palestina sufre una ocupación. Tenemos que diseñar nuestras propias políticas de desarrollo bajo la ocupación y pensar cómo ayudar a la gente a sostenerse, quedarse en sus tierras y resistir la ocupación", añadió Sadeq.