La red extremista Al Qaeda se declaró responsable de un atentado suicida que este lunes 21 dejó casi 100 muertos en la capital de Yemen.
Según funcionarios, un atacante que vestía uniforme militar se inmoló con una bomba frente a soldados que ensayaban para un desfile que se realizaría en Sanaa para celebrar el Día Nacional de Yemen.
El ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas estaban presentes, pero ninguno de ellos resultó herido.
En un informe desde Sanaa, Jane Ferguson, corresponsal de la cadena árabe Al Jazeera, dijo que la cantidad de víctimas seguía aumentando al avanzar la tarde de este lunes 21.
«Oímos reportes según los cuales hay 96 muertos y muchos más heridos. Se han pedido donaciones de sangre, y la cantidad de víctimas mortales podría ser aun mayor», agregó.
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La enorme explosión convirtió al lugar en una carnicería, con víctimas ensangrentadas dispersas por la avenida donde se iba a realizar el ensayo, cerca del palacio presidencial.
«Acabábamos de terminar el desfile. Estábamos saludando a nuestro comandante cuando se produjo una enorme explosión. Fue un ataque horripilante. Muchos soldados murieron y otros perdieron brazos y piernas a raíz del estallido», relató el soldado Amr Habib.
El presidente de Yemen, Abd-Rabbu Mansour Hadi, tenía previsto asistir este martes 22 al desfile por el 22 aniversario de la unificación del norte y el sur del país.
Declaración de responsabilidad
Un hombre que dijo hablar en nombre Ansar al-Sharia, organización insurgente aliada a Al Qaeda en la Península Arábiga, se comunicó telefónicamente con la agencia de noticias Reuters para decir que el grupo se adjudicaba la responsabilidad del ataque.
La información fue confirmada luego por un portavoz oficial de Ansar al-Sharia, quien señaló que el atentado fue en respuesta a los «crímenes» de las fuerzas de seguridad, que combaten a insurgentes desplazados de sus bastiones en el sur del país.
Sin embargo, uno de los investigadores dijo que hallazgos preliminares sugerían que el atacante suicida era un soldado díscolo y no un civil disfrazado.
«El atacante suicida vestía uniforme militar. Tenía un cinturón de explosivos» bajo la ropa, relató un hombre que se identificó como el coronel Amin al-Alghabati, con sus manos y su uniforme salpicados de sangre.
Un instructor militar de Estados Unidos recibió el domingo 20 un disparo que los hirió de gravedad, en un ataque que también se atribuyó Ansar al-Sharia.
Soldados del gobierno yemení libran en el sur del país una feroz campaña contra combatientes de Al Qaeda en la Península Arábiga, que han aprovechado la inestabilidad política para avanzar sobre el territorio.
Efectivos de Yemen cercaron el domingo al sureño poblado de Jaar, dominado por los rebeldes, en medio de un intenso combate. La operación fue parte de una nueva ofensiva respaldada por Estados Unidos y lanzada a comienzos de este mes para recuperar control sobre el territorio y las localidades capturadas por Ansar al-Sharia.
La corresponsal de Al Jazeera dijo que la explosión pareció querer enviar una señal al gobierno y a los militares.
«Si hubieran querido tomar por blanco a invitados de alto perfil, como el presidente en el desfile, entonces habrían atacado mañana», señaló.
«Este fue un mensaje a las autoridades de que están dispuestos y son capaces de atacar al corazón de las Fuerzas Armadas, y de que aquí nadie está seguro», agregó.
