Aunque algunos productores de maíz de la Provincia Occidental de Kenia todavía viven de lo que cosecharon la última temporada, Robert Oduor mide las pérdidas que le dejó la mortal maleza striga en sus cultivos de una hectárea.
"Antes cosechaba hasta 14 sacos de 90 kilogramos de maíz por media hectárea. Pero con la invasión de la maleza, que no pude controlar, coseché dos sacos y medio", dijo Oduor, oriundo de Sega, en esa provincia del oeste keniata.
En esa región, donde el maíz es el principal cultivo comercial y alimentario, se estima que el striga ha infestado 250.000 hectáreas de siembras.
Pero Oduor espera una mejor temporada, si puede utilizar una nueva variedad de maíz resistente y desarrollada por varios científicos.
La striga, también conocida como "hierba bruja", es en realidad un género de plantas de brillantes flores rosadas o rojas, según la especie. Pero es parásita y también infesta los cultivos de sorgo, mijo y caña de azúcar.
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Según los agrónomos, una vez que los maizales son invadidos por la hierba, se pierde entre 70 y 100 por ciento de la cosecha.
En los últimos 10 años, científicos del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT, por sus siglas en inglés), el Instituto de Investigaciones Agrícolas de Kenia, el Instituto Weizmann de Israel y la empresa alemana BASF desarrollaron una variedad de maíz de alto rendimiento y resistente al herbicida que se usa para matar la striga.
"Esta variedad de maíz no es resistente al striga, sino a uno de los herbicidas más efectivos, el imazapyr, que mata varias hierbas malas, entre ellas la striga", explicó Gospel Omaya, gerente del Sistema de Semillas en la Fundación Africana de Tecnología Agrícola, que facilita asociaciones público-privadas.
Las semillas son recubiertas con el herbicida antes de ser embaladas, y esa cobertura mata las malas hierbas, impidiéndoles germinar.
La nueva variedad híbrida Ua Kayongo (en swahili que "mata al striga") no se considera una semilla transgénica, pues no se obtuvo por ingeniería genética sino por mutagénesis, aprovechando una resistencia natural de algunos maíces a los herbicidas.
El maíz resistente al herbicida se descubrió hace casi una década en Kenia. Desde entonces, los desarrolladores de semillas lo vienen cruzando con otras variedades en busca de un híbrido de alto rendimiento.
Primero realizaron polinizaciones cruzadas para llegar a la primera generación de híbridos, explicó Haron Karaya, investigador adjunto del CIMMYT.
"Se seleccionó la planta de mejor desempeño, y se realizó otra polinización cruzada con otra planta de la misma variedad, pero con atributos de alto rendimiento. Esto nos dio la segunda generación, que luego se cruzó con otra variedad de buen desempeño", agregó.
Las pruebas para la variedad híbrida de tercera generación acaban de concluir y, según los investigadores, ha dado resultados satisfactorios. Se trata de Ua Kayongo III, que "ha demostrado que puede rendir hasta cinco toneladas por hectárea", mientras la primera generación producía tres toneladas por hectárea, dijo Karaya.
La nueva variedad se dará a conocer a fines de este mes, y la distribuirá la Compañía de Semillas de Kenia, que puede producirla a gran escala.
"Estamos en proceso de cosechar la primera serie, que por ahora beneficiará a unos pocos agricultores afortunados. Pero habrá suficientes semillas disponibles para la temporada de siembra del año próximo", dijo Willy Bett, director gerente de la empresa.
Como la semilla está recubierta por un herbicida, plantea un desafío para su manejo seguro y plantación.
"La semilla Ua Kayongo nunca debe mezclarse con ningún otro tipo de semillas, porque el herbicida las afectará. Sin embargo, se la puede intercalar con cultivos como frijoles, cacahuetes o cualquier otro, siempre y cuando no se los plante en el mismo hoyo", dijo Omaya.
También se aconseja a los agricultores que manipulen la Ua Kayongo que usen guantes y se laven muy bien las manos para evitar intoxicarse y contaminar otras semillas no resistentes.
"Reconocemos los desafíos de la manipulación e implementamos medidas" para afrontarlos, dijo Bett.
La empresa inició programas de capacitación para comerciantes y pequeños cultivadores a través de organizaciones no gubernamentales.
"Cuando se embale, cada paquete incluirá dos pares de guantes y un manual con ilustraciones sobre cómo manejar la semilla", señaló Bett.
La nueva variedad es un alivio que gente como Oduor espera con ansiedad. "Planeaba abandonar el maíz durante un tiempo luego de padecer pérdidas enormes. Pero con la nueva semilla le daré una segunda oportunidad", dijo.