El incendio que consumió por una semana el vertedero de Riverton, en la capital de Jamaica, costó 60 millones de dólares apagarlo y obligó a cerrar escuelas y comercios, con las consecuentes pérdidas millonarias por falta de actividad.
Ese siniestro, ocurrido en febrero, avivó los reclamos de normas más estrictas para controlar la calidad del aire, ante la pasividad de las autoridades que no diseñan política alguna para mitigar el aumento de gases de efecto invernadero y desconocen las sustancias que respira la población.
La población afectada por el accidente ignoró el grado de gases contaminantes liberados a la atmósfera hasta tres días después del hecho, cuando la Agencia Nacional de Ambiente y Planificación (NEPA, por sus siglas en inglés) y el Ministerio de Salud desplegaron dispositivos para medir las emisiones y verificar la calidad del aire.
"Los datos recolectados dan una indicación razonable sobre el impacto del incendio y ofrecen una buena base para tomar acciones decisivas e informar al público sobre los riesgos de que vuelva a ocurrir otro evento de esta magnitud", señala el informe.
El coordinador de la gestión de calidad de aire de la NEPA, Gary Campbell, confirmó que "los análisis indican la presencia de partículas tóxicas en una concentración muy superior a la que deberían estar expuestos los seres humanos".
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Según el segundo informe de Jamaica a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Las enfermedades respiratorias estuvieron entre las principales causas de hospitalización y de muerte de pacientes en 2005.
Las estadísticas muestran que las enfermedades respiratorias fueron la segunda causa de consulta en 2008 en este país insular.
Contaminación y cambio climático
El estudio también señala entre las principales causas de contaminación los incendios en los vertederos de basura, el lixiviado (líquido que resulta de atravesar los residuos sólidos del vertedero) y las emisiones de metano.
El jefe de la Oficina de Gestión de Emergencia y Preparación frente a Desastres, Ronald Jackson, recomendó el cierre permanente de Riverton, pues había superado el plazo de operaciones de un basurero de cinco años.
"También sugerimos otras opciones, como transformar la basura en energía, controlar la calidad del aire para saber qué pasa con los habitantes de la zona y tapar el vertedero", apuntó.
Además de Riverton, hay otros seis vertederos que no cumplen con los estándares internacionales. Hay hurgadores que suelen quemar llantas y otros materiales para recuperar metales.
El deficiente sistema de recolección de residuos de Jamaica hace que solo entre 70 y 75 por ciento de la basura de los hogares llegue a los vertederos. Tampoco hay depósitos industriales separados.
La mayoría de las zonas rurales del país carecen de servicio de recolección de basura, y se estima que se queman o desechan de forma inadecuada entre 191.000 y casi 230.000 toneladas al año.
Las emisiones aumentan también debido a que los agricultores queman pasto para limpiar las tierras y producir carbón y caña para facilitar la cosecha.
En Negril, los gases de la quema de caña y el humo de la turba son la pesadilla del idílico balneario, pues la práctica coincide con la temporada turística.
Además, el informe de la CMNUCC registró el aumento de los gases liberados por la generación eléctrica, tendencia que se mantendrá por el pronto inicio de la industria de bauxita y alúmina.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) aumentaron de forma sostenida entre 2000 y 2005, de 9.531 a 13.946 gigagramos, cuando el parque automotor pasó de 381.776 a 501.985 unidades en la isla. Los datos también muestran la presencia en el aire de partículas de óxido de nitrógeno, dióxido de azufre y metano.
En la actualidad hay más de un millón de vehículos en el país.
Intereses en conflicto
"Lamentablemente no hay iniciativas para cuidar la calidad del aire", dijo a IPS la directora técnica del Negril Environmental Protection Trust (NEPT), Simone Williams.
A pesar del aumento de la cantidad de contaminantes, Jamaica no tiene iniciativas para mitigar los gases de efecto invernadero, señaló.
La quema de turba, además de ser "un inconveniente", también perjudica la "infraestructura hotelera y la salud de la población", añadió. Pero los últimos trabajos tendientes a recuperar los pantanos "reducirán los incendios y las emisiones contaminantes, si no logran eliminarlos", apuntó.
"Restaurar los pantanos resolverá muchos problemas de Negril, incluida la pérdida de las playas, pues los ecosistemas están conectados, pero no podemos ahogar a los agricultores de la zona. Muchos de ellos dicen que no tienen adónde ir", añadió Williams.
El director general de la NEPA, Peter Knight, apuntó a los problemas con la recolección de residuos y remarcó la urgente necesidad de programas efectivos para que la población tome conciencia de las consecuencias negativas de su incineración.
La agencia comenzó a tapar los agujeros normativos.
Cuando se redactaron las Regulaciones sobre Estándares para la Calidad del Aire del Ambiente de la Autoridad de Conservación de Recursos Naturales, de 2006, se apuntó a otorgar permisos y licencias para controlar las emisiones de instalaciones industriales.
"Revisamos la norma y trabajamos con agencias importantes. Ya hay borradores de estándares para las emisiones de vehículos", indicó Campbell. La NEPA no negó su responsabilidad, pero trató de no superponer leyes al omitir las emisiones industriales, añadió.
"La NEPA no es responsable de la fiscalización de las emisiones de automotores", explicó Knight. "Eso es responsabilidad del Ministerio de Transporte", indicó.
Pero los ambientalistas reclaman penas más rígidas para los incendios abiertos. Consideran que la multa de 2.000 dólares jamaiquinos (equivalente a unos 22 dólares estadounidenses) y/o los tres meses de prisión, previstos por la Ley de Incendios, son demasiado leves para disuadir a los infractores.
Sin embargo, los resultados del incendio de Riverton llevaron a la NEPA a recomendar controles y equipos adicionales durante por lo menos un año. La agencia también busca fondos para aumentar los sitios de control en la isla.