Las revueltas en Medio Oriente y el norte de África disparan los precios de los combustibles fósiles, obligando a los consorcios transnacionales a tomar una actitud defensiva, pese a la evidente cuota parte de responsabilidad en la volatilidad de los mercados.
"Cuando estuviste en la cama con esos dictadores, cenaste con ellos y los hiciste ricos, tienes cierta responsabilidad", señaló el empresario nigeriano Ahmed Lukman. "No puedes quedarte sentado y adoptar una actitud pasiva", apuntó.
En los países en desarrollo suelen percibir a las compañías petroleras como confabuladas con los gobiernos corruptos, dijo Lukman a IPS el miércoles en el marco de la 12 Cumbre Internacional del Petróleo.
"Cuando la situación se sale de control, todo el mundo dice yo no fui, es culpa del gobierno", apuntó. "Pero las compañías petroleras deben comenzar a hacer algo. La gente que ha estado esperando no lo hará más", añadió.
Lukman es hijo del exministro de Recursos Petroleros de Nigeria, Rilwanu Lukman, portavoz oficial de la cumbre.
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Los ingresos procedentes de esa industria "deben destinarse a servicios, salud, educación" y otras áreas para beneficiar a la población, indicó el empresario nigeriano.
"Alguien tiene que achicar la brecha en vez de concentrarse en los millones de dólares de ganancia", dijo a IPS. "Estuve de ambos lados y sé qué está en juego", apuntó.
La cumbre petrolera anual reúne a grandes empresarios del sector y funcionarios de gobierno para intercambiar información y discutir los desafíos futuros. Pero las "revueltas" en los países árabes cambiaron el foco de la conferencia.
El desastre nuclear en Japón, tras el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, también concentraron la atención sobre el sector. Además, todavía se analizan las consecuencias del derrame petrolero de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México.
Los disturbios en Medio Oriente y África del norte tendrán ramificaciones críticas en el mercado energético a largo plazo, señaló el exministro de Energía de Argelia, Nordine Ait-Laoussine, encargado de abrir la conferencia de un día.
El precio del petróleo alcanzó el lunes su máximo desde hace dos años y medio antes de volver a caer el martes. El crudo Brent del mar del Norte llegó a los 121,29 dólares por barril.
La capacidad de producción de Libia de 1,6 millones de barriles al día sigue paralizada por el conflicto entre el gobierno y los rebeldes.
Las compañías petroleras estudian la forma de minimizar el impacto. El orador principal de la cumbre, Chrisophe de Margerie, director ejecutivo de la gigante francesa Total, señaló que la empresa invertirá 7.000 millones de dólares en energías alternativas hasta 2020. Su prioridad es la fuente solar y la biomasa.
"Estamos muy comprometidos con las nuevas fuentes de energía", señaló. Total también busca nuevas reservas de gas y petróleo, anunció De Margerie, y añadió que la empresa reiniciará las operaciones en Libia lo antes posible. La compañía no definió todavía su relación con el rebelde Consejo Nacional de Transición, con sede en la oriental ciudad de Bengasi.
Hay una "crisis de confianza" en la industria energética, reconoció. "No es sólo hacia la alternativa nuclear, sino general. Tenemos que recuperarla", indicó De Margerie.
Defendió las medidas del sector de mejorar la transparencia, pero declaró que "estamos en una de las industrias más transparentes del mundo". El público no debería considerar a las compañías petroleras como "enemigas", sino como "socias potenciales", añadió.
Lo más importante del debate es cómo reducir la demanda de petróleo, puntualizó.
"Debemos disminuir el consumo en todos los países", declaró a la prensa, sin más detalles. Estados Unidos es el mayor consumidor del mundo de productos derivados del petróleo, pero países como China e India aumentan mucho su demanda.
El consumo de energía en los países en desarrollo aumentará 65 por ciento en los próximos 25 años. Además, la población mundial llegará a los nueve millones de personas en 2050, lo que presionará al alza la demanda, según expertos del sector.
"Podemos entrar en una zona de miseria o de oportunidad", señaló Mark Williams, director de refino, venta y distribución de la compañía anglo-holandesa Shell, quien además resaltó los "beneficios económicos y sociales" del petróleo.
Pero hay gente que ya sufrió las consecuencias de la explotación petrolera en zonas como el delta del río Níger. Un estudio publicado el año pasado por la organización Amigos de la Tierra señala que Shell sigue violando estándares internacionales ambientales en esa región africana y hay 250 derrames de crudo al año.
"La verdad es que las compañías petroleras y los gobernantes están atrapados en un matrimonio nefasto", indicó Nnimmo Bassey, presidente de Amigos de la Tierra Internacional y director ejecutivo del capítulo nigeriano.
"Decir que el sector es transparente es faltar a la verdad", dijo Bassey a IPS, al ser consultado por lo que se dijo en la cumbre.
"Se jactan de que publican lo que pagan, pero eso es un pedacito de transparencia. En Nigeria, las compañías petroleras se niegan a decir cuánto crudo extraen realmente de los pozos. Si eso no es opacidad, entonces no puedo definir la palabra", señaló.
"Las petroleras se enfrentan con las nuevas normas de transparencia que está por implementar la estadounidense Comisión de Valores y de Cambios porque no quieren declarar pagos que hacen a ciertos gobiernos", añadió Bassey, quien en 2010 obtuvo el Right Livelihood Award (premio al sustento bien ganado), considerado el Nobel Alternativo.