La mayor riqueza de un país es tener una población instruida, declaró la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), tras remarcar que la única forma de escapar de la pobreza es ampliar el acceso a la enseñanza secundaria.
"Es un derecho mínimo para equipar a los jóvenes con el conocimiento y las capacidades necesarias para asegurarse una vida decente en el mundo globalizado de hoy", dijo la directora general de Unesco, Irina Bokova, con motivo del lanzamiento de un estudio sobre las desigualdades en el acceso a la educación.
"Se necesitará ambición y compromiso para hacer frente al desafío. Pero es la única forma de lograr la prosperidad", alertó.
Dos de cada tres niñas y niños africanos quedan fuera de la enseñanza secundaria. Los gobiernos de ese continente se esfuerzan por cubrir la demanda, en especial en la región subsahariana, donde solo hay lugar en la actualidad para 35 por ciento de los adolescentes en edad de cursar ese ciclo escolar.
Las niñas tienen mayores barreras por la brecha de género, que se agranda en la región, según el Compendio Mundial sobre Educación 2011, publicado el martes 25 por el Instituto de Estadística de la Unesco.
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Muchos países africanos lograron avances considerables en la materia, pero persisten desigualdades que hacen que los logros no sean equitativos, dijo a IPS la jefa mundial de educación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Susan Durston.
Unicef otorga más recursos a programas de educación en el ámbito comunitario y en aldeas, entre varias medidas que promueve para mejorar la situación, indicó.
La agencia también se esfuerza por crear un ambiente saludable para que niños y niñas reciban una educación de calidad, por desarrollar enfoques relevantes para los adolescentes y por promover la calidad del personal docente, apuntó.
"Las iniciativas de Unicef forman parte de su empeño por lograr la igualdad para que todos los niños y adolescentes, en especial los que padecen más privaciones sociales, puedan gozar de una educación de calidad", señaló Durston.
Uno de cada tres adolescentes viven en países donde los primeros años de la educación secundaria son obligatorios, pero donde no se respeta la ley, señala el estudio de la Unesco.
"Debemos hacer realidad el compromiso", apuntó.
Pero eso implica una cantidad considerable de recursos económicos y humanos pues la educación secundaria es más cara que la primaria, en especial porque los profesores deben enseñar temas específicos.
En muchos países en desarrollo, las familias de los estudiantes asumen esos costos.
En África subsahariana, las familias contribuyen con 49 por ciento en los primeros años de la enseñanza secundaria y con 44 por ciento en los últimos.
En cambio, en América Latina y el Caribe, al igual que en Asia Pacífico, el aporte de la familia promedia 25 por ciento y 41 por ciento respectivamente. Mientras que en América del Norte y Europa occidental la contribución es solo de siete por ciento del gasto total, señala el estudio.
Los estudiantes de secundaria son casi 100 millones más de una década a otra, lo cual significó un aumento de 60 por ciento de la matrícula ente 1990 y 2009. Al haber más niños y niñas con enseñanza primaria completa, también aumenta de forma exponencial la demanda de lugares en el segundo ciclo.
La situación de la enseñanza primaria es igual de funesta en algunas zonas de África, dijo a IPS la hermana Maryknoll Jean Pruitt, de la Red Global de Religiones a favor de la Niñez, un movimiento mundial interconfesional.
Pruitt aclaró que no puede hablar por África, pero sí por Tanzania, donde trabaja en defensa de los derechos de la infancia desde hace 42 años.
"El Banco Mundial abandonó la asistencia a la educación primaria universal hace 15 años en el marco de su plan de recorte. Pero ahora está otorgando préstamos", indicó.
Abandonar la educación primaria significó el cierre de los centros de formación de maestros, remarcó.
"Ahora el gobierno tiene educación primaria, pero no maestros, pese a que construye escuelas", indicó Pruitt.
Las organizaciones no gubernamentales tienen un papel fundamente para desempeñar, respondió al ser consultada sobre qué se puede hacer para remediar la situación.
"Estoy segura de que la corrupción es un problema en todo el continente", apuntó.
También hay que atender el crecimiento explosivo de la población, porque en un país como Tanzania, la mitad de los habitantes tienen menos de 18 años.
"Eso también ocurre en muchos países africanos. Con ese tipo de incremento poblacional es imposible lograr el acceso universal en la enseñanza primaria", arguyó, y añadió que es igual de importante atender la cuestión de la planificación familiar.