Los 10 meses de conflicto afectaron gravemente la economía de Siria. La brutal represión a las manifestaciones pacíficas en reclamo de democracia derivaron en una revuelta armada en ciudades como Homs, Hama y Jabal al-Zawiya.
"La situación económica es extremadamente difícil de evaluar", dijo a IPS por teléfono desde Damasco el economista Jihad Yazigi, autor del boletín económico Informe Siria.
El documento publicado por la Agencia de Comunicación e Información de Medio Oriente (Meica, por sus siglas en inglés), con sede en París, es una de las principales fuentes de información sobre la economía siria.
Pero la decisión de la empresa calificadora de riesgo Moody de bajar la nota al sector bancario de Líbano, de estable a negativo, a principios de este mes obedeció, en parte, al deterioro de la situación en Siria y en otros sitios conflictivos de la región.
Además, la empresa mencionó la vulnerabilidad de los préstamos y activos de los bancos libaneses frente a la situación de Siria y de otros países con conflictos internos.
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La economía de Siria ya da señales de grave deterioro. Mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica una contracción de dos por ciento y el Business Monitor International eleva esa proyección a 9,6 por ciento, Yazigi es más pesimista aún y ubica el retroceso en 15 por ciento.
La cantidad de visitantes llegados a Siria disminuyó 64 por ciento desde marzo de 2011, según cifras del Ministerio de Turismo. La presión aumentó, además, por las nuevas sanciones, en especial contra el sector petrolero.
"La Unión Europea era el principal comprador del petróleo sirio y ahora el país trata de conseguir nuevos clientes", dijo a IPS el jefe de economía del libanés Byblos Bank, Nassib Ghobril.
El Biblos Bank también opera en Siria.
Siria producía 385.000 barriles (de 159 litros cada uno) diarios en 2010, destinados casi en su totalidad a Europa.
El ministro de Petróleo, Sufian Allaw, declaró la semana pasada que Siria perdió más de 2.000 millones de dólares desde septiembre de 2011 por no poder exportar crudo ni derivados.
En la actualidad hay cortes diarios de electricidad de tres horas en Damasco, que permaneció relativamente a salvo de la ola de protestas. En algunas zonas fuera de la capital, la falta de luz superó las ocho horas, según residentes locales.
La crisis afecta al sector financiero.
La libra siria perdió casi 50 por ciento de su valor frente al dólar a causa de la fuga de capitales. Eso produjo una inflación de 20 por ciento, estimó Yazigi, aunque la estatal Oficina Central de Estadística la ubica en slo 3,38 por ciento a septiembre de 2011.
Las autoridades trataron de contener una corrida bancaria cobrando el retiro de dólares, aumentando las tasas de interés sobre los depósitos y restringiendo la compra de divisas extranjeras.
Debido a las sanciones, la Banque Saudi Fransi, propiedad en parte de la red francesa de bancos cooperativos Crédit Agricole, anunció en noviembre que vendería 27 por ciento de su participación en Bemo Saudi Fransi Siria por los riesgos financieros, explicó.
El total de activos de los bancos sirios ascienden actualmente a 44.000 millones de dólares, repartidos entre 14 instituciones privadas y seis estatales, indicó Ghobril, del Byblos Bank.
"En lo que respecta al público, algunos clientes endeudados que al principio demoraban los pagos ahora directamente son morosos", señaló un profesional del sector que trabajó con bancos sirios y pidió no revelar su nombre por razones profesionales.
"Los bancos tienen una limitada capacidad de acción. Es muy difícil reclamar la devolución de computadoras portátiles y automóviles por falta de pago de los créditos", apuntó.
Las presiones también aumentan en el sector de préstamos corporativos, añadió la fuente, pues más compañías solicitaron ampliación de sus créditos, en forma de sobregiros y letras de cambio, entre otros.
Un comentario en el blog Syria Comment, del politólogo Joshua Landis, menciona la posibilidad de que los bancos estatales caigan en cesación de pagos con el sistema privado.
"La pregunta del millón es por cuánto tiempo el gobierno podrá seguir cubriendo sus necesidades presupuestales, estimadas en 21.000 millones de dólares al año", indicó el bancario.
Antes de la crisis, las reservas del Banco Central eran de 18.000 millones de dólares, según datos oficiales. Algunos expertos estiman que ahora rondan los 11.000 millones de dólares.
Con el aumento de la presión fiscal, el Banco no tiene más remedio que emitir moneda, lo que generará más inflación, indicó el editor del Syria Report.
El Banco Central no publica información desde mayo de 2011, lo que arroja un manto de dudas sobre las proyecciones de la economía de Siria. Dependerá mucho del apoyo económico que el régimen de Bashar al-Assad reciba de sus aliados, a saber Iraq e Irán.