Revirtiendo una tendencia que llevaba dos años, el mundo se hizo levemente más pacífico en 2011, según el último Índice de Paz Global.
Estados Unidos, sin embargo, bajó siete escalones para ubicarse en el lugar 88 entre los 158 países estudiados, "un puesto bastante bajo, que en gran medida refleja niveles más altos de militarización y de participación en conflictos externos", plantea el reporte, conocido como GPI, por sus siglas en inglés.
Aunque el gasto militar de Washington "decayó drásticamente" entre 1991 y 2000, "ahora regresó a los niveles de la Guerra Fría", señala.
Una de las conclusiones más preocupantes del GPI es que el mayor gasto militar (calculado como porcentaje del producto interno bruto) se correlaciona con menores niveles de paz.
El estudio es elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, con sede en Washington, en colaboración con la Unidad de Inteligencia Económica.
El GPI, que estudia 23 indicadores en 158 países, descubrió "mejoras en los puntajes generales en todas las regiones", excepto en Medio Oriente y África del Norte.
Debido al impacto de la Primavera Árabe, por primera vez África subsahariana no fue la región menos pacífica del mundo.
De hecho, los cinco países que experimentaron las mayores caídas en la lista fueron afectadas por la Primavera Árabe. Siria fue el que sufrió el mayor deterioro de su nivel de paz, cayendo 31 lugares para ubicarse en el 147.
Somalia fue otra vez el país menos pacífico, en tanto que Islandia nuevamente se destacó como el más pacífico, en una tendencia que lleva ya dos años.
El informe ayuda a definir exactamente lo que es la paz, dijo el martes 12, en su presentación en Washington, Anne-Marie Slaughter, exfuncionaria del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos.
"El índice va más allá de calcular la ausencia de conflicto, más allá de la ausencia de inestabilidad", afirmó. "En cambio, la definición usada aquí es la ausencia de miedo a la violencia".
Por primera vez este año, el GPI incluyó un nuevo ranking, el Índice de Paz Positiva. Sobre la base de los primeros seis años de experiencia del informe, el nuevo índice se concentra en factores que contribuyen a la capacidad de los países a mantener una sociedad pacífica.
"Esto incluye el trabajo positivo de mejorar la calidad de vida, no solo de evitar lo malo", dijo Slaughter.
Los ocho factores que conforman el Índice de Paz Positiva -entre ellos la educación, la baja corrupción, el buen funcionamiento del gobierno y la distribución equitativa de los recursos- son considerados una verdadera hoja de ruta por el director de políticas del Instituto para Economía y Paz, Michael Shank.
Según los investigadores del informe, "la necesidad de profundizar el entendimiento de cómo construimos la paz ha sido realzada por las últimas experiencias de desarrollo institucional en Iraq y Afganistán".
El principal actor en ambas experiencias, Estados Unidos, ha demostrado ser incapaz de involucrarse adecuadamente para crear sociedades pacíficas, sostienen.
Después de casi una década de esfuerzos liderados por Washington, Afganistán e Iraq "todavía están estancados en el fondo del GPI".
Según la periodista Emily Cadei, dedicada a cubrir asuntos del Congreso legislativo estadounidense y que habló en la presentación del informe, sostuvo que la participación estadounidense en el exterior fue pobre en los últimos dos años.
En los últimos seis años, los investigadores del GPI registraron una caída en los conflictos externos y entre estados, y un aumento de la violencia interna.
Además, el GPI reporta una creciente militarización correlacionada con menores niveles de paz.
"El hecho de que los conflictos internos crecen es una mala noticia, porque Estados Unidos no está preparado para afrontar esas formas de violencia. El gobierno (de Barack Obama) todavía no logra un consenso de cómo hacerlo", dijo Cadei el martes.
"Además, el hecho de que la militarización está negativamente correlacionada con la paz aun no ha sido asumido en Estados Unidos. La visión predominante en el gobierno es que la paz viene a través de la fortaleza. En el Congreso, la asistencia (internacional) siempre está atada a la seguridad", añadió.
Por su parte, Lawrence Wilkerson, excoronel del ejército estadounidense y profesor de políticas públicas y gobierno, dijo que esa mentalidad databa de la Guerra Fría y que no había logrado transformarse desde el desmembramiento de la Unión Soviética en 1991.
"El nuevo índice muestra que Estados Unidos necesita ser más cauteloso en lo que intenta hacer en otros países. Durante 50 años hemos demostrado ser muy malos en la construcción de la paz", afirmó.