Como potencia económica emergente, Brasil cumple con uno de los objetivos clave de la agenda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de desarrollo, la cooperación Sur-Sur.
La Agencia de Cooperación brasileña participa en numerosos proyectos, la mayoría en el sector agrícola, en más de 80 países de Asia, África, América Latina y el Caribe.
Las iniciativas van desde ganadería y pesca hasta horticultura y la producción de alimentos, en general.
Brasil colabora con el desarrollo de una plantación experimental de algodón en Mali, otra de arroz en Senegal, un centro de capacitación y un programa de seguridad alimentaria en Timor Oriental y con la producción de soja en Cuba.
Además, brinda asesoramiento técnico a Haití para desarrollar tecnología agrícola, otro centro de capacitación en Paraguay y la creación y consolidación del Instituto de Agricultura y Ganadería en Bolivia.
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El gobierno brasileño firmó 21 acuerdos internacionales en 2010 con una sola organización regional, la Comunidad del Caribe (Caricom), además de suscribir pactos bilaterales con Jamaica, Guyana, Suriname y Haití.
Hay seis ministerios brasileños involucrados en la cooperación Sur-Sur, como el de Desarrollo Rural, Desarrollo Social y Lucha contra el Hambre, Pesca y Acuicultura, Ambiente, Agricultura, Ganadería y Suministros y Relaciones Exteriores.
El peso de Brasil es por demás importante al formar parte, con India y Sudáfrica, del grupo de potencias emergentes, IBSA.
"La identidad de IBSA radica en promover el desarrollo, pero no solo entre sus miembros" sino en el Sur, en general, dijo a IPS el embajador Gilberto Moura, director del Departamento de Mecanismos Interregionales.
El grupo también asiste a las naciones en desarrollo a través del Fondo IBSA para Aliviar la Pobreza y el Hambre, inaugurado por los jefes de Estado y de gobierno durante la Asamblea General de la ONU de septiembre de 2003.
El millón de dólares que dona cada miembro del grupo al año se utiliza para proyectos de cooperación, en especial en los países menos desarrollados y los que sufrieron conflictos armados, indicó Moura.
Las iniciativas se ajustan a los principios de la cooperación Sur-Sur, como el fortalecimiento de las capacidades nacionales, la participación de actores locales, pero también promover la nacionalización de empresas estratégicas y asegurar su sustentabilidad, añadió.
Las naciones en desarrollo que comparten conocimiento, intercambian ideas y tienen planes coordinados pueden obtener mayores réditos de los logarían por su cuenta, señaló el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
La cooperación Sur-Sur es un componente vital de la respuesta mundial para luchar contra el hambre y la pobreza en el mundo, añadió.
La administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Helen Clark, suscribió un acuerdo para reforzar las actividades de la agencia en Brasil.
El PNUD "está comprometido a facilitar la cooperación Sur-Sur y espera trabajar más de cerca con Brasil en distintos países", indicó.
Entre los proyectos de IBSA se cuenta un complejo deportivo en la ciudad cisjordana de Ramalah, otro de recolección de residuos sólidos en Haití y la renovación de dos centros de atención médica en zonas aisladas de Cabo Verde.
El Fondo concluyó cuatro proyectos, en Cabo Verde, Guinea-Bissau, Haití y Palestina. Tiene otros cuatro en curso en Burundi, Cabo Verde, Camboya y Guinea Bissau y, siete más por empezar: dos en Guinea Bissau y Palestina y uno en Laos, Sierra Leona y Vietnam, dijo Moura.
Hay otras iniciativas que están a estudio en países como Sudán, Sudán del Sur y Timor Oriental, añadió.
Todos los proyectos de IBSA requieren la participación activa de los tres miembros, indicó Moura.
Sudáfrica que encabeza ahora la Secretaría rotativa de IBSA (responsable de coordinar las reuniones) organizará la próxima cumbre presidencial en octubre, cerca de la costera ciudad de Durban.
Pero antes, Brasil organizará un seminario sobre la Sociedad de la Información en Río de Janeiro el 1 y 2 de septiembre.
Hay 16 grupos de trabajo en áreas específicas, indicó Moura, como gestión pública, administración de ingresos, agricultura, turismo, asentamientos humanos, ciencia y tecnología, comercio, cultura, defensa, desarrollo social, educación, energía, ambiente, salud, sociedad de la información y transporte.
Son espacios para intercambiar experiencias y desarrollar iniciativas comunes, observó Moura.
En materia de ciencia y tecnología, IBSA lanzó el programa llamado Ibsaocean en el que participan científicos de los tres países. "También trabajan en un satélite", apuntó.
Además, representantes de IBSA trabajan sobre varios temas con la Organización Mundial de la Salud.