ESTADOS UNIDOS: Década oscura para los derechos civiles

Estados Unidos recordará este domingo con solemnidad los peores atentados terroristas de la historia, contra el World Trade Center y el Pentágono. Pero muchos, a la vez, lamentan la muerte de los derechos y las libertades civiles esa fatídica fecha.

Protestas en Londres pidiendo el cierre de la prisión en Guantánamo. Crédito: lewishamdreamer/flickr/creative commons license
Protestas en Londres pidiendo el cierre de la prisión en Guantánamo. Crédito: lewishamdreamer/flickr/creative commons license
Familiares de las víctimas y políticos se congregarán este domingo en diversos mitines, especialmente en Nueva York y Washington, para homenajear a las 3.000 personas que fallecieron en los ataques 11 de septiembre de 2001.

En tanto, liderados por organizaciones como la Unión por las Libertades Civiles Estadounidenses (ACLU), el Centro para los Derechos Constitucionales (CCR) y el Centro Brennan para la Justicia, activistas aprovecharán la conmemoración de este domingo para exigir el respeto de derechos humanos básicos.

"Estamos usando este momento para dar un paso atrás y hacer grandes y amplias preguntas sobre cómo y por qué Estados Unidos sigue definiéndose como un estado en perpetua emergencia, por qué parece avanzar hacia un estado de seguridad en vez de volver al adecuado equilibrio entre libertad y seguridad", dijo a IPS el director de litigios del Proyecto de Seguridad Nacional de ACLU, Ben Wizner.

El activista es también autor del informe "A call to courage" (Un llamado al valor), de la organización.
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Wizner reconoció que Estados Unidos tenía una larga historia de responder a traumas nacionales restringiendo los derechos y concediendo más facultades al Poder Ejecutivo en tiempos de crisis.

Este patrón se vio claramente en la opresión de los derechos individuales y las libertades durante la Guerra Civil, la Guerra Fría y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), señaló.

"Pero ese patrón siempre ha hecho darnos cuenta de nuestros errores, admitir cuándo fuimos demasiado lejos e intentar recuperar alguna suerte de equilibrio en la sociedad civil", indicó Wizner.

"El peligro de definir una guerra como ‘antiterrorista’ es que puede ocurrir en cualquier lugar y puede durar para siempre. La guerra en sí se convierte en una abstracción en vez de una realidad, y no hay final a la vista", señaló.

"Después de la masiva respuesta de seguridad al 11 de septiembre, todos pensábamos que el péndulo regresaría, pero parece que sigue en la misma dirección", dijo.

"A pesar del miedo, no hemos visto nuevos grandes ataques en Estados Unidos, y el debate político es el mismo que hace 10 años. Más y más poder es canalizado al Ejecutivo y a las agencias del orden, y hay una creciente autorización de arrestos ilegales sin acusación o juicio, así como el uso de la fuerza letal lejos de los tradicionales campos de batalla", agregó.

Según el CCR, la década iniciada el 11 de septiembre de 2001 fue usada para "hacer trizas la Constitución de Estados Unidos, pisotear la Carta de Derechos, descartar las Convenciones de Ginebra y burlarse del estatuto interno contra la tortura y de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes".

El CCR criticó al presidente Barack Obama por no haber cumplido ninguna de sus promesas referidas a la lucha contra el terrorismo.

"No cerró (la prisión en la base militar de) Guantánamo ni responsabilizó al gobierno de (George W.) Bush (2001-2009) por crímenes de guerra, incluyendo la tortura", señaló.

Esto ha permitido que "la guerra en Afganistán continúe sin señales de término, y ha perpetuado la práctica de las ‘entregas’ (de sospechosos) a terceros países para interrogatorio y detenciones indefinidas", agregó.

Para conmemorar el aniversario, el CCR compiló una base de datos con sus propios clientes víctimas del clima de impunidad e ilegalidad que ha reinado en los últimos 10 años, incluyendo el testimonio de Maher Arar, canadiense torturado en Siria, y de Mohammed Khan Tumani, de 17 años, uno de los 22 menores detenidos y víctimas de abusos en Guantánamo.

También menciona a Benamar Benatta, que pasó un total de cinco años detenido y quien presentó una demanda contra el ex fiscal general John Ashcroft.

Mientras la seguridad se refuerza en torno a Nueva York y Washington en vísperas del aniversario de este domingo, hay preocupación entre los defensores de los derechos civiles por el impacto del aparato de vigilancia del Estado en la privacidad de los habitantes.

Un informe de la agencia de noticias Associated Press (AP) que expuso los estrechos vínculos del Departamento de Policía de Nueva York con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) llamó la atención sobre algunos de los efectos destructivos del contraterrorismo, en particular la práctica de enviar espías a comunidades locales para recolectar información.

La policía de Nueva York "opera muy lejos de sus fronteras y se concentra en comunidades étnicas en formas que entran en conflicto con las reglas de las libertades civiles", señaló AP.

"Y lo hace con una ayuda sin precedentes de la CIA, una sociedad que ha borrado la brillante línea entre el espionaje exterior e interno", añadió.

Faiza Patel, co-directora del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Centro Brennan para la Justicia, escribió la semana pasada: "La privacidad de nuestros hogares y nuestras comunicaciones han sido erosionadas por una amplia gama de nuevas medidas, como las órdenes de registro, que permiten al gobierno inspeccionar tu casa sin decirte por qué hasta meses después".

También mencionó las "cartas de seguridad nacional, que obligan a los bancos y a los proveedores de Internet a revelar tu información personal".

Críticos señalan que todo esto, lejos de hacer más seguro a Estados Unidos, lo ha vuelvo más vulnerable, tanto a nivel externo como interno.

Heidi Beirich, directora de investigaciones en el Centro de Derecho y Pobreza del Sur, el clima que ha dominado estos últimos 10 años ha permitido el surgimiento de grupos de odio en todo el país.

"No había grupos de odio específicamente anti-islámicos antes del 11 de septiembre", dijo Beirich a IPS. "Ahora existen grupos solamente destinados al odio contra los musulmanes, incluyendo el denominado ‘Detengan la Islamización de Estados Unidos’, de Palm Geller".

Esa organización prepara una manifestación en Nueva York este domingo.

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