El Tribunal Especial para Líbano emitió órdenes de arresto contra cuatro miembros del movimiento chiita Hezbolá en conexión con el asesinato, el 14 de febrero de 2005, del ex primer ministro Rafik al-Hariri.
Esto no fue divulgado oficialmente por ese órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sino que trascendió a la prensa.
El fiscal general libanés Saeed Mirza recibió el acta de las acusaciones, que permanecerá sellada durante 30 días para permitirle examinarlas. Pero medios de comunicación locales e internacionales, algunos de ellos citando fuentes judiciales, informaron inmediatamente que las órdenes de arresto nombraban a cuatro hombres: Mustafa Badreddine, Salim al-Ayyash, Hassan Issa y Asad Sabra.
Badreddine es el jefe de operaciones de Hezbolá, según The Daily Star, un periódico que se publica en inglés y cuya sede está en Beirut. Él reemplazó a su ex cuñado y primo Imad Mugniyeh en ese puesto luego de que Mugniyeh fue asesinado en 2008 en Siria, señaló el diario.
El documento sostiene que Badreddine planificó y supervisó el complot para matar a Hariri, mientras que Ayyash lideró a la célula que ejecutó la operación, según el Star.
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Saad Hariri, hijo de Rafik y él mismo ex primer ministro (2009-2011), dio la bienvenida a la noticia sobre la divulgación de la lista.
«Los días de los asesinos se fueron. Mi corazón está lleno de alegría. Ahora los mártires pueden descansar en paz», dijo en un comunicado.
Dudas sobre arrestos
Hezbolá, que tiene tres miembros en el parlamento actual, hizo caer al gobierno de Hariri en enero, luego de que el mandatario se negó a dejar de cooperar con el órgano judicial.
El movimiento y sus aliados renunciaron al gobierno de unidad de Hariri apenas días antes de que el fiscal presentara su petición para que las acusaciones fueran sometidas a una audiencia donde la corte decidiera si el caso ameritaba pasar a juicio.
La ONU instaló el tribunal en La Haya para juzgar a los presuntos autores del atentado con explosivos que mató a Hariri y a otras 22 personas.
El general retirado libanés Hisham Jaber dijo a Al Jazeera desde Beirut que no pensaba que los nombrados en esas acusaciones fueran arrestados.
«Hezbolá negó su relación con este delito desde el principio», dijo Jaber.
«No creo que las autoridades libanesas puedan arrestar a esas personas, ya sean integrantes de Hezbolá o cercanas a Hezbolá, si es que todavía están en Líbano. Pienso que esta orden permanecerá abierta hasta que esas personas se entreguen a la (corte) penal», agregó.
Pero Fares Soueid, de la Coalición 14 de Marzo, de Saad Hariri y apoyada por Occidente, dijo a la agencia de noticias AFP: «Éste es un gran día para Líbano Esperamos esto durante seis años. Esperamos que se haga justicia y que Líbano pueda mirar hacia un futuro más estable».
Las acusaciones fueron enmendadas dos veces, mientras que en la audiencia previa se evaluó si había suficientes evidencias para realizar un juicio.
Tensión con el tribunal
El sucesor de Saad Hariri, Najib Mikati quien fue designado con la bendición de Hezbolá-, dijo que el gobierno tratará las acusaciones con «con responsabilidad y realismo».
«Hoy enfrentamos una nueva realidad de la que debemos ser conscientes teniendo en mente que éstas son acusaciones y no veredictos», expresó Mikati en una conferencia de prensa.
«Todos los sospechosos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario», añadió.
Se espera que Mikati declare que su gobierno, que está dominado por Hezbolá y sus aliados, se comprometa con las resoluciones internacionales siempre y cuando éstas no amenacen la paz civil.
Pero, según los observadores, esto básicamente significa que su gabinete no cooperará con el tribunal.
Hezbolá dijo que el tribunal internacional es una herramienta de Estados Unidos e Israel y que quiere que Líbano frene toda la cooperación con el mismo, lo que incluye retirar a los jueces libaneses y poner fin a su cuota de financiamiento para ese órgano judicial.
Ahora Líbano tiene 30 días para cumplir con las órdenes de arresto. Si los sospechosos no son arrestados en ese plazo, el tribunal hará públicas las acusaciones y citará a los sospechosos.
Las conclusiones del tribunal han sido objeto de amplia especulación en Líbano y se teme que puedan disparar la agitación sectaria.
* Publicado bajo un acuerdo con Al Jazeera.