CAMBIO CLIMÁTICO: Lluvioso callejón sin salida

Nadie estaba feliz al anochecer de este viernes 9 en las peleadas negociaciones climáticas de la ONU, que entraron en alargue hasta este sábado. Mientras las luces parpadeaban en la noche lluviosa de la ciudad sudafricana de Durban, el fallo eléctrico recordaba el fracaso del proceso multilateral.

La realidad desmiente la frase del cartel: "Si los países aceptan el texto negociado tal como está, será como una sentencia de muerte para África", profirió el presidente de Amigos de la Tierra Internacional, el nigeriano Nnimmo Bassey. Pero los africanos y otros países vulnerables podrían ceder porque serán presionados y extorsionados, agregó.

Cuando Bolivia se puso de pie y resistió las presiones de Estados Unidos en la 15 Conferencia de las Partes (COP 15) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en 2009 en Copenhague, Washington le retiró al año siguiente toda su ayuda al desarrollo.

"Los delegados deben demostrar que les preocupa la devastación de todo el continente (africano) y de los pequeños estados insulares… o se van a dejar torcer el brazo por unos pocos dólares", cuestionó.

Hasta ahora, los países africanos no están bloqueando la posibilidad de llegar a un acuerdo, dijo Bassey a IPS.
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El jueves por la noche, un grupo selecto de ministros y altos representantes de 28 países se reunieron hasta las cuatro de la madrugada de este viernes para trabajar en aspectos clave, pero sin llegar a un acuerdo total.

Este viernes, a medida que todos los países revisaban los detalles discutidos emergieron grandes diferencias respecto de muchas de las mismas cuestiones.

"Los países no van a acordar un segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto hasta la próxima COP, que se celebrará a fines de 2012 en Qatar, dijo a IPS el exembajador de Bolivia ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Pablo Solón, quien encabezó la delegación de su país en la COP 16 de 2010 en Cancún, México.

El Protocolo de Kyoto, único tratado obligatorio para reducir la contaminación climática que expirará en 2012, "perderá su alma…, se convertirá en zombi", dijo Solón, que había visto los puntos confidenciales discutidos por los delegados y que no fueron publicados hasta bien entrada la noche sudafricana.

Los gobiernos "solo tomarán nota" de la necesidad establecida por la ciencia de que se adopten compromisos mayores para abatir los gases que recalientan la atmósfera mucho antes de 2020. Además, la expresión "legalmente vinculante" que querían casi todos los países, está ausente, dijo Solón.

"Estados Unidos es el gran ganador… Esto nos llevará a un futuro con más de cuatro grados centígrados" de aumento de la temperatura mundial, añadió.

Esta 17 Conferencia de las Partes (COP 17) es un "desastroso fracaso", dijo a IPS el indio Praful Bidwai, excorresponsal de esta agencia, columnista y sociólogo.

Sería mejor que las conversaciones colapsaran en lugar de redactar a las apuradas un "pacto de lavada de cara" con pretensiones de encarar la crisis, añadió Bidwai, que acaba de publicar un libro sobre la política del cambio climático.

"No se puede confiar en Estados Unidos en estas negociaciones. Nunca aceptará nada que sea legalmente vinculante", sostuvo.

Washington fue uno de los principales arquitectos del Protocolo de Kyoto a inicios de la década de 1990, pero nunca lo ratificó pese a que el tratado solo exigía una reducción de emisiones de gases invernadero a volúmenes cinco por ciento inferiores a los de 1990 con plazo en 2012.

Canadá apoyo y ratificó el Protocolo, pero no hizo nada para honrarlo, y sus emisiones crecieron entre 24 y 28 por ciento.

La Unión Europea está apenas mejor, si bien parece que sus emisiones cayeron más de 15 por ciento. Gran parte de esa disminución obedece al colapso económico de Europa oriental en la década de 1990 y a una creciente importación de productos que le permitió evitar una parte de la contaminación doméstica.

España, Francia e Italia y otras grandes economías industriales registraron importantes aumentos de gases invernadero.

"Se podría desmoronar todo. Muchos países de bajos ingresos están furiosos", dijo Alden Meyer, director de estrategia y política de la Unión de Científicos Preocupados de Estados Unidos en referencia a algunas de las naciones más pobres del mundo, como Mali y los pequeños estados insulares que desaparecerían por la elevación del nivel del mar.

Canadá y Estados Unidos se hicieron merecedores, una vez más, del Fósil Colosal, un premio que entrega en cada COP la sociedad civil a aquellos estados que más obstaculizan el camino para alcanzar un régimen climático internacional.

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