MAURITANIA: Irrigación refresca agricultura

En un intento por reducir la inseguridad alimentaria, el gobierno de Mauritania actualiza sus enfoques agrícolas, ampliando los programas de irrigación, popularizando nuevos cultivos y aprovechando los bríos de los recién graduados.

Las nuevas estrategias sobrevienen tras un periodo que se centró en capacitar a pequeños agricultores, mecanizar la producción a gran escala y garantizar buenos precios a los cultivadores para lograr un suministro estable de productos agrícolas.

Previo a la temporada de cultivo 2011-2012 en este país del occidente de África, 125 graduados desempleados fueron sometidos a un entrenamiento básico en materia de técnicas agrícolas.

Ellos se hicieron cargo de 1.500 hectáreas de tierra en la llanura de M'Pourié, a orillas del río Senegal, cerca de la ciudad de Rosso, en el sur de Mauritania.

Rabia Mint Zeidane, graduada en economía, trabaja desde mayo un terreno de 10 hectáreas a corta distancia de allí. Bajo el calor del sol, lejos de familiares y amigos, pasa todo el día despejando los canales de irrigación junto con sus dos obreros, para asegurarles a sus arrozales un adecuado suministro hídrico.
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Determinada a triunfar en un área tradicionalmente reservada a los hombres, Mint Zeidane dijo a IPS que, como sus pares, se ha beneficiado de un programa de capacitación agrícola, del acceso a un predio y de un subsidio equivalente a unos 1.430 dólares, además de dos vacas lecheras.

Aparte del programa en el que participan graduados desempleados, las autoridades también introdujeron el cultivo de trigo en un plan que cubre a seis de las 13 regiones del país.

El gobierno tiene el ambicioso plan de extender el área irrigada del país. El año pasado no hubo más que 20.000 hectáreas irrigadas, pero para la temporada en curso se espera superar las 30.000, incluyendo 3.700 dedicadas al cultivo de arroz.

También se cultivará trigo, verduras y frutas, dependiendo de las distintas características del suelo.

En la capital, en Rosso y en otras áreas, intensos preparativos se iniciaron en marzo, a fin de permitir que haya créditos disponibles, crear conciencia, evaluar y mejorar el acceso al agua, así como implementar medidas contra potenciales pestes.

Presionado por la inseguridad alimentaria y la carestía de productos esenciales como el arroz, el trigo y el azúcar, el gobierno parece determinado a recuperar el tiempo perdido.

Algunos imprevistos

Pero en los predios que ya están siendo labrados y sembrados, en las sureñas regiones de Trarza, Brakna y Gorgol, no todo va tan bien como esperaban los productores.

Mohammad El Ghaly Ould Maayouf, quien tiene un gran predio en la carretera Rosso-Boghé, dijo que el costo de la producción para una sola hectárea de arroz es muy elevado, de unos 1.300 dólares, contando mano de obra, combustible y transporte.

Maayouf dijo estar igualmente preocupado por los riesgos que plantean las inciertas lluvias y las pestes. Se mostró particularmente amargado por la propagación de la totora, un junco invasor que obstruye los canales de irrigación.

Según él, con una mayor protección contra pájaros y ratas, así como un control efectivo de la vegetación invasora, su predio puede producir cuatro toneladas por hectárea de arroz. Pero esto apenas alcanzaría para cubrir sus gastos, señaló, agregando que solamente un rendimiento superior le permitiría obtener ganancias.

Daouda N'diaye, quien cultiva en Boghé, se quejó de los pocos tractores disponibles para labrar la tierra.

Alioune Awbek también se dedica a la agricultura en Trarza y exigió reactivar un fondo para apoyar a los productores que se ven perjudicados por desastres durante la temporada de cultivo.

El ingeniero agrícola Salem Merrakchi, quien supervisa la producción de trigo, dijo que los cultivadores que siguieron los consejos técnicos que se les ofrecieron pueden aguardar buenos resultados.

Él espera una producción de más de 3.840 toneladas de trigo a partir de 1.882 hectáreas, aunque enfatizó que algunas regiones demostraron ser inadecuadas para el nuevo cultivo.

"Las dificultades vinculadas a los escasos conocimientos sobre el cultivo de trigo, los animales que deambulan por los campos, la tardía preparación de los predios y la ausencia de herbicidas selectivos en Mauritania las han rezagado", dijo a IPS.

Bettar Ould El Bou, director general de Crédit Agricole –una institución agrícola francesa con raíces en los ahorros rurales y las cooperativas de préstamos—dijo que a lo largo de una década esa entidad extendió préstamos por más de 43 millones de dólares.

Pero no solamente ocurrió que se pagó menos de 30 por ciento de estos préstamos, sino que buena parte de los mismos no se invirtieron en la agricultura. La institución implementó reformas para controlar mejor el uso real de sus fondos, señaló.

Niang Samba Demba, presidente de una coalición de cooperativas en el sur del país, dijo que esfuerzos previos por introducir la irrigación en los años 80 no se estudiaron detenidamente.

Muchos agricultores abandonaron los métodos de irrigación en la década posterior por las pérdidas causadas por pestes, por técnicas inadecuadas para trillar trigo y por las incertidumbres climáticas. Muchos cultivadores quedaron debiendo dinero, lo que hizo que no fueran aptos para obtener nuevos préstamos.

"Esta vez no tenemos excusas para fracasar. Los medios están disponibles y en las altas esferas hay apoyo para los programas. Es una cuestión de supervivencia y de independencia en la producción cerealera", expresó.

Además, ahora los cultivadores tienen acceso a agua, tractores y cosechadoras combinadas, semillas mejoradas, fertilizantes de buena calidad y capacitación técnica, agregó.

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