En la víspera de la reunión «Amigos de Siria», a realizarse en Túnez, crece la polémica sobre si Estados Unidos debe proveer de armas a las fuerzas de la oposición en ese país de Medio Oriente.
El fin de semana pasado, dos influyentes senadores estadounidenses del opositor Partido Republicano pidieron a su gobierno que les diera más apoyo material, incluyendo armas, a los rebeldes sirios en combate, en un esfuerzo por derrocar al presidente Bashar Al Assad.
"Estoy a favor de que se provean armas a la oposición", afirmó durante una visita a Afganistán el senador John McCain, quien a la vez acusó a Rusia e Irán de armar a Assad.
"La gente que está siendo masacrada se merece el derecho de defenderse", declaró, señalando que Washington podía proveer armas indirectamente a través de "países del Tercer Mundo" y la Liga Árabe.
Su llamado fue apoyado por la senadora Lindsay Graham, quien viajó con él, así como por una carta abierta al presidente Barack Obama, del Partido Demócrata, redactada por dos grupos de derecha proisraelíes, la Iniciativa de Política Exterior http://www.foreignpolicyi.org/ y la Fundación por la Defensa de las Democracias http://www.defenddemocracy.org/, firmada por más de 40 analistas y escritores, la mayoría prominentes neoconservadores.
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"Dados los intereses estadounidenses en Medio Oriente, así como las consecuencias para los que buscan la libertad en otras sociedades represivas, es imperativo que Estados Unidos y sus aliados no descarten ninguna opción, incluyendo la intervención militar", reza la misiva.
Muchos de los firmantes defendieron en 2003 la invasión a Iraq y ahora instan a Washington a que se prepare para una guerra con Irán.
Pero destacadas personalidades tanto dentro como fuera del gobierno de Obama intentan frenar la creciente presión para la intervención, pues temen que Siria se convierta en un barril de pólvora regional.
Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, se expresó en contra de cualquier apoyo manifiesto al movimiento opositor a Bashar.
"Creo que es prematuro tomar la decisión de armar al movimiento de oposición en Siria, pues desafío a cualquiera a que identifique claramente el movimiento opositor en este momento", dijo en una entrevista para la cadena estadounidense de noticias CNN.
"Hay varios actores, todos los cuales intentan reforzar su posición particular en este tema. Y hasta que no lo tengamos mucho más claro, usted sabe, quiénes son y qué son, creo que sería prematuro hablar de armarlos", opinó.
En un informe publicado el martes por el independiente Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense http://www.cnas.org/, el investigador Marc Lynch reconoció que "la intervención militar permitiría a los estadounidenses sentir que están haciendo algo".
Pero alertó que "lanzar aun más violencia sin una perspectiva realista de cambiar el comportamiento del régimen o mejorar la seguridad no es ni sabio ni justo".
Lynch, experto en Medio Oriente para la Universidad George Washington y consultado frecuentemente por la Casa Blanca, dijo que Estados Unidos debería, en cambio, "concentrarse en una campaña de presión sostenida y dirigida contra el régimen de Assad, con el fin de llevar a la mesa de negociaciones a componentes clave del gobierno para delinear una salida política".
Su informe de 13 páginas llama en particular a Washington a que denuncie a Assad ante la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, si se niega a renunciar, y a endurecer las sanciones económicas contra individuos específicos del régimen, así como ayudar a la oposición a desarrollar una "voz política unificada".
A pesar de los numerosos intentos de unir a la oposición en un solo movimiento, permanecen significativas brechas entre varios sectores.
Aun el Consejo Nacional Sirio, por lo general considerado por Occidente y la Liga Árabe el representante oficial de la oposición, ha sufrido fraccionamientos sobre la cuestión de una eventual intervención extranjera.
Algunas figuras opositoras, como Radwan Ziadeh, radicado en Washington, piden una directa intervención militar, y otros, como el presidente del Consejo, Burhan Ghalyoun, prefieren que las fuerzas extranjeras jueguen un papel secundario y de apoyo.
Los que se oponen a cualquier tipo de intervención se han aglutinado en el Comité de Coordinación Nacional, liderado por Haytham Al-Manna, quien mantiene independencia formal del Consejo.
Quizás en respuesta a la naturaleza fracturada de la oposición, y por temor a que se repita lo ocurrido en Libia, donde aún se producen hechos de violencia a manos de grupos armados por Estados Unidos, funcionarios en Washington se muestran renuentes a una intervención.
Mientras, informes de una creciente presencia de la red extremista islámica Al Qaeda en Mesopotamia despiertan nuevas y complejas dudas sobre si una intrusión en Siria serviría para disuadir esa expansión o por el contrario la fomentaría.
Los atentados en Damasco y en la norteña ciudad siria de Alepo a comienzos de este año bien pudieron haber sido obra de Al Qaeda, según el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper.
En una declaración, la portavoz del Departamento de Estado (cancillería), Victoria Nuland, subrayó: "Nuestra posición no ha cambiado fundamentalmente. Creemos que una solución política a esto es la mejor salida, y es lo que necesita Siria".
"Si Assad considera la postura de la comunidad internacional o responde a la presión que estamos tratando de ejercer, todavía tenemos posibilidades de lograr el tipo de escenario de transición que la Liga Árabe ha diseñado y que muchos grupos sirios respaldan", agregó.
La reunión "Amigos de Siria" se realizará este viernes 24, aunque China y Rusia rechazaron la invitación luego de haber vetado una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas condenando el régimen de Assad.
El encuentro seguramente establezca los parámetros para la participación internacional en Siria. Con o sin el expreso apoyo de Washington, parece probable que los movimientos opositores sirios recibirán una significativa asistencia militar y logística de una variedad de actores gubernamentales y no gubernamentales.
Aunque, cuando el número de muertos en ese país de Medio Oriente ya supera los 6.000, parece difícil que la situación se resuelva en el corto plazo.
* El blog de Jim Lobe sobre política exterior se puede leer en: http://www.lobelog.com.