India y Pakistán en acercamiento gastronómico

Si el corazón de un hombre se conquista por el estómago, entonces quizá sea posible que la paz entre India y Pakistán se forje sobre los fogones, testigos de sus milenarias similitudes culinarias.

Poppy Agha, cocinera pakistaní en el programa de telerrealidad Cuando a Poppy Agha, una conocida cocinera pakistaní, le sirvieron kebabs de okra (una hortaliza rica en fibras) y biryani (arroz), seguidos de firni (postre), se diluyó su recelo hacia India.

"Me críe en un hogar muy patriótico con los típicos estereotipos pakistaníes hacia India. Esos sentimientos ahora cambiaron totalmente", dijo Agha a IPS desde Nueva Delhi, donde participa de un programa de telerrealidad sobre cocina que el canal de televisión Indio NDTV Good Times tituló "Foodistan" (algo así como país de la comida).

"No se necesita pensar mal de los indios para ser patriótico", señaló Agha, quien tiene un instituto de cocina en Pakistán, donde crea deliciosos platillos aromáticos.

En "Foodistan", chefs de las dos naciones archienemigas de Asia meridional se enfrentan en una durísima competencia de "cocina transfronteriza".
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La serie de 26 capítulos cuenta con 16 cocineros profesionales, ocho de cada lado de la frontera, que muestran de lo que son capaces las cocinas de "los dos países culturalmente más ricos y fascinantes" de Asia.

"La cocina puede ser un enorme forjador de amistades", señaló Pervez Hoodbhoy, médico y pacifista pakistaní. "Puede trascender las fronteras impuestas por el ser humano", apuntó.

Eso es exactamente lo que los productores del programa esperan lograr.

"India y Pakistán tienen muchas pasiones comunes como la música, el críquet, y sí, una comida fabulosa", dijo a IPS por correo electrónico Smetta Chakrabarti, jefa de NDTV Lifestyle. "Las fronteras son solo políticas, y la verdad es que, en gran parte, la gente de ambos países vive y piensa de forma muy similar".

"Desearía que las verdaderas guerras se terminaran", señaló Vir Sanghvi, uno de los jurados indios del programa. "Pero hasta que podamos asegurarlo, la mejor forma de promover la paz es que nuestra gente se relacione en ámbitos como el de Foodistan", dijo a IPS.

Hubo tres guerras entre Pakistán e India desde la independencia de ambos del imperio británico en 1947 y la traumática partición del territorio en dos países en función de sus religiones. Desde entonces, el vínculo ha sido como una montaña rusa con momentos de entendimiento, salpicados por hostilidades suscitadas por la soberanía de la región de Cachemira.

Ante una sala repleta de pakistaníes, el diplomático y político indio Mani Shankar Aiyar dijo que ambos países tenían la opción de seguir viviendo una "hostilidad en ciernes" o de comprometerse de forma proactiva y prosperar. Noventa por ciento de la población de ambos lados de la frontera no cultiva rencores del pasado, sostuvo.

"La historia puede habernos dividido, pero la geografía nos une", dijo Aiyar, quien fue invitado por el Instituto Jinnahm, con sede en Islamabad, a hablar sobre "India y Pakistán: Retrospectiva y Perspectiva".

La cocinera Agha aprendió en India a crear diferentes formas de menús, pero ganó mucho más a nivel personal. "Conocí gente maravillosa a la que considero amiga", dijo a IPS.

Para la defensora de derechos humanos Zohra Yusuf, "todo tipo de contacto, incluso la alta competencia", contribuye a un mejor entendimiento a largo plazo.

"La pasión puede estar a flor de piel durante un partido intenso de críquet, por ejemplo, pero los intercambios cara a cara ayudan mucho a eliminar prejuicios sobre el ‘otro’", dijo a IPS.

El contacto personal parece abrirse camino, pese a los obstáculos impuestos por las autoridades de ambos países, como la denegación de visas, el requisito de que los visitantes se reporten a la policía y las restricciones de viajes.

La tenista india Sania Mirza podría casarse con el jugador de críquet pakistaní Shoaib Malik y la dupla de tenistas Rohan Bopana, de India, y Aisam ul Haq Qureshi, de Pakistán, lanzaron el movimiento "Stop War Start Tennis" (termina la guerra, empieza el tenis).

El Jang Group, una empresa de medios pakistaní, se unió al periódico Times of India en una campaña llamada "Aman ki Asha" (esperanza de paz) que en los últimos dos años promovió sin tregua iniciativas con ese fin.

El éxito de Aman ki Asha depende de un plan para comenzar de cero con la nueva generación de indios y pakistaníes con el fin de que asuma la responsabilidad de "borrar el peso de la historia".

Sus jóvenes participantes están perplejos por hechos como los 250 millones de dólares diarios que se gastan en mantener una frontera alambrada, electrificada, llena de reflectores y equipos de seguridad.

Aman ki Asha no se vio afectado por la amargura pública que siguió al atentado de Mumbai (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=90638), perpetrado en noviembre de 2008 por un grupo de pakistaníes armados.

Si algo se logró fue que las expresiones de paz se arraigaran. El programa musical de telerrealidad "Chote Ustad" (pequeño maestro) de 2010, en el que participaron jóvenes cantantes y bailarines de los dos países, fue un éxito a ambos lados de la frontera.

Rouhan Abbas, uno de los ganadores pakistaníes, regresó con una medalla, un trofeo, el dinero del premio y un montón de recuerdos. Todavía extraña la cordialidad que se generó con los participantes indios.

"La idea de que India era nuestro enemigo se fijó en mi mente desde niño. Eso se borró totalmente con la calidez y el cariño de los conductores indios", dijo Abbas a IPS.

Últimamente hay un deshielo de las relaciones en el frente cultural, que bastó para que, en las encuestas, India pasara a tercer lugar en la lista de enemigos de Pakistán, detrás de Estados Unidos e Israel.

Programas como Foodistan pueden difundir un mensaje de hermandad, dijo Chakrabarti. "Ves a los participantes de ambos países y no sabes quién es de cuál, a menos que te lo digan", indicó.

"Por las restricciones de viaje y de visas no sabemos mucho de la cultura y de la cocina del otro", se lamentó. Programas como Foodistan contribuyen a achicar la brecha.

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