Demostrando su creciente influencia, el sector empresarial copó los planteos y reclamos en el primer día de la reunión de ministros de Comercio del Grupo de los 20 (G-20) países ricos y de economías emergentes, inaugurada este jueves 19 en México.
El Business 20 (B-20) entregó una serie de recomendaciones sobre diversos temas, como liberalización del comercio, crecimiento económico verde, soberanía alimentaria y energía, a los representantes de los gobiernos presentes en Puerto Vallarta, un centro turístico del occidental estado de Jalisco ubicado a unos 890 kilómetros de la Ciudad de México.
Y no solo eso. Los delegados corporativos estuvieron presentes en las deliberaciones de los altos funcionarios en torno a temas como el fomento del intercambio comercial, el proteccionismo y la creación de empleo.
"He estado en reuniones anteriores y es la primera vez que veo a los empresarios con un papel tan activo", dijo este jueves, durante la apertura de la sesión, el ejecutivo mexicano Alejandro Ramírez, dueño de la cadena Cinépolis y presidente del B20.
El G-20 reúne al Grupo de los Ocho países más industrializados, conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Italia y Rusia, junto a Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía, así como a la Unión Europea como tal.
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En la cita de Puerto Vallarta, cuyos 256.000 habitantes viven esencialmente del turismo extranjero, también estuvieron presentes representantes de Colombia y Perú, que se relamen con la idea de ser aceptados en esa especie de club exclusivo. De hecho, Lima será la sede del capítulo latinoamericano del Foro Económico Mundial en 2013.
El encuentro ministerial de dos días, que se desarrolla a puerta cerrada y sin presencia de la sociedad civil, estuvo precedido entre el lunes 16 y el miércoles 18 por el capítulo latinoamericano del Foro Económico Mundial, en el cual empresarios y expertos analizaron por enésima vez la supervivencia del capitalismo, acorralado por sucesivas crisis económico-financieras desde 2008, en particular en el mundo rico.
La participación del empresariado esta vez es mayor que en las cumbres del bloque en la ciudad sudcoreana de Seúl en 2010 y en la urbe francesa de Cannes en 2011.
Y es que los empresarios se han apoderado de la agenda del G-20, pues las crisis financiera y económica los afectan y pretenden que las soluciones les beneficien especialmente.
"La inversión y el comercio en la última década se han convertido en un aspecto crítico" para estimular la economía, dijo el suizo Martin Senn, presidente del conglomerado Zürich Financial Services.
En sus sesiones, los responsables de economía y comercio del G-20 discuten temas como el fomento al comercio, la creación de empleo, el crecimiento verde y el asunto de moda, el proteccionismo.
México propuso el análisis de las cadenas globales de valor y la relación entre el comercio y el crecimiento económico y su vínculo con el empleo. Precisamente, en las últimas semanas este país acordó nuevas cuotas para la exportación de automóviles a Brasil.
Pero el tema que acaparó los comentarios en este ámbito fue sin dudas la decisión de Argentina de nacionalizar la mayoría del paquete accionario de la empresa de hidrocarburos YPF, en manos de la transnacional Repsol, de origen español.
"Las barreras no arancelarias son cada vez más difíciles de identificar. El G-20 debe pronunciarse contra el proteccionismo. Hay que revisar el impacto de esas barreras a la exportación, las sanitarias y fitosanitarias y las barreras técnicas", sostuvo Senn.
La compra y venta de bienes y servicios ya resiente el golpe de la crisis financiera, iniciada en 2008 en Estados Unidos, y ahora cobra más energía con los quebrantos de la deuda de varios países europeos.
La Organización Mundial del Comercio calcula que el intercambio global se contraerá, lo que llevaría a demorar la ansiada recuperación.
El peso progresivo de las corporaciones empresariales en instancias como el G-20 abona las críticas de organizaciones de la sociedad civil sobre la legitimidad de esos foros internacionales.
La Coalición Internacional Frente al G-20, formada por organizaciones de Canadá, México, El Salvador, Perú, Ecuador, Chile, Brasil y Grecia, señaló en marzo que el G-20 afronta la crisis "desde los mismos paradigmas y orientaciones" que la incubaron.
"El G-20 promueve de modo obsesivo el crecimiento sin límites, ahora llamado paradójicamente 'verde', lo cual atenta no solo contra el ambiente sano y los recursos comunes de los pueblos, sino también contra los derechos de la naturaleza y la sustentabilidad del planeta", cita su declaración.
En la noroccidental ciudad mexicana de Los Cabos, los presidentes del G-20 abordarán en la cumbre del 18 y 19 de junio políticas contra la crisis financiera, seguridad alimentaria, el crecimiento verde y la lucha contra el cambio climático y otros asuntos.
Al presentar las recomendaciones financieras, el mexicano Guillermo Ortiz, exgobernador del estatal pero autónomo Banco de México, sugirió la denominación del comercio en monedas distintas al dólar.
"El mundo se mueve a múltiples divisas y esto debe reflejarse también en la denominación del comercio", explicó el banquero, ahora presidente del mexicano Grupo Financiero Banorte.
"Es importante para economías como China representar el peso de sus países en el comercio internacional", argumentó.
Los empresarios plantearon, además, la creación de un tablero de control para revisar qué país cumple con las propuestas y luego debatir esos resultados.