Campesinas de Zimbabwe obtienen billetera electrónica

Reunir los aportes mensuales de las socias de su cooperativa era un problema para Thelma Nare, de 41 años, porque su aldea rural en el sudoeste de Zimbabwe se encuentra a unos 60 kilómetros de Plumtree, el centro financiero más cercano.

Las campesinas se han convertido en el público objetivo de una campaña de proveedores de telefonía móvil para iniciar las transferencias de dinero mediante celular en Zimbabwe. Crédito: Ignatius Banda/IPS.
Las campesinas se han convertido en el público objetivo de una campaña de proveedores de telefonía móvil para iniciar las transferencias de dinero mediante celular en Zimbabwe. Crédito: Ignatius Banda/IPS.
"Nos reunimos muy de vez en cuando porque nuestras casas pueden estar muy alejadas entre sí. Los encuentros y las contribuciones no son regulares", indicó Nare, quien vive en la aldea de Tshitshi.

Las cooperativistas no tienen cuenta bancaria y, hasta hace poco, era necesaria su presencia física para hacer los pagos.

Pero ahora, estas campesinas se han convertido en el público objetivo de una campaña de proveedores de telefonía móvil para iniciar las transferencias de dinero mediante celular en Zimbabwe.

Así, quienes no tienen cuenta bancaria, como Nare y su cooperativa, pueden enviar y recibir dinero.
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Es un sistema muy sencillo. El usuario se registra ante su proveedor de telefonía para obtener un servicio bancario móvil y recibe una "billetera electrónica", una aplicación para su tarjeta inteligente SIM (sigla inglesa de módulo de identificación del suscriptor), asociada a su número telefónico.

Cuando la persona desea pagar un servicio o transferir efectivo simplemente se dirige a un agente, abona el monto correspondiente, y este se carga a su "billetera electrónica".

El destinatario puede entonces retirar el dinero en el local de otro agente. Hay varias agencias asociadas a los proveedores de servicios móviles en todo el país, también en zonas rurales.

Como en muchas cooperativas o clubes de dinero, como las llaman aquí, las personas morosas no son precisamente apreciadas. Pero estas mujeres no hubieran sobrevivido a la crisis económica sin su organización.

Pertenecer a la cooperativa las salvó durante los agitados años de desabastecimiento. A mediados de la década de 2000 el país sufrió hiperinflación, y casi 94 por ciento de los habitantes estaban sin empleo.

El sistema devuelve a las mujeres su libertad de movimiento. Nare y sus socias viajan regularmente a Bulawayo, la segunda ciudad del país, también en el sudoeste, para vender lo que producen, por ejemplo las orugas de mariposa emperador, o mopane, que constituyen una importante fuente de proteínas en la región.

La última vez que Nare fue a Bulawayo, a 100 kilómetros de Tshitshi, descubrió la posibilidad de hacer transferencias de dinero por celular.

La red de telefonía móvil Econet Wireless, que tiene cinco millones de clientes, lanzó el servicio en septiembre, y rápidamente fue imitada por la competencia, la empresa estatal NetOne y Telecel.

Los proveedores se asociaron con varias agencias en todo el país, como la oficina de correo de Zimbabwe y supermercados, donde la gente puede administrar sus fondos.

"Cuando estuve en la ciudad me hablaron de los celulares para transferir dinero. Le comenté a mis compañeras del club y nos pareció que era la respuesta a nuestros problemas", dijo Nare a IPS.

El modelo fue copiado de M-Pesa, en Kenia, que tuvo un crecimiento fenomenal de 20.000 usuarios al momento de su lanzamiento, en 2007, a 14 millones estimados para este año.

Girlie Moyo, de 40 años e integrante del club de dinero de Nare, contó que antes solían juntarse bajo un árbol para pagar sus cuotas. Ahora "podemos coordinar nuestros aportes sin preocuparnos por la distancia".

Los servicios para transferir efectivo se propagaron por todo el país debido al éxodo masivo de gente en busca de trabajo, pero las casas de cambio se quedaron en las ciudades. La población de zonas rurales estaba obligada a recurrir a transportistas trasfronterizos poco confiables y caros que les pedían 20 por ciento del monto total.

La banca móvil parece la mejor solución para las comunidades rurales de Zimbabwe, según un estudio del Groupe Speciale Mobile Association (GSMA), divulgado el 9 de este mes, que concluyó que África tiene el mercado de telefonía móvil de mayor crecimiento y el segundo en materia de conexiones, detrás de Asia.

Habrá más de 735 millones de clientes en África a fines de 2012, pronosticó GSMA.

Se prevé que con la vasta población rural de Zimbabwe, las transferencias de efectivo por teléfono móvil tengan el mismo éxito que en Kenia, líder del sector, según el informe GSMA.

Las transferencias de efectivo por celular alcanzarán 200.000 millones de dólares en 2015, según Econet Wireless.

"Es un servicio que muchas personas, en especial campesinas, siempre quisieron", indicó Viola Matongerere, economista y especialista en género y desarrollo.

"Zimbabwe es uno de los muchos países en desarrollo donde los esfuerzos de las campesinas por mejorar sus ingresos se vieron frustrados por pequeñas cosas a las cuales los hombres tenían acceso, como una cuenta bancaria", añadió.

"Es una oportunidad para que las mujeres logren autonomía financiera, pues pueden hacer circular su dinero sin necesidad de recurrir a nadie", señaló Matongerere.

Las agencias de transferencias informaron a los proveedores del gran interés que suscitó la iniciativa. El gobierno, por su parte, sigue promoviendo las transacciones bancarias sin papeles.

"Es increíble la cantidad de efectivo hacia las zonas rurales desde el lanzamiento del servicio", dijo Stewart Manyora, funcionario de la oficina de correo.

"No hemos tenido tanto trabajo propio en los últimos tiempos, pero ya se ve que las transferencias por teléfono celular marcan la diferencia", señaló.

Los proveedores del servicio todavía no han divulgado los volúmenes de dinero transferidos desde su inicio.

"Las mujeres que desean tener un negocio deben superar enormes obstáculos, y la situación es peor para las campesinas", señala el Informe sobre la Economía de la Información 2011, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

Faltan programas e iniciativas que promuevan el uso de las tecnologías de la información y la comunicación para ayudar a las mujeres. Las agencias de desarrollo consideran que la banca por teléfono móvil abre una mayor autonomía para las comunidades rurales, señala el informe.

"Aun cuando recibimos dinero de nuestros esposos que trabajan en Botswana y Sudáfrica, era un problema reenviarlo a nuestros hijos que van a la escuela lejos del pueblo", señaló Moyo.

"Lo que cuenta es que, gracias a los teléfonos, podemos organizarnos como mujeres cooperativistas", concluyó.

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