COSTA DE MARFIL: El desafío de restablecer la seguridad

En un refugio cubierto por una lona azul hecha jirones, el marfileño Ibrahim Traoré se sentó junto al comandante de su milicia para oír a los residentes del barrio de Abobo-Avocatier, en Abidján, que se quejan de permanentes ataques.

"Recibimos entre 10 y 15 quejas al día de personas que fueron atacadas en sus hogares o en la calle por hombres armados", relató a IPS.

"El problema es que usar vestimenta de combate y portar un arma se ha vuelto algo común, entonces es difícil distinguir entre un matón y uno de nosotros. Así que nos acusan cada vez que hay un incidente", agregó.

Traoré integra las Fuerzas Republicanas de Costa de Marcfil –una coalición de organizaciones armadas conocida por su acrónimo francés FRCI—que respaldó a Alassane Ouattara en su lucha por el poder contra el ex presidente Laurent Gbagbo (2000-2011) tras las disputadas elecciones de noviembre del año pasado.

Las FRCI avanzaron por el país hacia el sur a fines de marzo y abril para tomar el control de Abidján, la capital económica. Desde entonces, es posible ver a miembros de esas fuerzas patrullando muchos barrios.
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A fines de mayo, Joseph Akichi, un maestro retirado residente en Abobo-Avocatier, fue visitado dos veces por hombres armados uniformados. "La primera vez se llevaron mis ahorros de 300.000 francos (unos 600 dólares). La segunda vez se llevaron todo, hasta los muebles", dijo a IPS.

"Al haberse cerrado la comisaría, vengo aquí cada vez para explicar mis problemas, pero no tengo nada con qué probarlos", dijo Akichi, todavía temeroso ante la perspectiva de que sus atacantes regresen.

En Marcory, en el sur de la ciudad, Fabrice Mensah, quien administra un negocio de venta de autopartes, fue víctima el 26 de mayo de un atraco, durante el cual hombres armados se llevaron tres de los vehículos de su empresa.

Los atracadores, uniformados, volvieron dos días después, esta vez para quedarse con ocho millones de francos (40.000 dólares) con los cuales él tenía previsto pagarles a sus 15 empleados.

"Volví a abrir mi negocio tres semanas después de resolverse la crisis post-electoral. Hubo señales alentadoras, así que no esperaba sufrir un ataque como éste tan rápidamente", dijo Mensah.

Luego de su desgracia, este hombre de 35 años y otros empresarios del área decidieron cerrar otra vez, despidiendo temporariamente a sus empleados mientras esperan que mejore la situación de seguridad.

Traoré condenó los ataques. "Hay muchos combatientes que todavía están fuera de control, y el clima de inseguridad que crean puede empeorar si se sigue rezagando el proceso de llevarlos a un cuartel y desarmarlos", sostuvo.

Dijo a IPS que él y sus compañeros de las FRCI esperan ser integrados al nuevo ejército. "Tendrán que ofrecer una paga a los combatientes antes de que entreguen sus armas y los equipos militares", señaló.

El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, formó su gobierno –de 36 miembros—el 1 de este mes. Entre sus principales tareas, dijo, figuran mejorar la seguridad en el país en las próximas semanas, y restablecer la confianza entre los empresarios, que sufrieron mucho durante la crisis.

La Confederación Empresarial de Costa de Marfil estimó en 2.000 millones de dólares las pérdidas que padeció el sector privado durante la crisis post-electoral.

Pero casi dos meses después de que Gbagbo se rindiera (tras no reconocer el triunfo electoral de su adversario), el 11 de abril, restablecer la seguridad sigue siendo todo un desafío, incluso a mediano plazo, según varios observadores.

"Hemos ingresado a la fase más delicada después de la crisis, porque muchos individuos –tanto combatientes como prisioneros liberados durante el conflicto—poseen armas ligeras o pesadas y las están usando contra la población", dijo Armand Obou Kessié, ex policía y quien ahora trabaja como experto en seguridad en el sector privado.

El país todavía no ha vuelto a la estabilidad. En muchas ciudades, entre ellas Abidján, las comisarías todavía están ocupadas por elementos de las FRCI, declaró a IPS.

"En los lugares donde los combatientes de las FRCI permitieron que los agentes de seguridad regresen a sus oficinas, no los dejan salir a patrullar" junto a las milicias, señaló.

"Pero sin recibir entrenamiento en materia de seguridad y sin mantener el orden público, los combatientes no son adecuados para esta tarea, y con frecuencia cometen abusos", dijo Kessié.

Pero un combatiente conocido como Comandante Soum dijo a IPS: "Por el momento, policías y gendarmes no han vuelto a trabajar a pleno, así que nosotros lo estamos haciendo con nuestras propias fuerzas. Luego de que los combatientes se registren (en el nuevo ejército), les transferiremos (la tarea) a ellos".

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