«La mezquita se encontraba a apenas 100 metros de nuestra casa. Rezábamos cinco veces todos los días, pero era más que un sitio de oración», contó Mohammed, residente de la ciudad de Beit Hanoun, en la franja de Gaza.
Se refería a uno de los 34 lugares de culto islámicos completamente destruidos durante la ofensiva de Israel contra Gaza de 23 días entre 2008 y 2009.
Un bombardeo israelí el 4 de enero de 2009, que derribó la mezquita de Omar Ibn Abdul Aziz en la principal calle de Beit Hanoun, también dañó varios hogares que la rodeaban y el club deportivo local.
"La explosión envío escombros a nuestra casa", recordó Mohammed. "Ahora tenemos que ir a una mezquita que está a 15 minutos de distancia, una que no conocemos en forma íntima".
Según Hassan Saifi, consejero del Ministerio de Asuntos Religiosos de Gaza, un cuarto de los 800 edificios de culto de la franja fueron dañados o destruidos durante la ofensiva israelí.
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"Doscientas mezquitas arruinadas es un número impactante", dijo Saifi. "Entre ellas, 34 fueron por completo destruidas".
"En el norte de Gaza, la zona más sacudida, 15 mezquitas fueron destruidas por completo, causando muchas bajas civiles", añadió.
"Las paredes de las casas religiosas son por lo general también paredes de las viviendas que las rodean. Entonces, cuando son bombardeadas, los hogares son destruidos también", explicó.
Muchos creen que la destrucción de mezquitas en Gaza fue una táctica deliberada de Israel.
"Usaron modernos aviones de guerra y otros no tripulados con equipos de precisión visual. Echaron abajo muchas de nuestras mezquitas durante los primeros días de los ataques", señaló Saifi.
"Obviamente intentaban destruirlas sin importar los que vivieran al lado o quienes estaban rezando dentro", añadió.
El Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH) elaboró una lista de varios edificios religiosos dañados, e indicó que muchos de los ataques se produjeron en la primera semana de la ofensiva.
El 28 de diciembre de 2008, aviones de guerra israelíes bombardearon la mezquita de Imad Aqel, en Jabaliya, matando a cinco niñas y adolescentes de entre cuatro y 17 años que dormían en una casa vecina.
Otros 17 civiles resultaron heridos en el bombardeo, y muchos de los hogares cercanos, construidos con materiales frágiles, quedaron arruinados.
La mezquita de Ibrahim Maqadma en Jabaliya se vio sacudida por el misil de un avión no tripulado el 3 de enero de 2009, informó el CPDH, que mató a 15 civiles e hirió a más de 30, entre ellos cuatro niños y niñas que rezaban en el momento del ataque.
Los bombardeos contra las mezquitas y otras áreas civiles contravienen las Convenciones de Ginebra.
"El Estado sionista de ocupación no respeta a las iglesias ni a las mezquitas ni al derecho internacional. Bombardearon el almacén de alimentos y las escuelas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), y atacaron la Cruz Roja a pesar de que son organizaciones internacionales", señaló Saifi.
La ofensiva contra Gaza también afectó otras áreas civiles, como jardines de infantes, escuelas, hospitales, hogares y universidades, además de automóviles privados y ambulancias.
La propagada destrucción debilitó a la franja e impactó en todos los aspectos de su vida cultural, académica, industrial, personal y religiosa.
Los bombardeos también destruyeron edificios y sitios históricos, entre ellos la mezquita Nasser en Beit Hanoun. Construida en el año 736 antes de Cristo, fue por completo derrumbada por un ataque israelí el 2 de enero de 2009.
"Era un edificio histórico y debía ser preservado", se quejó Hassan Saifi. "Como cualquier lugar histórico en el mundo, nuestras reliquias también deben ser protegidas como patrimonio universal, no sólo de Palestina".
El Ministerio de Asuntos Religiosos señaló que la reconstrucción de esos edificios costaría más de 13,5 millones de dólares.
Pero los esfuerzos de reparación están detenidos debido al bloqueo de Israel sobre el territorio, que impide el ingreso de materiales de construcción desde hace cinco años, y al congelamiento de la ayuda de los donantes.
"Algunas personas y organizaciones han donado dinero y materiales a través de los túneles subterráneos desde Egipto. Después de dos años y medio hemos comenzado a construir apenas 10 mezquitas destruidas en toda la franja", dijo el consejero del Ministerio.
"Aun estando en la pobreza, los palestinos en Gaza dan lo que pueden, aunque sea poco, porque las mezquitas son algo importante para su vida diaria", indicó.
Los gazatíes se habían acostumbrado a rezar en mezquitas cercanas a sus casas, y ahora deben trasladarse lejos para hacerlo, o cumplen sus deberes religiosos en tiendas de campaña.
Las mezquitas no sólo tienen fines religiosos, sino también comunitarios y sociales. "Cualquiera que está viajando lejos de su casa puede entrar a una mezquita a beber agua, usar el baño, descansar y rezar", explicó Saifi.