La gran proporción de políticos de inclinación musulmana en la Asamblea Constituyente de Egipto despierta temores de que las fuerzas islámicas, en especial el Partido Libertad y Justicia (PLJ), monopolicen el proceso de redacción de una nueva carta magna.
"Si los islamistas continúan con los planes de elaborar una nueva Constitución en la actual Asamblea, dominada por el islamismo, podrían terminar afrontando un nuevo levantamiento" popular, dijo a IPS el presidente del centrista Partido de los Guardianes de la Revolución, Magdi Sherif.
La Asamblea Constituyente volvió a reunirse este miércoles 4, y los políticos liberales insistieron en que el órgano debía ser reformulado para que en él tuvieran voz todos los sectores de la sociedad egipcia.
El 17 de marzo, los miembros de la Asamblea del Pueblo y del Consejo Shura, cámara baja y alta respectivamente del parlamento, acordaron las reglas para la creación de la Constituyente, con un total de 100 miembros.
Los legisladores cumplieron así con el artículo 60 de la Declaración Constitucional emitida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna Egipto transitoriamente desde la salida del poder de Hosni Mubarak en febrero de 2011.
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La Declaración fue aprobada por referendo popular luego del levantamiento el año pasado.
La mayoría de los parlamentarios decidieron que el propio parlamento designara a los constituyentes, 50 de los cuales serían elegidos del propio órgano legislativo.
Pero esto despertó el rechazo de la mayoría de los representantes liberales y de izquierda, quienes arguyeron que eso beneficiaría a los partidos islámicos, que dominan ambas cámaras, y les daría una influencia sin parangón.
"La insistencia de la Hermandad Musulmana en incluir 50 parlamentarios en la Asamblea (Constituyente) sugiere que pretende monopolizar la vida política de Egipto de la misma forma autocrática que lo hizo el Partido Nacional Democrático", de Mubarak, sostuvo Sherif.
A comienzos de este año, el PLJ, de la Hermandad Musulmana, y sus aliados se quedaron con 75 por ciento de los asientos en la Asamblea del Pueblo.
Las elecciones en el Consejo Shura, realizadas el mes pasado, tuvieron resultados similares y les otorgaron a los musulmanes, también aquí liderados por el PLJ, el control de dos tercios de la cámara.
En medio de las crecientes críticas de actores políticos no islámicos, las dos cámaras del parlamento se reunieron otra vez el 24 de marzo para elegir a los constituyentes.
El predominio islámico motivó una ola de renuncias de representantes laicos como forma de protesta, entre ellos miembros del Partido Socialdemócrata Egipcio, de los liberales Partido de Egipcios Libres y Partido Wafd, y de la izquierdista Alianza Socialista Popular.
Incluso representantes de la Universidad Al-Azhar y del islamista moderado Partido Wasat abandonaron sus puestos en la Constituyente.
Aunque los informes son contradictorios, hoy habría entre 60 y 70 constituyentes de fuerzas islámicas, principalmente del PLJ y del salafista Partido Nour.
Hazem al-Beblawi, exministro de Finanzas y uno de los primeros en anunciar su retiro de la Asamblea, se quejó de que la mayoría de los representantes carecían de las calificaciones para la tarea que tenían entre manos.
La Constituyente "debería estar conformada por expertos legales, intelectuales y veteranos de la política, pero los actuales miembros carecen de estas credenciales", dijo al-Belbawi a la prensa local.
"No importa que la mayoría tenga una orientación islámica, pero sí deben cumplir con el requisito de contar con calificaciones políticas y legales", agregó.
En entrevista con IPS, el candidato presidencial Amr Moussa, excanciller y exsecretario general de la Liga Árabe, opinó que los métodos usados para elegir a los miembros de la Constituyente debían ser "reconsiderados" para que "se represente mejor a todos los segmentos de la sociedad egipcia".
Pero Mahmoud al-Khodeiri, constituyente, destacado juez y presidente del Comité de Asuntos Constitucionales y Legislativos del parlamento, defendió la composición de la Asamblea, subrayando que sus integrantes fueron elegidos de acuerdo con la Declaración Constitucional.
"Nadie puede decir que el proceso para redactar la Constitución reflejará solo un punto de vista, ya que todas las orientaciones políticas estuvieron representadas en la Asamblea", dijo al-Khodeiri a periodistas.
En los últimos días hubo varias manifestaciones en El Cairo organizadas por partidos y movimientos seculares, incluyendo una frente a la sede del parlamento, en protesta por la masiva presencia de políticos islámicos en la Asamblea Constituyente.
Activistas ahora llaman a una movilización masiva la semana próxima en la emblemática Plaza Tahrir, en el centro capitalino, escenario de las manifestaciones contra el régimen de Mubarak el año pasado.
Líderes de la Hermandad Musulmana minimizaron el significado de las renuncias.
"El repliegue de ciertas fuerzas políticas no afectará ni la misión de la Asamblea ni su legitimidad", aseguró a IPS el secretario general del PLJ para El Cairo, Mohamed al-Beltagi.
"Los miembros tienen derecho a retirarse, pero rechazo las acusaciones de que el PLJ esté dominando la Asamblea, ya que el partido, en acuerdo con otros, eligió a los representantes de todas las orientaciones políticas", afirmó.
Por su parte, en declaraciones a la prensa, el presidente del Consejo Shura, Ahmed Fahmi, miembro del PLJ, subrayó que "es natural que los partidos islámicos, que gozan de mayoría elegida en el parlamento, tengan una correspondiente mayoría en la Asamblea Constituyente".
El 28 de marzo, pese a la ausencia de la cuarta parte de sus miembros, la Asamblea celebró su primera reunión, en la que eligió como su presidente a Saad El-Katatni, del PLJ.
También creó un comité encargado de reunir propuestas de la sociedad civil para artículos constitucionales e iniciar conversaciones con los constituyentes que renunciaron y persuadirlos de que regresen.
En un esfuerzo por aplacar las críticas, la Hermandad Musulmana y sus aliados ofrecieron reemplazar a algunos de los constituyentes. Portavoces de la minoría no islámica, sin embargo, insisten en que la Asamblea sea reformulada de cero.
El domingo 1, el jefe del Consejo Asesor del gobierno de transición, Sameh Ashour, y exmiembro de la Constituyente, llamó a la completa disolución de la Asamblea.
Además, señaló que el artículo 60 de la Declaración Constitucional, en la que le cede a los parlamentarios la autoridad de elegir a los miembros de la Asamblea, debía ser "modificada".
Según el cronograma establecido por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, la nueva Constitución deberá estar pronta dentro de seis meses.