Los continuos ataques contra el personal médico del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) están afectando las tareas de la organización para brindar asistencia en todo el planeta.
"La violencia contra el personal médico y las tareas de ayuda debe terminar. Es un asunto de vida o muerte", dijo Yves Daccord, director del CICR. "El costo humano es terrible. Civiles y combatientes por lo general mueren de sus heridas simplemente porque no pueden recibir asistencia médica a tiempo".
El informe enumera cientos de ataques a pacientes, trabajadores de la salud e instalaciones, incluyendo saqueos y secuestros, así como arrestos por parte de las fuerzas de seguridad y obstrucción deliberada al acceso a atención médica.
El estudio del CICR se centró en 16 países afectados por la guerra, entre ellos Afganistán, Colombia, Libia y Somalia. Analizó reportes reunidos durante un periodo de dos años y medio, describiendo 655 incidentes violentos y empleando información obtenida por agencias humanitarias, así como de fuentes abiertas como medios de prensa y sitios web.
En 33 por ciento de los casos, la violencia fue cometida por las fuerzas armadas del estado, y en 36,9 por ciento por grupos insurgentes. El informe señala que esas acciones criminales podrían causar la muerte de miles, si no millones de personas en todo el mundo.
[related_articles]
Según un principio de 150 años adoptado en la primera Convención de Ginebra, es derecho de los heridos en una guerra recibir atención médica, y los trabajadores médicos tienen derecho a moverse libremente para brindar asistencia vital.
"A pesar de varios esfuerzos durante décadas de la Cruz Roja Internacional y de su socio, la Sociedad de la Media Luna Roja, para poner fin a estos actos, el problema continúa", señaló la organización.
"El hallazgo más impactante es que las personas mueren en grandes números no porque sean víctimas directas de una bomba colocada en la carretera o de un tiroteo", señaló Robin Coupland, cuya investigación en los 16 países fue la base para el informe.
"Mueren porque la ambulancia no llega a tiempo, porque al personal médico se le impide hacer su trabajo, porque los hospitales son objeto de ataques o simplemente porque el ambiente es demasiado peligroso para una atención médica efectiva", indicó el CICR.
Un reciente ejemplo de un hospital que no ha sido respetado como zona neutral es el de Manama, en el marco de las protestas contra el gobierno en Bahrein.
Conforme los manifestantes heridos iban llegando al sanatorio, el lugar comenzó a convertirse en un punto de encuentro del movimiento opositor, lo que llamó la atención de la prensa internacional.
El ejército comenzó a acusar al personal médico de ayudar al movimiento pro-democrático, de solo tratar a los rebeldes y de hacer propaganda.
Cuarenta y siete médicos fueron detenidos y llevados a juicio, acusados de ayudar a los manifestantes e intentar derrocar al Estado. Estos negaron las acusaciones, y denunciaron que algunos trabajadores del hospital habían sido torturados por los militares.
Consultado por IPS sobre la raíz del problema, Bijan Frederic Farnoudi, portavoz de la Cruz Roja, señaló: "Hay varios temas involucrados aquí que constituyen una explicación bastante compleja. Un hecho es que, si bien los ataques son sin duda alguna ilegales, en algunos lugares son aceptados como norma".
"También debe considerarse un cambio en la guerra. El conflicto ocurre generalmente en áreas urbanas ahora. Los pacientes deben ir a hospitales junto a los militares, y por lo tanto el personal médico queda atrapado en el conflicto", agregó.
"Lo que es importante recordar sobre el informe es que, si bien siempre hemos sabido que el personal médico es afectado, el alcance abrumador del daño es ahora más claro", indicó.
Consultado sobre qué puede hacer la comunidad internacional, Farnoudi respondió: "Hay varios métodos para afrontar este problema. Es importante recordar que esto no puede ser resuelto por la Cruz Roja o la comunidad de salud. Los ataques no son temas sanitarios, sino de seguridad".
Los médicos ahora se convierten en víctimas de la guerra. En palabras de Daccord, la actual situación "es una de las más urgentes".
La divulgación del informe marcó el comienzo de una campaña de cuatro años del CICR para recordarle a los grupos armados su responsabilidad en permitir que los heridos en batalla reciban atención.