En la medida que inundaciones, sequías y otras calamidades devastan regularmente a Bangladesh, los agricultores necesitan con urgencia pasarse a variedades de arroz, trigo, legumbres y otros alimentos que sean resistentes al cambio climático.
La diversificación de cultivos, apoyada activamente por instituciones de investigación del gobierno, ya beneficia a los 145 millones de habitantes de este país sudasiático densamente poblado y predominantemente agrícola.
Mosammet Sabera Begum, de 38 años, es una agricultora de la aldea de Purbadebu, en el distrito de Rangpur, a unos 370 kilómetros de la capital. El pasado verano boreal ganó 177 dólares vendiendo arroz cultivado en menos de una hectárea de tierra que le renta un terrateniente local.
"Yo había plantado paijam (arroz de maduración temprana), que está listo para la cosecha unos 30 días antes que las variedades tradicionales, que demoran 150 días. Es de calidad superior, tiene rendimientos más altos y alcanza mejores precios", dijo Sabera, madre de dos hijas adolescentes.
El tipo de arroz al que ella recurrió, desarrollado el año pasado por el Instituto de Agricultura Nuclear de Bangladesh (BINA), soporta inundaciones, sequías y ataques de pestes, y rinde entre 4,5 y 5,5 toneladas por hectárea, en comparación con variedades comunes, que producen un máximo de tres toneladas por hectárea.
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"La variedad BINA Dhan-7 implica beneficios extra para los agricultores. Puede sembrarse durante la monga (temporada de escasez, que empieza en septiembre) o mientras las variedades comunes todavía maduran en los huertos. Así que, en cierto sentido, es un cultivo adicional que se cosecha en menos tiempo", dijo a IPS el jefe de investigaciones de BINA, Abdus Salam.
"BINA Dhan7 tiene una buena aceptación económica, social y ecológica. La mayor ventaja de esta variedad es que le lleva menos tiempo crecer, incluso en condiciones de sequía extrema", explicó.
En efecto, BINA Dhan7 combate la escasez alimentaria estacional creando oportunidades laborales para los trabajadores agrícolas que, en promedio, esperan dos meses extra a que madure la variedad arrocera común.
En el sudoccidente, Nargis Ara Begum, de 43 años, cosechaba arroz en los suelos altamente salinos de su jardín que ella y su esposo, Mukul Miah, habían sembrado.
"Nunca esperamos obtener una cosecha tan buena en suelo salado", dijo Begum, dueña del pequeño granero que se ubica junto a su casa, en la aldea de Chaukani, en el sudoccidental distrito de Satkhira.
Ella y su esposo cultivaban una variedad arrocera desarrollada por el Instituto de Investigaciones Arroceras de Bangladesh (BRRI, por sus siglas en inglés), llamada BRRI-47, que sobrevive en suelos altamente salinos y anegados.
A los agricultores que habían abandonado toda esperanza de cultivar en suelos salados les entusiasma seguir el ejemplo de Begum, y están listos para invertir en la nueva variedad de arroz.
No muy lejos vive Asma Begum, una agricultora de 32 años de la aldea de Boro Nawabpur, en el distrito costero de Bagerhat, quien pidió prestados 914 dólares a una organización no gubernamental local para cultivar arroz en suelo salino. Confía en recuperar su inversión.
"Me capacité en el departamento de extensión agrícola, donde aprendí a manejar los árboles jóvenes. Oí que los agricultores de otros distritos cultivaban con éxito el BRRI-47 y obtenían buenas ganancias", dijo quien ahora enseña a otros del lugar, principalmente mujeres, a cultivar esa variedad.
El pasado verano boreal, en la aldea de Raghunathpur, en el noroccidental distrito de Dinajpur, Raxmi Mayaboti, de 39 años, y su esposo, Kailash Sarker, cultivaban una variedad de trigo en su predio de 1,2 hectáreas, ubicado en la desértica región de Barind Tract.
Allí, el clima es seco y caliente durante el verano, y cultivar en esas condiciones se considera imposible, exceptuando a la BARI Gom 25, una nueva clase de trigo desarrollada por el Consejo de Investigaciones Agrícolas de Bangladesh.
"No tuvimos problemas en cultivar trigo en el suelo seco", dijo Mayaboti.
"A diferencia de las variedades tradicionales de trigo, la BARI Gom-25 requiere agua solamente en las etapas iniciales, y una vez que las plantas maduran no hay necesidad de mayor irrigación", señaló.
Otras variedades resistentes al clima, desarrolladas en Bangladesh y disponibles en el mercado, incluyen tomates, boniatos, cebollas, legumbres y caña de azúcar.
Pero las instituciones agrícolas de Bangladesh han sido más exitosas con los cereales. Desarrollaron unas 190 variedades de trigo y arroz capaces de soportar sequías, salinidad, inundaciones o temperaturas extremas, generando también seis legumbres tolerantes a la sal.
Pese a esos avances, los expertos sienten que Bangladesh necesita una mayor cooperación de las agencias internacionales de investigación agrícola, a fin de ayudar a los agricultores a adaptarse al cambio climático.
"Necesitamos más científicos calificados, los últimos equipos de biotecnología y, sobre todo, una mejor colaboración internacional para abordar la crisis climática", dijo a IPS el presidente ejecutivo del Consejo de Investigaciones Agrícolas, Wais Kabir.
La ansiedad es comprensible. El Ministerio de Agricultura estima que cada año se pierden alrededor de 80.000 hectáreas de tierras arables debido a desastres naturales, inundaciones prolongadas, intrusión de aguas salinas y sequías extendidas.