Residentes de la occidental ciudad siria de Tell Jalaj cruzan la frontera hacia Líbano escapando de la violencia que en las últimas semanas sacude el país, pero afrontan un futuro incierto.
La ciudad está a unos cientos de metros de la región libanesa de Wadi Jaled, donde hay 17 aldeas dispersas cerca del río Kabir, que fluye a lo largo de la frontera.
"Naturalmente, estamos contentos de alojarlos, pero tememos que en pocas semanas tengamos un verdadero problema humanitario", dijo a IPS el ex alcalde de la aldea de Bayouk, Mahmoud Jazaal.
Las manifestaciones sirias en reclamo de democracia, que comenzaron hace dos meses, fueron reprimidas con dureza por el gobierno del presidente Bashar Assad, cuya familia está en el poder desde hace más de 30 años.
Unas 5.000 personas escaparon a Líbano desde que el conflicto estalló en Tell Jalaj, estimó Jazaal, por lo que el pequeño poblado de Bayouk, con 1400 habitantes, recibió a unas 600 personas, alrededor de 120 familias sirias.
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"Sin duda, la cantidad total de refugiados es mayor. Muchas de las personas que llegaron a Trípoli, en la región Norte, no están registradas", dijo a IPS el legislador, Jaled Daher.
Debaybiyeh y otros poblados aledaños, ubicados a 20 kilómetros de Trípoli y cerca de la ciudad siria de Halat, albergan a unas 400 familias de refugiados.
"La región, sencillamente, no tiene los medios ni la capacidad para cubrir las necesidades de tanta gente", indicó Jazaal.
El Norte es pobre. Alrededor de 17 por ciento de la población es indigente, según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El ex alcalde se lamentó de que la ayuda sólo llegara unos pocos días y no fuera suficiente.
"El Ministerio de Trabajo Social ofrece raciones a familias de 10 integrantes que no dan para más de dos personas. Necesitamos más", insistió Jazaal.
El ministro provisional de Asuntos Sociales, Salim Sayegh, informó que su secretaría analizaba la posibilidad de alojar a una cantidad mucho mayor de refugiados, y que se estudiaba usar escuelas y otros edificios municipales del Norte para ese fin.
"Ya hay problemas de saneamiento por la gran cantidad de gente. Viven decenas de personas en una casa", indicó Jazaal. "Además, muchas de ellas tienen enfermedades graves y la clínica más cercana está a 40 kilómetros", apuntó.
El abrasador verano que está por comenzar no hará más que empeorar la difícil situación de los refugiados, remarcó Daher.
Para los sirios que encontraron refugio en poblados libaneses, las cada vez peores condiciones de vida no son ni de cerca un asunto prioritario.
Suad, una mujer de unos 30 años, cruzó el río Kabir a pie con sus tres hijos. "Escapamos de los disparos de francotiradores. Mi madre recibió un tiro en el brazo. Ahora está en un hospital libanés", dijo a IPS por teléfono desde la localidad donde reside.
Varias personas vieron muchos muertos tirados en las calles de su poblado y contaron sobre barrios bombardeados.
Los refugiados describen la presencia de hombres de negro enmascarados que peleaban junto a los soldados. Ellos los llaman "shabiha".
"Integrantes del cuarto regimiento del ejército enviaron alauitas armados de las aldeas vecinas para atacar nuestros hogares", añadió Suad. "No podemos volver", añadió.
Es difícil verificar la cantidad de refugiados de forma independiente porque las autoridades sirias prohibieron la presencia de periodistas extranjeros.
Otro de los problemas que aquejan a los refugiados es su estatus legal en Líbano. Algunos, incluso, fueron detenidos por las autoridades locales.
Las fuerzas de seguridad de este país arrestaron a nueve hombres sirios y a un niño el 15 de este mes por ingresar a Líbano de forma ilegal, según arguyeron.
"Conozco 15 casos de refugiados detenidos. Muchos de ellos están heridos y están con custodia en el hospital", indicó Daher.
El ejército libanés, que reforzó su presencia en la frontera, informó que detuvo a tres soldados sirios considerados desertores, e ignoró el flujo de refugiados.
"No creemos que las mujeres, los niños y las niñas sean una amenaza a la seguridad, pero los desertores son otro asunto", declaró una fuente militar. "Tenemos que entregarlos a Siria pues no califican para el estatus de refugiado según el acuerdo suscrito por ambos países. No queremos que piensen que interferimos en sus asuntos internos", añadió.