El chino Zhu Min, nuevo subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), es conocido en las capitales financieras de Occidente por haber alertado ya en 2007 sobre los peligros de los créditos hipotecarios de alto riesgo en Estados Unidos y sus severas consecuencias para la economía mundial.
"Hay dinero en todas partes", dijo en un discurso Zhu cuando todavía era un funcionario del Banco Central de China poco conocido en el mundo.
"Se puede obtener liquidez del mercado a cada segundo y por cualquier cosa. Así que la gente invierte en bienes sin tener idea de los riesgos que asume", agregó.
Los centros financieros de Nueva York y Londres ignoraron su advertencia, que por entonces contradecía la posición oficial del principal vigilante financiero del mundo.
Desde entonces, el FMI cambió de rumbo en materia de derivados financieros y también adhirió a la sabiduría de Zhu Min, convirtiéndolo primero en asesor especial y ahora en subdirector gerente.
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Zhu Min es el primer chino en ocupar un cargo tan alto en la institución mundial con sede en Washington. Su designación sigue la tendencia de promover a economistas de esa nacionalidad a las más altas esferas de las instituciones de Bretton Woods que han apuntalado el orden económico y financiero mundial desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En 2008, el Banco Mundial designó al economista chino Lin Yifu como vicepresidente senior y economista jefe. Ambos nombramientos fueron interpretados en China y el resto del mundo como un reconocimiento a la importancia de la ascendente economía y las ambiciones políticas internacionales de esta potencia emergente.
Beijing tuvo cuidado en retratar las dos designaciones como una victoria para las economías emergentes en conjunto, y como parte del proceso de reforma de las instituciones diseñadas para dar más voz al mundo en desarrollo.
"Estamos muy satisfechos con la designación de Zhu Min como subdirector gerente del FMI por parte de la directora gerente (Christine) Lagarde", declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Hong Lei cuando se anunció la nominación.
"Creemos que significa una gran mejora en el rol de los países emergentes y en desarrollo dentro del FMI, lo que será beneficioso para mejorar la estructura de la organización", agregó.
El elemento chino fue minimizado en los pronunciamientos oficiales, pero algunos analistas destacan que Zhu jugará la carta de China al hacer lo que los actores internacionales de ese país hacen mejor: ejercer influencia tras bambalinas.
"Contrariamente a lo que algunos creen, el mayor rol que puede desempeñar Zhu Min en el FMI no será tener injerencia en cómo se distribuye el dinero", señaló Mei Xinyu, asesor del Ministerio de Comercio de China.
"Su tarea debería ser impulsar, subrepticia y gradualmente, un cambio en el modo en que el FMI piensa y opera, para que podamos ver nuevas decisiones económicas y pronunciamientos más realistas", añadió.
En un artículo que publicó en el China Securities Journal, Mei recordó a todos que su país tiene las mayores reservas de divisas del mundo y que es improbable que necesite un rescate financiero en el corto plazo.
También sostuvo que de algún modo China ya absolvió al FMI de sus tareas en Asia al promover la creación de un Fondo Monetario Asiático.
Mei es uno de los muchos mandarines que creen que pese a los aportes cada vez más importantes de China a la estructura económica mundial, el FMI tiene prejuicios en su contra.
A Beijing le molestaron mucho las recientes advertencias en cuanto a que la moneda china, el yuan, está devaluada y requiere un rápido reajuste. El Diario del Pueblo, buque insignia del Partido Comunista, publicó la semana pasada una larga refutación del informe anual del FMI.
En respuesta al acercamiento del FMI a Beijing para aliviar sus riesgos de inflación y la burbuja hipotecaria apreciando el yuan, el diario sostuvo que la crisis de deuda que plaga a los países occidentales es la culpable de impulsar la inflación en China.
"Las propuestas del FMI no pueden ayudar a China a abordar de modo efectivo la inflación importada, porque mientras Estados Unidos y Europa continúen sufriendo crisis de deuda, más dinero caliente (especulativo) inundará China, lo que conducirá a una elevada inflación y a la continua expansión de la oferta de dinero", agregó.
Beijing espera que el nombramiento de Zhu Min ayude a cambiar la perspectiva del FMI, que según los chinos está centrada en Occidente.
Sus pares chinos lo perciben como un negociador de voz suave, y se considera que domina los códigos que manejan tanto el círculo financiero chino como el internacional.
Zhu, de 59 años, ocupó varios puestos en el Banco de China y trabajó como economista en el Banco Mundial antes de ser designado asesor especial del FMI en 2010.