Peligra una conferencia internacional sobre un Medio Oriente sin armas nucleares, prevista para 2012, debido a la creciente crisis política que arrasa al mundo árabe y a los temores de Israel sobre las consecuencias negativas que pueda tener para su seguridad.
La propuesta de la reunión fue aprobada en mayo de 2010 por 189 estados miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Conferencia de Evaluación del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
El gobierno israelí criticó el documento resultante de esa conferencia y al mismo tiempo dejó la puerta abierta para la participación en la reunión de 2012.
Pero los levantamientos políticos en el mundo árabe, que incluyeron el derrocamiento del presidente egipcio Hosni Mubarak, "amigo" de Israel, desataron la preocupación israelí en un entorno cada vez más hostil.
Israel ha expresado en privado que su arsenal nuclear no declarado es la mejor garantía de su seguridad.
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El cambiante ambiente político, incluido un gobierno propalestino en Egipto, puede justificar su negativa a participar en la conferencia que aspira a que la región quede libre de armas nucleares.
Está claro que la conferencia no puede tener éxito a menos que participen representantes de Israel y de Irán, dijo a IPS Hillel Schenker, coeditor del Palestine-Israel Journal, con sede en Jerusalén.
"Esto requiere un enfoque cuidadoso y sofisticado", sostuvo.
Mientras se considera que Israel es una potencia nuclear no declarada en Medio Oriente, a Irán se lo describe como aspirante a potencia nuclear, según expertos de la región.
Al ser consultado sobre el impacto de las revoluciones sociales árabes en curso, Schenker dijo que la sensación de incertidumbre y el aparente fin del statu quo refuerzan la necesidad de avanzar hacia un régimen que apunte a la seguridad y la cooperación en Medio Oriente.
Que se avance hacia la conferencia propuesta ahora depende de que la ONU designe a un enviado que se reúna con gobernantes y delegados de la sociedad civil en la región, para definir el formato de la reunión y determinar su sede, declaró Schenker.
El escéptico Peter Weiss, presidente del Comité de Abogados sobre Política Nuclear y miembro del comité ejecutivo de Americans for Peace Now (estadounidenses que apoyan al movimiento pacifista israelí "Paz Ahora"), dijo a IPS que es poco probable que la reunión tenga alguna consecuencia, "porque Israel será el último país en abandonar sus armas nucleares".
"El gobierno israelí probablemente no asistirá o, si lo hace, para terminar con sus armas nucleares impondrá condiciones que sabe los otros países no pueden aceptar", agregó.
Weiss, quien para una edición especial del Palestine-Israel Journal escribió el artículo "A Nuclear-Free Zone in the Middle East: Realistic or Idealistic?" (Una zona sin armas nucleares en Medio Oriente: ¿Realista o idealista?), dijo que el solo hecho de que se publique sobre el tema muestra que en Israel hay cierto movimiento al respecto.
Según él, hace cuatro o cinco años la cuestión de las armas nucleares de Israel era todo un tabú.
Mientras, Estados Unidos, que tradicionalmente protege a Israel, ya planteó una condición con vistas a los preparativos de la conferencia.
En julio de 2010, cuando el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se reunió con el presidente estadounidense Barack Obama, le aseguraron que la conferencia de 2012 no señalaría al Estado judío.
Un comunicado de la Casa Blanca también insistió en que la conferencia solamente tendrá lugar "si todos los países confían en que pueden asistir y en que cualquier esfuerzo por señalar a Israel volverá improbables las perspectivas de convocar tal conferencia".
Schenker dijo a IPS que está claro que aunque pedirle a Israel que firme el TNP y permita inspecciones en sus instalaciones nucleares puede ser uno de los objetivos finales del proceso, no hay ninguna posibilidad de éxito en esta etapa si se quiere convocar a un conferencia inclusiva para 2012.
Para que ésta se concrete se requiere un proceso de dos vías, basado en la Iniciativa de Paz árabe, adoptada en la cumbre de la Liga Árabe de 2002 en Beirut, y hasta ahora reafirmado en cada reunión, señaló.
Una vía debería discutir cómo avanzar hacia una paz exhaustiva entre israelíes y palestinos y, la otra, maneras de llegar a un régimen regional de seguridad y cooperación en Medio Oriente, que incluiría una zona libre de armas nucleares y de destrucción masiva, dijo Schenker.
Ante la pregunta de si la crisis nuclear en Japón tendrá algún impacto sobre la inminente conferencia, Schenker señaló que solamente servirá para crear conciencia sobre la necesidad de un régimen de seguridad que aborde cuestiones nucleares en Medio Oriente.
Aunque los medios impresos y electrónicos de Israel habitualmente se centran en cuestiones internas o directamente relacionadas con el país, el drama del terremoto y posterior tsunami en Japón, y particularmente la catástrofe en la central nuclear de Fukushima, han acaparado los títulos de la prensa durante semanas.
Incluso Netanyahu se declaró menos entusiasta que antes a propósito de la energía nuclear, agregó Schenker.
El propio Schenker dijo haber participado personalmente en varias iniciativas relevantes vinculadas al tema, entre ellas una reunión de israelíes —muchos académicos y funcionarios de seguridad— organizada por la Fundación Friedrich Ebert (cercana al Partido Social Demócrata alemán), donde se discutieron fórmulas para que Israel pueda participar en la conferencia de 2012.