Algunas de las decisiones tomadas en el Plan de Acción de Estambul podrían ir en contra de los países más pobres, mientras que otras son tan vagas que carecen de sentido, sostuvo Abdoulaye Sanoko, consejero de la misión en Malí de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El plan fue adoptado en la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados (LDC-IV), celebrada en esa ciudad turca entre el 9 y el 13 de este mes.
"Los PMA (Países Menos Adelantados) negociaron, pero no tenían opción. Estaban obligados a tener un resultado, y por eso éste es un texto de compromiso no necesariamente bueno", dijo Sanoko a IPS a su regreso de Estambul.
El Centro Internacional para el Comercio y el Desarrollo Sostenible (ICTSD, por sus siglas en inglés), con sede en Ginebra y con representantes en Estambul, coincidió en que el "comercio demostró ser el tema más controvertido en las negociaciones".
"Cuando veo el capítulo sobre comercio, tengo un sentimiento de que hubo revés respecto de lo que la OMC ya había tallado en piedra sobre el trato especial y diferenciado", dijo Sanoko.
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"En la Ronda de Doha está claramente establecido que los PMA no tendrían que recortar ningún arancel. Sólo lo podrían hacer voluntariamente, aunque son estimulados a consolidar sus aranceles", explicó.
El ICTSD indicó que la versión final del plan llama a un acceso a mercados libre de aranceles y cuotas para todos los PMA, en línea con la declaración ministerial de la OMC de Hong Kong, en 2005, y la abolición o reducción de barreras comerciales "arbitrarias e injustificadas".
Sin embargo, para Sanoko, este lenguaje está "lleno de ambigüedades". "Es una contradicción y un revés para el compromiso de Hong Kong de acceso libre de aranceles y de cuotas, ya que incluye la posibilidad de una reducción junto a la abolición de barreras injustificadas", señaló.
Aunque celebró el llamado a fortalecer la integración regional, lamentó la ausencia de medios innovadores para lograrlo, particularmente en relación con la enmienda del artículo XXIV del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), uno de los temas actualmente discutidos en Ginebra.
Ese artículo estipula que en pactos de libre comercio regionales las partes deben liberalizar la mayor parte de sus intercambios, sin especificar cuánto. Los PMA y las naciones del Sur en desarrollo piden que se enmiende para incluir una buena dosis de tratamiento especial y diferenciado de manera que los países pobres no se vean obligados a desmantelar por completo sus protecciones.
"Entendemos que una conferencia así no puede resolver los problemas relacionados con las reglas de comercio, pero nos hubiera gustado una referencia" al artículo", dijo Sanoko.
La LDC-IV fue "un esfuerzo común de la comunidad internacional para estimular el desarrollo de nuestros países, y uno no puede hablar sobre conceptos generales aceptados sin profundizar en ellos", añadió.
En referencia a los acuerdos de asociación económica (EPA) que promueve la Unión Europea con sus ex colonias de África, el Caribe y el Pacífico, Sanoko afirmó que "se supone que debían ser una sociedad, pero en realidad son tratados de libre comercio como cualquier otro".
"¿Cómo se puede concebir una asociación entre países hiper-industrializados y otros que apenas pueden mantenerse en pie? Es otra oportunidad perdida para innovar", sostuvo.
Sanya Reid Smith, asesora legal e investigadora de la organización no gubernamental Red del Tercer Mundo, señaló que en Estambul se envió un fuerte mensaje de que los PMA no debían ser presionados o exhortados a liberar sus importaciones ya que, como se ha demostrado en el pasado, eso tiene efectos muy nocivos.
"También se expresaron temores sobre los acuerdos de libre comercio y de sociedad económica, que pueden causar daños similares", dijo a IPS.
"Frente al punto muerto en la OMC, debería haber una cosecha temprana para los PMA que incluyera temas como el acceso a mercados sin aranceles ni cuotas, y la eliminación de subsidios que distorsionan el comercio de algodón", dijo Reid Smith.
Otro tema complicado, según Sanoko, es el pedido de los PMA para ampliar sus bases de exportación y así poder duplicar su parte del comercio internacional en 10 años.
"¿Pero sobre qué base? Hoy representan solamente uno por ciento del comercio mundial. Se podría llevar al tres por ciento pero, concretamente, ¿cómo?", preguntó.
Sostuvo que constituye una "gran presión sobre los PMA" pedirles que eviten las tendencias proteccionistas y corrijan las medidas que distorsionan del comercio mientras el Norte industrializado mantiene sus subsidios agrícolas.
"Para los PMA de África, la agricultura es vital", subrayó. "Tomemos por ejemplo a Malawi: tuvo un déficit crónico de alimentos, pero sólo en tres años pudo convertirse en autosuficiente, y hoy incluso exporta".
"Su solución fue aplicar una nueva política agrícola que le da cierto apoyo a los pequeños productores, como semillas y fertilizantes. En momentos en que podría estallar una nueva crisis alimentaria, apoyar a los pequeños agricultores puede hacer una crucial diferencia y ayudar a la población a alimentarse", añadió.
"En 30 años, sólo tres PMA han cambiado de estatus. Esto muestra un lento progreso, sobre todo considerando que el número de PMA africanos crecerá con la división de Sudán", indicó Sanoko.
El director del Centro del Sur, organización intergubernamental con sede en Ginebra de países en desarrollo, dijo que no era verdad que los PMA no estuvieran integrados a la economía mundial. De hecho, muchos han tenido mayores tasas de importación que naciones industrializadas.
El problema es que los PMA se integran de forma que los pone en desventaja, con una excesiva dependencia de las materias primas, cuyos precios están cayendo.