La reforestación echa raíces en Burkina Faso

Fatimata Koama y sus socios recibieron este año una recompensa de 1.200 dólares por plantar y cuidar 1.200 árboles en su pequeño predio de Burkina Faso.

"Los árboles son importantes. Plantamos principalmente especies exóticas, pero también mango, moringa y papaya", dijo Koama.

Esta mujer, que vive en la occidental provincia de Nayala, en este semiárido país del occidente africano, lidera un colectivo autodenominado "Magoulé", que significa "Yo creo" en el idioma local san.

La paga es apenas parte de los más de 100.000 dólares desembolsados en los últimos dos años como estrategia para fortalecer los esfuerzos de reforestación, según la organización ambientalista SOS Sahel y el Ministerio de Ambiente.

Cubierta forestal amenazada
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Según un estudio divulgado en 2010 por el Ministerio de Ambiente, cada año se degradan 110.500 hectáreas de bosque en el país, lo que representa alrededor de cuatro por ciento de toda el área forestada.

La investigación señala que la deforestación amenaza seriamente a especies valiosas como la palma de Palmira y el algarrobo.

El programa de incentivos fue diseñado para enlentecer esta rápida deforestación. La firma de contratos que brindan a los agricultores una modesta recompensa por cuidar los arbustos que plantan mejoró en alrededor de 70 por ciento la supervivencia de los árboles jóvenes, en comparación con apenas 10 por ciento en las campañas convencionales de reforestación.

"Si un árbol (recién plantado) sobrevive 24 meses, recompensamos a quienes lo plantaron", explicó Mouni Conombo, coordinador de SOS Sahel en Nayala.

"No les pagamos por todo el trabajo de atender al arbusto, sino que los alentamos, ayudándolos a comprender la mejor manera de plantar un árbol y cultivarlo.

La organización no gubernamental ambientalista trabaja con esta estrategia desde 2001, usando el apoyo de los donantes para pagar un extra en efectivo a los productores que cuidan los arbolitos. Su éxito llevó al Ministerio de Ambiente a adoptar este enfoque como política nacional.

Estimulando la conservación

Según Salifou Ouédraogo, director ejecutivo de SOS Sahel, el programa buscó responder al fracaso de los programas clásicos de reforestación, en los que nueve de cada 10 arbustos fallecían.

"Investigamos y concluimos que este método (de pagar un extra) ya había sido usado por los colonialistas para introducir el cacao y el café en Costa de Marfil", dijo a IPS.

"En esa época, los aldeanos que eran obligados a plantar los nuevos cultivos comerciales usaban agua caliente para matar en secreto los arbustos de cacao y café. Pero los colonialistas incentivaban a los jefes dándoles recompensas como rifles y vestimenta (por los árboles que sobrevivían). Entonces el cacao y el café fueron aceptados", relató Ouédraogo.

En su forma contemporánea, este año la recompensa se calcula en alrededor de un dólar por árbol para la organización Magoulé, pero eso no toma en cuenta el valor de los árboles que se cultivan.

"Pasaron tres años desde que firmé un contrato. Tengo 11 hectáreas y gano un extra de (unos 438 dólares) por mi huerto frutal, que incluye árboles de guayaba, papaya y mango", dijo Boureima Dao, de la comuna de Ey, en Nayala.

Solamente en Nayala, se firmaron más de 170 contratos con los agricultores locales.

Un éxito en expansión

"La gente cree que la reforestación es muy simple, pero es necesario tomar precauciones para que los arbustos que colocamos en la tierra realmente combatan la desertificación", dijo a IPS el director de bosques en el Ministerio de Ambiente, Adama Dolkoum.

"Entre estas medidas está la protección de los arbustos, porque estamos en un área con muchos animales. También hay actividades humanas a tener en cuenta, y factores naturales que afectan el éxito de las plantaciones", explicó.

Joachim Ouédraogo, director general de conservación en el Ministerio de Ambiente, dijo a IPS que "luego de las sequías de 1973-1974 hubo esfuerzos de reforestación industrial e toda Burkina Faso, con maquinaria y guardias… y eso funcionó bien en un principio. Pero luego hubo problemas con este enfoque y con la propiedad de estas plantaciones. La estrategia de usar contratos hace que quienes plantan árboles asuman la responsabilidad por ellos".

La nueva estrategia no es 100 por ciento efectiva. "Damos los arbustos a asociaciones que se encargan de cumplir los contratos, pero de cada 10 asociaciones firmantes, apenas cinco vuelven por los arbustos al año siguiente, porque las otras no respetan los términos" del acuerdo, señaló.

Pero para quienes sí lo hacen, la estrategia ha cambiado la actitud hacia la forestación.

"Es diferente de los programas tradicionales de reforestación en los que uno solamente suministra los arbustos", dijo Conombo.

"Intentamos alentar un compromiso real con la tarea de plantar un árbol y cuidarlo como si fuera un hijo", resumió.

Los múltiples beneficios de la conservación

Además de retener la humedad del suelo y prevenir la erosión, muchos árboles brindan beneficios directos adicionales a las comunidades.

Las semillas del algarrobo se fermentan hasta formar una sabrosa pasta con alto contenido de proteínas, o se seca y almacena durante un año o más sin refrigeración, agregándose luego al estofado para mejorar su valor nutricional.

Las hojas del árbol moringa son otra fuente de proteínas y vitaminas, que se cocinan y se comen prácticamente igual que la espinaca.

La palma de Palmira da granos comestibles, madera para obtener combustible o para la construcción, y sus hojas pueden usarse para hacer escobas y canastos, entre otras cosas. Especies como el kapok (Ceiba pentandra) pueden usarse como forraje complementario para el ganado cuando el pasto escasea.

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