Si cabía alguna duda de que los palestinos podían lograr el apoyo de una abrumadora mayoría de los estados miembro de la ONU, se disipó este viernes, cuando la Asamblea General dio una calurosa bienvenida al presidente Mahmoud Abbas.
Mientras los delegados de Estados Unidos e Israel permanecían sentados con expresión apesadumbrada, los aplausos reverberaron en la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y hasta hubo ovaciones de pie, cuando Abbas planteó su reclamo de que Palestina sea reconocida como estado independiente.
Tras haber presentado una petición al secretario general Ban Ki-moon para lograr la membresía plena en el foro mundial, Abbas mantuvo la atención de la Asamblea General al hacer el relato de las matanzas y la destrucción causadas por la "potencia ocupante".
"Ha llegado el momento de que mi pueblo valiente y orgulloso, luego de décadas de desplazamiento, ocupación colonial e incesante sufrimiento, viva como otros pueblos sobre la Tierra, libre en una patria soberana e independiente", dijo.
"Vuestro apoyo a la creación del estado de Palestina y a su admisión en la ONU como miembro pleno es la mayor contribución a la paz en la Tierra Santa", declaró en medio de fuertes ovaciones de los delegados, que tradicionalmente se rigen por el sobrio protocolo diplomático.
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Abbas presentó su petición sabiendo que aunque Palestina obtenga los nueve votos requeridos en el Consejo de Seguridad, de 15 miembros, Estados Unidos uno de los cinco permanentes con poder de veto- le negará la victoria diplomática.
Los otros países con poder de veto son China, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
"Solicito al señor secretario general que expida la transmisión de nuestro pedido al Consejo de Seguridad, y solicito a los distinguidos miembros del Consejo de Seguridad que voten a favor de nuestra membresía plena", dijo Abbas.
"También pido a los estados que todavía no reconocieron al estado de Palestina que lo hagan", agregó. Actualmente hay más de 125 países que lo reconocen, fuera del ámbito de la ONU.
Phyllis Bennis, directora del New Internationalism Project en el Institute for Policy Studies de Washington, dijo a IPS que ahora el peligro es que el Consejo de Seguridad pueda, en vez de avanzar hacia una rápida votación y un inevitable veto de Estados Unidos, crear un comité, iniciar una investigación e intentar enterrar la postulación palestina en las profundidades de la burocracia de la ONU.
"Incluso es posible que esto pueda no resurgir durante meses, tal vez hasta después de las elecciones de noviembre de 2012 en Estados Unidos, lo que por supuesto significa que el presidente Barack Obama no enfrentará las consecuencias internacionales del veto que prometió por motivos políticos internos", pronosticó Bennis.
John Quigley, profesor de derecho internacional y comparado en la Ohio State University, dijo a IPS que el punto clave del discurso de Abbas fue su declaración de que, en la mañana, había entregado la petición escrita a Ban, pidiéndole que la presentara al Consejo de Seguridad a la brevedad posible, lo que sugiere que Abbas prevé demoras.
Esta vez no mencionó la posibilidad de que la Asamblea votara una resolución para "declarar que la misión observadora de Palestina es la misión de un estado", destacó Quigley, autor de "The Statehood of Palestine: International Law in the Middle East Conflict", donde sostiene que Palestina es un estado en todo el sentido político del término.
Bennis dijo a IPS que el discurso de Abbas fue muy cuidadoso al incluir los derechos de los refugiados como derechos continuos, así como al reconocer la posición de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como única representante legítima del pueblo palestino.
Que un gobierno de Palestina actúe en base al derecho de retorno será una tarea difícil, pero es una cuestión de voluntad política más que de normas establecidas por la ONU, sostuvo Bennis, autora del libro "Understanding the Palestinian-Israeli Conflict: A Primer".
También señaló que lo más importante es el fin del fallido "proceso de paz" respaldado por Estados Unidos como única vía diplomática posible.
Según ella, esto ubica a la diplomacia directamente en el ámbito al que siempre perteneció: la ONU.
Pese al aparente compromiso de Abbas de continuar en este proceso, existe por lo menos la base para una vía diplomática que se aparte de la perpetuación del poderío israelí y de la inevitable aceptación de la ocupación, el apartheid y la desigualdad, para pasar a una nueva base del derecho internacional y los derechos humanos cuyos cimientos estén en el fin de la ocupación, la igualdad para todos dentro y fuera de Israel y el derecho de retorno de los refugiados, planteó Bennis.
Más tarde, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel todavía desea la paz con los palestinos y la creación de un estado palestino, pero solamente a través de negociaciones.
En un comunicado conjunto posterior a su discurso, Robert G. Sugarman, presidente de la filial estadounidense de la Liga Antidifamatoria, y Abraham H. Foxman, su director, dijeron que Netanyahu hizo énfasis en la necesidad de un inmediato regreso a las negociaciones.
El hecho de que sugiriera que él y Abbas se reunieran "aquí y ahora en Nueva York representa el polo opuesto del mensaje de Abbas al mundo", dijeron.
La comunidad internacional debería urgir a Abbas a aceptar este ofrecimiento, agregó el comunicado.