Salou Bandé se enorgullece de poder dar clases en la única aula existente en la aldea de Bénnogo, 90 kilómetros al norte de la capital de Burkina Faso. Así participa en una iniciativa para mejorar la educación de niñas y niños nómades en este país del occidente africano.
Bandé, cuya esbelta complexión lo destaca como miembro del pueblo nómade peul, fue uno de los primeros maestros en la "Escuela de los Pastores".
Esta innovadora institución educativa cuenta con una veintena de estudiantes cada año, y tiene por objetivo a los de 12 años que nunca asistieron a una escuela formal.
"Empezamos con una unidad en fulfulde (el idioma local) sobre el paludismo, luego continuamos con clases de historia, geografía, francés y ciencias de la tierra y la vida, que cubren cría de ganado, salud, ambiente e higiene", explicó Bandé a IPS.
En su clase hay 18 estudiantes, entre ellos 11 niñas, dijo.
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"Estudian hasta el tercer año de la escuela primaria y luego un examen a cargo del Departamento Provincial de Educación Básica les permite integrarse al sistema educativo formal. Nuestra primera tanda ahora cursa el quinto grado de la escuela secundaria", señaló.
Son 300 los alumnos que asisten a esta inusual escuela.
Según Boubacar Barry, director del programa de educación en la Asociación para la Promoción del Arreo de Ganado en el Sahel y la Sabana (Apess, por sus siglas en inglés), inscribir a niñas y niños en la escuela formal tiene un impacto importante en el sustento de una familia de pastores.
La asociación Andal et Pindal trabaja junto con el Ministerio de Educación y Alfabetización en el norte del país, donde los pastores constituyen 17 por ciento de la población, y ha tenido un rol fundamental en la creación de las escuelas para pastores.
En 2003 llevó a cabo un estudio que concluyó que menos de uno por ciento de los hijos de pastores cursaban estudios formales.
La escuela especial dio sus primeras clases ese mismo año, recibiendo a estudiantes de entre nueve y 15 años en seis países de la norteña provincia de Sanmantenga. De los 197 alumnos de la primera camada, 144 completaron el ciclo de cuatro años y se presentaron al examen final.
Según Mamadou Boly, inspector escolar retirado y presidente de Andal et Pindal (que significa "conocimiento e iluminación" en fulfulde), este año la escuela de los pastores tuvo 85 por ciento de éxito, y casi dos tercios de los alumnos llegaron directamente al último grado de la enseñanza primaria. Varios pasaron a la secundaria y a centros de capacitación vocacional.
"Pensábamos que estábamos educando a niños de los establos, pero estos han dejado sus asentamientos y están conquistando el mundo", dijo Boly.
La escuela nació a partir de la preocupación de integrantes de las comunidades de pastores, explicó a IPS.
"Eran personas que habían ido a la escuela, y que se dieron cuenta de que su comunidad no estaba progresando", agregó.
Moussa Diallo, presidente del grupo de padres, registró a su hijo y a su hija en Bénnogo.
"Nos dimos cuenta de que ya no hay suficiente espacio para la ganadería y la agricultura. Así que, para tener éxito en estos sectores, se necesita conocimiento. Podemos ver la diferencia con aquellos que no fueron a la escuela", dijo.
Según Boly, "los niños dicen que ya no quieren ir a la escuela formal, pero es esencial".
"Adaptamos el programa estándar, con un acento en las prácticas pastoriles, en las ciencias de la tierra y de la vida, la salud y la higiene", declaró a IPS.
"Lo diferente es el manejo del tiempo y el espacio. Siempre es la propia comunidad la que decide en qué momento abre y cierra cada escuela. Cuando los estudiantes salen temprano, pueden ir a dar de beber a los animales y a ayudar a sus padres", añadió.
Además, la escuela está en receso de mayo a diciembre, lo que permite a los estudiantes participar en las migraciones anuales de las manadas que buscan pasturas.
Con el modelo de Bénnogo, nuevas aulas se abrieron en otras seis aldeas de la región.
Gracias al apoyo del Ministerio de Educación y de socios extranjeros, ahora se espera que en el año lectivo 2012-2013 abran otros 15 centros educativos de este tipo en las regiones oriental y sudcentral, donde los índices de asistencia escolar y alfabetismo son más bajos.
"La relevancia del trabajo de Andal et Pindal radica en que se centra en un grupo muy específico que debe ser educado en su contexto real si queremos brindar una educación adecuada, que responda a las necesidades específicas de sus beneficiarios", planteó Rémy Abou, director general de educación básica y no formal en el Ministerio de Educación.
Su departamento ayudó a la asociación a diseñar programas, y le aportó materiales didácticos.
"Apreciamos lo que está haciendo esta asociación, porque el gobierno no puede hacerlo todo, especialmente en lo que se refiere a la educación no formal, donde hay una gama tan amplia de necesidades", dijo Abou.
Barry, de Apess, sintetizó: "Lo que ha logrado la escuela de pastores es una preciosa protección de la búsqueda de la educación entre personas para las cuales la educación no era una prioridad".