Cada vez más preocupado de que la red radical islámica Al Qaeda aproveche el caos político en Yemen, el gobierno de Estados Unidos ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que realice ataques con aviones no tripulados contra combatientes islámicos.
La nueva ofensiva, informada esta semana por los diarios The Wall Street Journal y The Washington Post, marca una nueva etapa en la lucha contra esa organización terrorista, considerada la principal amenaza a Estados Unidos.
Hasta ahora, los ataques estadounidenses contra sospechosos de terrorismo en Yemen han sido llevados a cabo por fuerzas militares bajo las reglas del combate, más restrictivas que las acciones que realiza la CIA con su programa de aviones no tripulados en Pakistán.
El nuevo programa seguirá el modelo del realizado sobre territorio pakistaní, que ha matado a unos 1.400 supuestos miembros de Al Qaeda y del movimiento islamista Talibán, según The Wall Street Journal.
Pero expertos alertan que los ataques con aviones no tripulados podrían incrementar los sentimientos anti-estadounidenses, como ocurrió en Pakistán.
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"Es altamente probable que, en medio del caos en Yemen, la muerte desde el cielo tenga como revés el reclutamiento de más miembros para Al Qaeda y acabe con cualquier ganancia táctica", señaló Ken Gude, director gerente del programa de Seguridad Nacional del Centro para el Progreso Estadounidense.
"La mejor forma de socavar los avances de Al Qaeda es ayudar a resolver la crisis política en Sanaa lo antes posible", añadió.
La crisis en Yemen, que comenzó con protestas estudiantiles en enero y se transformó en una fuerte lucha de poder entre facciones, se agravó el mes pasado cuando los combates entre fuerzas leales al presidente Ali Abdullah Saleh y los aliados a la poderosa familia Al Ahmar llevaron al país al borde de la guerra civil.
Sin embargo, desde el intento de asesinato el 3 de enero contra Saleh y su evacuación para recibir tratamiento urgente de sus heridas en Arabia Saudita, las partes en conflicto han acatado un cese del fuego en la capital, y el vicepresidente Abed Rabbo Mansour Al Hadi, con ayuda de diplomáticos del Golfo y de Estados Unidos, buscan calmar las tensiones.
Al Hadi se reunió el lunes por primera vez con representantes de la oposición.
Washington, que fue lento en distanciarse de Saleh en parte debido a su cooperación antiterroristaapoyó un plan del Consejo de Seguridad del Golfo, liderado por Arabia Saudita, bajo el cual el mandatario abandonaría el cargo a cambio de inmunidad.
Saleh, cuyas heridas parecen haber sido más graves de lo que se informó originalmente, aceptó y rechazó tres veces el acuerdo.
La familia presidencial sigue aferrada al poder y dirigiendo las unidades militares de elite, lo que crea preocupación en Washington de que se desate una guerra civil abierta.
En el caos de las últimas semanas, el gobierno de Saleh perdió control de gran parte del territorio yemení, y el vacío de poder resultante le ha permitido a Al Qaeda, así como a varios otros grupos islamistas y tribales, expandir su influencia.
De hecho, cuando Saleh fue perdiendo poder en al capital, desvió sus unidades contraterroristas para protegerse, lo que no agradó Estados Unidos, que ha gastado más de 300 millones de dólares en entrenamiento y equipamiento de esas fuerzas en los últimos cinco años.
"El espacio operativo de Al Qaeda se amplía cada vez más", alertó Christopher Boucek, especialista en Yemen de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. "Conforme retrocede la autoridad del Estado, el espacio de Al Qaeda para diseñar y montar operaciones se hace más grande".
Washington está particularmente preocupado por los últimos avances de las fuerzas islámicas, algunas de las cuales se cree están vinculadas con Al Qaeda, en el sur del país cerca del golfo de Aden, particularmente en la provincia de Abiyan, donde habrían tomado el mes pasado control de dos localidades, incluyendo la capital Zinjibar.
Es en este contexto que la administración de Barack Obama habría dado la orden a la CIA de operar en coordinación con el Comando Especial Conjunto de Operaciones, que ha entrenado y trabajado con las unidades contraterroristas yemeníes.
La filial de Al Qaeda en la Península Arábiga es considerada una de las más peligrosas de esa red terrorista.
Estaría implicada en atentados en territorio de Estados Unidos: la muerte de un mayor del ejército y de otras 12 personas en Fort Hood, Texas, en noviembre de 2009, el frustrado ataque contra un avión de pasajeros que se dirigía a Detroit en la Navidad de 2009, y el abortado ataque contra un avión de carga estadounidense en octubre pasado.
Washington ha utilizado aviones no tripulados contra objetivos en Yemen en el pasado, sobre todo en 2002, cuando atacó un automóvil que transportaba a un supuesto alto funcionario de Al Qaeda.
En diciembre de 2009, un misil crucero estadounidense presuntamente disparado desde una embarcación mató a 52 personas, la mayoría mujeres y niños, en lo que el gobierno de Saleh inicialmente calificó de ataque contra un supuesto campamento de entrenamiento de Al Qaeda en Abiyan.
Seis meses después, otro ataque, supuestamente realizado por un avión no tripulado, mató al vicegobernador de la provincia de Maarib, Jaber Al-Shabwani, su familia y allegados, que se encontraban en una misión mediadora con una tribu en un área donde Al Qaeda estaba activa.
Desde la muerte el 2 de mayo del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en una operación especial de Estados Unidos en el noroeste de Pakistán, varios aviones no tripulados habrían realizado diversos ataques contra sospechosos en Yemen, incluyendo al menos uno contra Anwar Awlaki, influyente predicador islámico.
Según The Wall Street Journal, el actual programa sólo está dirigido contra individuos que se saben forman parte de Al Qaeda no están afiliados.
Según el criterio usado por la CIA en Pakistán, sin embargo, los objetivos pueden ser elegidos por su "patrón de vida", esto es, si sus actividades, registradas a través de una constante vigilancia, son consistentes con las de los combatientes islámicos.
Esto preocupa a Gude, quien señaló que "los ataques aéreos estadounidenses son mal usados o explícitamente manipulados por grupos locales para dirigirlos contra rivales".
El ataque equivocado que mató a Al-Shabwani, añadió, provocó que su tribu respondiera destruyendo un oleoducto clave que aún no ha sido reparado.
"Cada vez que mueren civiles, se hace más daño que bien", señaló por su parte Boucek. "Haces que el pueblo yemení no quiera cooperar más. Alejas al gobierno (de Yemen), porque parece como si lo estuviera facilitando. Alimentas la radicalización y haces que parezca que a los estadounidenses sólo les preocupa el terrorismo, que es algo muy pequeño comparado con los desafíos que Yemen afronta y que podrían llevar al colapso del Estado", añadió.
* El blog de Jim Lobe sobre política exterior puede leerse en: http://www.lobelog.com.