Las campañas internacionales contra el sida, la tuberculosis y la malaria sufrirán pérdida de financiamiento tras la decisión de Japón de reducir sus aportes para enfocar fuerzas en la reconstrucción de las zonas destruidas por el terremoto y el tsunami de marzo.
Esos programas mundiales, parte de los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas para el Milenio, podrían sufrir recortes de hasta 200 millones de dólares, señalaron grupos de ayuda.
En un intento de frenar críticas, el canciller de Japón, Takeaki Matsumoto, explicó a la prensa que su gobierno reduciría su ayuda oficial al desarrollo (ODA) solamente durante un año.
El presupuesto para la ODA de Japón este año era de 7.200 millones de dólares, menos de 0,18 por ciento del producto interno bruto. Pero en abril, el gabinete aprobó un recorte de 10 por ciento (600 millones de dólares).
Matsumoto reconoció que la reducción era "lamentable", pero aclaró que Tokio recortaría el gasto fundamentalmente para los préstamos en yenes y las contribuciones a fondos multilaterales, con el fin de minimizar el impacto económico de los grandes planes de recuperación luego del terremoto y el tsunami que azotaron a este país el 11 de marzo.
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"La ODA de Japón es un pilar fundamental de su diplomacia y un motor del crecimiento económico asiático", sostuvo el profesor Takeshi Inoguchi, experto en relaciones internacionales. "Los nuevos recortes le darán un perfil más bajo a Japón en el escenario mundial".
Inoguchi dijo a IPS que no estaba de acuerdo con la decisión, y alertó iría en detrimento de los intereses nacionales japoneses en el largo plazo.
Las importantes donaciones recibidas por Japón tras el tsunami de parte de varios países, incluyendo del Sur en desarrollo, fueron un ejemplo del respeto internacional que este país ha ganado como donante, destacó.
Otra preocupación de Inoguchi es la posible pérdida de influencia japonesa en Asia frente al crecimiento de potencias como China, ya la segunda economía mundial, y de India.
"En un mundo cuya geopolítica cambia rápidamente y que ve una creciente influencia de China en la región, la decisión de recortar el presupuesto de la ODA para apoyar la reconstrucción de (la nororiental región de) Tohoku no tiene mucho sentido", dijo.
Tokio ha sido un importante donante para Asia en las últimas dos décadas y, a través de la ODA, ha ejercido un papel de liderazgo en la región apoyando la creación de una mayor infraestructura, la transferencia de tecnología, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.
Japón era el segundo mayor donante, detrás de Estados Unidos, para China e Indonesia. Y, en los últimos dos años, India ha sido una de las naciones más beneficiadas con préstamos en yenes y asistencia tecnológica japonesa.
Pero la posición de Japón se ha ido erosionando lentamente, y el año pasado cayó al quinto lugar entre los países donantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
El libro blanco de la cancillería japonesa sobre la ODA explica que las preocupaciones económicas internas y la falta de apoyo público fueron las causas principales de esa caída.
El documento, que establece la política nacional sobre asistencia internacional, fijó nuevas pautas para la ODA, incluyendo un enfoque en base a resultados y la promoción de una asociación con privados para hacer más efectiva la asistencia.
Mari Nakamura, economista del Instituto de Economías en Desarrollo, dijo IPS que el nuevo enfoque implicaba un trabajo estrecho con firmas privadas japonesas que impulsen la tecnología de avanzada y la experiencia en administración.
"Japón está revisando su antigua estrategia para concentrarse en darle ayuda a los países en desarrollo con su sector privado. La ODA japonesa respaldará a las compañías que quieran trabajar por el desarrollo", señaló.
En esta estrategia, señaló Nakamura, se incluyen nuevas investigaciones en sectores como las microfinanzas, los negocios sociales y la educación. También se tiene en cuenta la experiencia de las compañías en materia de ambiente.
Por ejemplo, la Sony Corporation prevé vender generadores de energía portátiles en países del Sur en desarrollo, en tanto que Ajinomoto, compañía líder de alimentos, inició estudios en Ghana para producir comida nutritiva para bebés de ese país africano.
Koichi Ishimaya, profesor de periodismo financiero e la Universidad de Waseda, sostuvo que la decisión de Tokio de reducir la ODA era un mal necesario ante las demandas económicas de un país azotado por un grave desastre natural.
El primer presupuesto suplementario de Japón, por 40.000 millones de dólares, fue aprobado en mayo.
"Tenemos que equilibrar nuestro presupuesto interno", insistió.
No obstante, grupos de la sociedad civil se quejan de los recortes, que se espera reduzcan la contribución japonesa al Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
La mayoría de los analistas aseguran que los recortes serán temporales, considerando la capacidad de superación de Japón, como lo demostró tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).