Más vale no esforzarse por encontrar a Cantarrana en un mapa. «Nadie nos conocía, no existíamos» hasta que aparecieron los murales, comentó una vecina del barrio del oeste de la capital cubana que debe su nombre al croar de las ranas que antaño solían llegar a sus calles cuando crecían los ríos aledaños.
El arte plasmado en una de sus calles comenzó a sacar del anonimato a la barriada y, sobre todo, está cambiando a sus habitantes. "Ahora la gente se siente importante y orgullosa de vivir aquí", dijo a IPS la ingeniera mecánica Aleida González, de 47 años, quien nació en el hogar marcado con el número 4405 de la calle 63.
Su casa es de las pocas de esa cuadra que no luce murales en su fachada. "Yo prefiero conservar las matas en mi terraza, pero debo reconocer que esta idea de que artistas plásticos plasmen su obra en nuestras viviendas mejoró la imagen de la calle, los vecinos se preocupan más por cuidar sus muros, hay más respeto entre todos", señaló.
Los pintores se reúnen en torno a una iniciativa apoyada por el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP), una organización no gubernamental europea con sede en Italia que trabaja desde hace 20 años en Cuba.
"Comenzó hace dos años y medio y ya está demostrado que se puede realizar", explicó Eduardo Lima, considerado líder natural de los residentes en la zona.
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"Creo que los beneficios sociales son muchos, porque hasta mejoró el carácter de la gente, que está contenta porque su cuadra se ve bonita", apuntó a IPS.
"La comunidad se interrelaciona mejor, está más sociable y dispuesta a cooperar", aseguró Lima, quien no hace mucho dejó el cargo de Delegado (Consejal) del Poder Popular que ejerció por 12 años.
Lima no pierde las esperanzas de que la idea se pueda extender a otras cuadras de Cantarrana, barrio que confunde sus límites con Puentes Grandes, también del municipio habanero de Playa. "Por ahora vamos a estar pendientes de esta calle, habitada por unas 300 personas, para cuidarla y mantenerla como ejemplo", explicó.
Al calor del proyecto, algunos vecinos se han convertido en pintores, bajo la orientación de los profesionales. "Este grupo poblacional se consideraba algo marginado, aislado y ahora se siente mejor porque alguien está pensando en ellos", resumió Miguel Ángel González Pi, uno de los artistas comprometidos también con la enseñanza.
"Ha sido una experiencia increíble. Es la primera vez que pinto al aire libre, solo con una pared como soporte. Además, la confianza y el cariño de los vecinos hacia nosotros ha sido muy grande, siempre dispuestos a apoyar y participar", narró, a su vez, Isabel María Llamas, autodidacta y con 10 años de trabajo en las artes plásticas.
Según Paola Larghi, responsable de CIPS en Cuba, la génesis de esta iniciativa tuvo la peculiaridad de que no surgió de la comunidad, sino que fue "un poco inducida" por los artistas. "Sin embargo, la gente comenzó a involucrarse cada vez más en el arreglo de sus casas, aportando inclusive materiales, que no es fácil conseguir acá", comentó.
En su opinión, otro resultado favorable del proyecto es que los vecinos tienen ahora una mejor apreciación de las artes plásticas y cuida su entorno. "Hay un impacto real en el mejoramiento higiénico-sanitario y ambiental en la comunidad", explicó Larghi, quien definió la idea como la "pequeña chispa" que "encendió" otras de mayor alcance.
Entre otros nuevos emprendimientos de CIPS figura "Espacio abierto", un proyecto que busca acciones transformadoras a través del arte en varios barrios menos favorecidos del municipio Playa, y al cual se han unido instituciones culturales locales y grupos de jóvenes interesados en trabajar por sus comunidades.
"Nuestra experiencia en Cuba nos llevó a plantearnos el desarrollo socio-cultural como esfera de acción y el papel importante del arte como herramienta de transformación", dijo Larghi durante un foro sobre el tema realizado en la XIV semana de la cultura italiana, que se desarrolló del 21 al 27 de noviembre.
Arquitectos cubanos como Mario Coyula son partidarios de la participación ciudadana activa en el reto que implica recuperar el entorno urbano impactado por el deterioro acumulado en las últimas cinco décadas. El profesional también estimó necesario aprovechar el potencial de los espacios públicos "para crear sentido del lugar", en un reciente artículo sobre la urbe habanera.
En declaraciones a IPS, el embajador de Italia en Cuba, Marco Baccin, afirmó que la cooperación de su país con Cuba incluye el apoyo a proyectos de restauración del Centro Histórico de La Habana Vieja, así como a iniciativas de carácter social y en el campo de la energía renovable.
El diplomático valoró como muy buenos los vínculos cubano-italianos en todos los sentidos, bajo los cuales la semana de la cultura de su país transcurrió de manera exitosa. Añadió que en el campo político hay una relación bastante fluida y de diálogo sobre temas bilaterales e internacionales de interés común.
"Italia, dentro de la Unión Europea, tiene una posición muy favorable para que se abra la posibilidad de un nuevo cuadro de relaciones con Cuba", concluyó Baccin.