A pesar del daño que causa el cadmio a la salud humana y al ambiente, México no cuenta con ningún plan en marcha para reducir la presencia de este metal en juguetes y productos industriales como baterías y fertilizantes.
En México se producen al año alrededor de 1.600 toneladas de cadmio (Cd), y se exportan abonos, químicos, fertilizantes, materiales fosfatados y antioxidantes y otros compuestos estabilizados para caucho o plástico con ese componente nocivo.
Además, este país es un fuerte importador de acumuladores eléctricos de níquel-cadmio, cadmio solo y desperdicios, así como polvo, pigmentos y preparaciones a base de ese metal.
"La pregunta del millón es por qué no se aplican medidas para atender esta situación, como podría ser una reducción del contenido de esos materiales en los productos", señaló a IPS Rosario Norzagaray, directora de la Red Mexicana de Manejo Ambiental de Residuos de Baja California.
"El tema es institucional. El gobierno sólo reacciona al grito desaforado de la comunidad", respondió la ambientalista a su propia pregunta abierta.
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Creada en 2000, esta red del noroccidental estado mexicano, que aglutina a 10 miembros activos, ejecutó desde 2009 el Programa de Desarrollo de Capacidades para el Manejo Adecuado de Residuos Electrónicos, con el cual capacitó a 15 entidades educativas de la zona y recolectó 17 toneladas de esos materiales entre computadoras, teléfonos móviles y baterías.
El Cd es parte de bienes industriales como baterías recargables de níquel-cadmio, fertilizantes, pigmentos y estabilizadores en plástico y tubos PVC y en pinturas, así como catalizadores y conservadores en la industria del plástico, aleaciones y cigarrillos.
La población ingiere el metal por la cadena alimenticia, el agua contaminada por cultivos cercanos y por el consumo de tabaco abonado con fertilizantes fosfatados que contienen ese elemento.
El cadmio se almacena principalmente en los riñones, causando hipertensión arterial. Además, ha sido asociado con el cáncer en animales de experimentación, así como con casos de tumores malignos en próstata en humanos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) analizó la situación de tres metales contaminantes en su estudio de marzo titulado "Análisis del flujo del comercio y revisión de prácticas de manejo ambientalmente racionales de productos conteniendo cadmio, plomo y mercurio en América Latina y el Caribe". Pidió una acción global respecto de los dos primeros.
El Pnuma señaló que la exportación de productos nuevos y usados que contenían plomo y cadmio seguía siendo un desafío para los países en desarrollo y con economías en transición, que carecen de capacidad para administrar y disponer de las sustancias en los productos de una manera ambientalmente adecuada.
"No es difícil pedir los residuos, sino ver a dónde van a parar, para cerrar el ciclo", planteó Norzagaray, en cuyo estado operan más de 200 plantas manufactureras.
"La población no tiene conciencia sobre residuos peligrosos, pues no se le ha dado información verídica, confiable y atractiva. La participación de la sociedad es mínima y por eso queremos ver cómo las instituciones han asimilado el ejercicio hecho, ya que queremos crear comunidad", añadió.
Para intercambiar vivencias y presentar casos exitosos se convocó el Segundo Encuentro de Organizaciones Ciudadanas Involucradas en el Manejo de Residuos, que se realizará del 7 al 9 de este mes en la occidental ciudad mexicana de Guadalajara tras el lema "Los residuos, responsabilidad de todos".
México vendió alrededor de 880.000 toneladas de productos con cadmio y e importó 1,2 millones de toneladas entre 2001 y 2009, según el reporte del Pnuma.
La Organización Mundial de la Salud y los gobiernos de Estados Unidos y de México fijaron un límite de 0,005 miligramos por litro, como la concentración máxima permisible.
La presencia de metales contaminantes en moluscos en el Golfo de México fue confirmada por la investigación "Bioacumulación de cadmio (Cd), plomo (Pb) y arsénico (As) en Crassostrea virginica (ostión americano) del sistema lagunar Tamiahua", en el sudoriental estado de Veracruz, publicada en agosto de 2010 en la Revista Internacional de Contaminación Ambiental.
El cadmio "superó los límites permisibles de consumo que establecen las normas sanitarias para moluscos bivalvos y se estima que representa un riesgo para la salud humana", concluyó el trabajo de Fabiola Lango y María Castañeda, académicas del estatal Instituto Tecnológico de Boca del Río, y Cesáreo Landeros, del público Colegio de Posgraduados.
La pesquisa científica explicó que las posibles causas de estas concentraciones incluyen la descarga de aguas no tratadas en forma doméstica ni municipal que contienen material orgánico, pesticidas, fertilizantes, detergentes y metales, así como al alto nivel de actividad agrícola alrededor de la laguna.
En 2006 se estableció la Alianza de América del Norte para la Prevención de la Contaminación con Productos Electrónicos Limpios entre Canadá, Estados Unidos y México, que están asociados desde 1994 en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El proyecto consiste en fomentar la reducción y eliminación de materiales tóxicos, como plomo, cadmio y mercurio, por parte de los fabricantes e importadores de aparatos electrónicos y equipos eléctricos en la región, objetivos aún no alcanzados.
En México se generan entre 150.000 y 180.000 toneladas de residuos electrónicos al año, se afirma en el "Diagnóstico sobre la generación de basura electrónica en México", el único estudio al respecto elaborado en 2007 por el estatal Instituto Politécnico Nacional.
Su manejo es cubierto por la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos de 2004.
Ese documento señala que el desmantelamiento y pre-procesamiento son importantes, pero sólo como etapas intermedias, y que la recuperación de materiales es crucial para la generación de valor y control de tóxicos.
En el diagnóstico se recomienda tener inventarios detallados, planes de manejo por las asociaciones productoras e importadoras de aparatos electrónicos, regulaciones que determinen los criterios de esos planes, la elaboración de una ley nacional de reciclado de desechos y establecer alianzas público-privadas para recolección y desmantelamiento.
En diciembre, la Comisión del Consumidor para la Seguridad de los Productos, de Estados Unidos, empezará a restringir el uso del cadmio en bisutería para niños, a menos que ASTM International, un organismo de normalización estadounidense, aplique estándares voluntarios, una disposición que México podría replicar.
Esa decisión se origina en una solicitud presentada por cuatro organizaciones no gubernamentales para combatir este mineral, que es el preferido por la industria para añadir peso y dar forma a la joyería infantil luego de que una resolución en 2008 prohibió el uso del plomo en esta actividad.