La violencia en Abyei, la localidad más grande en la disputada frontera entre el Norte y el Sur de Sudán, desplazó a miles de personas y, según funcionarios de Estados Unidos, amenaza la viabilidad del Completo Acuerdo de Paz (CAP) de 2005.
Después de que efectivos del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA) emboscaron a un convoy de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que viajaba por Abyei el 19 de este mes, tropas de Jartum, capital del Norte, atacaron y ocuparon localidades en la zona, al parecer como represalia. "El ataque al convoy de la ONU fue deplorable e incorrecto, pero la respuesta del gobierno (en Jartum) fue desproporcionada e irresponsable. Creemos que las fuerzas (del Norte) deberían replegarse", afirmó el lunes Princeton Lyman, enviado especial de la ONU a Sudán.
La organización internacional Oxfam informó que más personas han muerto en Sudán en los primeros meses de este año que en todo 2010.
Según estimaciones oficiales de Jartum, 70 soldados de las fuerzas del Norte habrían muerto, cifra que la ONU cuestiona.
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Se acerca la fecha para la independencia de Sudán del Sur, decidida en el referendo de enero, pero varios problemas quedan pendientes, como la distribución de las ganancias petroleras y la demarcación de 20 por ciento de la frontera de 2.100 kilómetros con el Norte.
Lyman subrayó que la permanente "ocupación" de Abyei es una violación al CAP, y por tanto supone un obstáculo para la plena normalización de las relaciones de Jartum con Estados Unidos.
La materialización del CAP permitiría eliminar a Sudán de la Lista de Estados que Patrocinan el Terrorismo, elaborada por Washington, y un alivio de deuda externa por 38.000 millones de dólares, además de la transición pacífica del país más grande de África hacia el surgimiento de dos naciones independientes.
"Si no tiene un costo para Jartum cometer atrocidades y deshonrar los acuerdos, entonces ¿por qué tendría que cambiar algo en Sudán?", preguntó John Prendergast, co-fundador del no gubernamental Enough Project.
La occidental regional de "Darfur se deteriora, Abyei es una zona de guerra y áreas del Sur están en llamas por milicias apoyadas por Jartum. Es tiempo de imponer consecuencias por el uso de una fuerza militar abrumadora", añadió.
Luka Biong Deng, ministro sureño en el gobierno de unidad del presidente Omar Al Bashir, renunció el martes 23 señalando que se habían cometido "crímenes de guerra" en Abyei, causando el desplazamiento de 15.000 personas.
Desde la creación del CAP, el control de Abyei ha sido uno de los temas de más disputa entre el Norte y el Sur, principalmente debido a su importancia como fuente de agua: el río Kiir alimenta las cosechas durante las temporadas de sequía.
El Tribunal Permanente de Arbitraje falló en 2009 a favor del reclamo del grupo étnico ngok dinka, leal al Sur, sobre la mayor parte de la localidad.
Está pendiente un referendo de autodeterminación de Abyei, originalmente previsto para enero. El fallo del Tribunal, aceptado en su momento por todas las partes involucradas, dejó a los misseriya, grupo étnico de ascendencia árabe leal a Jartum, casi sin argumentos para defender lo que consideran su territorio.
Analistas señalan que el control sobre Abyei es una carta en la manga del Norte ante la secesión del Sur. Jartum aún sufre sanciones de Estados Unidos, y su economía está en declive cuando se prepara para afrontar grandes pérdidas en reservas de petróleo una vez que los sureños formen su estado independiente.
"Abyei se ha convertido en el eje que define las relaciones entre el Norte y el Sur, y en la clave para saber si Jartum permitirá una secesión pacífica o no", dijo a IPS el especialista regional Eric Reeves.
