Esta aislada aldea en las Colinas del Sur de Hebrón, en Cisjordania, está formada por un puñado de viviendas improvisadas, hechas con piedras, lonas de plástico y sogas. A pocos metros, varios paneles solares y dos turbinas eólicos proveen electricidad a los 150 residentes.
"Usamos la electricidad para la máquina de ordeñar, para el lavarropas, para el refrigerador y para la luz cuando llega la noche", dijo Ismail Al-Jabarin, uno de los residentes, de 43 años.
"Antes de tener electricidad, vivíamos con un generador que solo funcionaba dos horas al día, y teníamos problemas frecuentes. Es mucho, mucho mejor con electricidad".
Al depender de la cría de cabras, ovejas y otros animales para subsistir, los habitantes de Sheb El-Buttum solían pasar tres horas diarias fabricando manteca con sus propias manos, proceso que ahora les requiere apenas media hora.
"Si las fuerzas militares (israelíes) vienen y destruyen la red eléctrica, nuestra vida volverá a ser miserable", dijo Al Jabarin a IPS. "Nuestra vida es mucho más cómoda con electricidad. La vida sin ella es deplorable y muy difícil".
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La Administración Civil Israelí (que controla el Área C de la Cisjordania ocupada) ordenó la demolición de los paneles solares y de las turbinas eólicas en seis comunidades al sur del monte Hebrón, entre ellas la de Sheb El-Buttum.
El Área C es la parte de Cisjordania administrada por Israel, mientras que la A está bajo control palestino y la B en un régimen conjunto.
Las órdenes de demolición en el Área C son vistas como el primer paso para destruir por completo todo el sistema palestino de energías renovables.
El sistema fue instalado por el grupo Electricidad y Tecnología Comunitarias de Medio Oriente (COMET-ME), y financiado en gran parte por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania.
"Las unidades solares fueron colocadas ilegalmente a través de donaciones de un organismo internacional sin que se solicitara el permiso adecuado y requerido por la ley", dijo a IPS por correo electrónico Guy Inbar, portavoz de la Administración Civil Israelí.
"La ayuda internacional es un componente importante para mejorar y promover la calidad de la vida en la población palestina, pero no da inmunidad para actividades ilegales o descoordinadas", agregó.
Sin embargo, según Noam Dotan, cofundador de COMET-ME, la solicitud de permisos para construir en las comunidades palestinas del Área C es un esfuerzo inútil. "No pedimos permisos porque no lo habríamos obtenido", dijo a IPS. "La razón por la cual no puedes obtener un permiso es estrictamente política. Todos esos asentamientos israelíes se expanden con o sin permisos. Y los palestinos no obtienen autorizaciones", afirmó.
Aproximadamente 150.000 palestinos viven en el Área C, que abarca a mas de 60 por ciento de Cisjordania.
Como potencia ocupante, Israel tiene la responsabilidad bajo el derecho humanitario internacional de garantizarle a la población la satisfacción de sus necesidades básicas. Esto incluye proveerles a los palestinos vivienda, educación y agua.
Pero la organización israelí Peace Now descubrió que, entre 2000 y 2007, la Administración Civil Israelí rechazó 94 por ciento de las solicitudes palestinas para construir en el Área C.
Durante el mismo periodo, colonos israelíes construyeron más de 18.000 nuevos hogares en el área. Israel también permitió la construcción de colonias como la de Mitzpe Yair, ubicada en la colina opuesta a Sheb El-Buttum y que es ilegal tanto según el derecho internacional como bajo las propias leyes israelíes.
Mitzpe Yair cuenta con electricidad, agua, calles pavimentas y otros servicios.
Los colonos "nos impiden ingresar al valle a pastar nuestras ovejas. Cada vez que vamos, simplemente no nos dejan. A veces hasta nos disparan a nosotros y a las ovejas", dijo Ismail Al-Jabarin, residente de Sheb El-Buttum.
"Ellos tienen todo (en el asentamiento), y nosotros no tenemos nada", añadió.
Los paneles solares y las turbinas eólicas de COMET-ME proveen electricidad a más de 1.500 personas en 19 comunidades en toda la zona al sur del monte Hebrón, con una población total de unos 8.000 palestinos.
La organización señaló que ahora procuraba obtener apoyo internacional para impedir que se ejecuten las órdenes de demolición. El gobierno de Alemania, por ejemplo, expresó su preocupación a Israel y anunció que seguía de cerca la situación. Si la demolición se concreta, al menos 500 palestinos en las Colinas del Sur de Hebrón se quedarán en la oscuridad.
"Ni siquiera se puede imaginar el impacto que tuvo la electricidad en la vida diaria aquí. En el invierno, a las cuatro de la tarde ya está oscuro. Los niños y las niñas regresan de la escuela, y necesitan luz para leer y para preparar la tarea", dijo Dotan a IPS.
"La gente usa toda clase de equipos mecánicos y motorizados para el proceso de producción láctea. (Sin la electricidad) volverán a la Edad de Piedra", señaló.
"Israel va por el mundo ayudando cuando hay terremotos, tsunamis y otros desastres, pero en su propio patio trasero tiene comunidades subdesarrolladas a las que debe proteger. No solo no lo hace, sino que además destruye proyectos que ayudan a esas personas", afirmó.