Los palestinos están consternados por el asesinato de dos pacifistas en las últimas semanas, uno en Cisjordania y otro en la franja de Gaza. En medio del desconcierto, algunos funcionarios especulan que detrás de ambos crímenes puede estar la inteligencia israelí.
En Medio Oriente abundan los rumores de conspiraciones y turbias intervenciones y montajes de agentes de inteligencia para alterar el devenir de los acontecimientos.
El servicio de inteligencia de Israel, Mossad, tiene varios antecedentes en su haber y es conocido como una de las agencias de espionaje más avanzadas.
Al Mossad se atribuye el asesinato el año pasado en Dubai de un dirigente del movimiento palestino Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), que controla la franja de Gaza.
Organizaciones relacionadas con Israel estuvieron detrás de los asesinatos del británico Lord Moyne, cometido en El Cairo en 1944, y del mediador de la Organización de las Naciones Unidas, Folke Bernadotte, tras la división de Palestina, en 1948.
[related_articles]
También se atribuye al Mossad la muerte de varios científicos, árabes y de otros orígenes, que colaboraban en programas nucleares en Medio Oriente.
La semana pasada, el activista italiano Vittorio Arrigoni, del pro palestino Movimiento de Solidaridad Internacional, fue hallado por la seguridad de Hamás colgado en una casa que, al parecer, pertenecía a un grupo ortodoxo salafista inspirado en la red extremista Al Qaeda, inspirada.
La policía de Hamás recibió un vídeo en el que aparecía Arrigoni con los ojos vendados y marcas de golpes. Sus captores amenazaban con matarlo si no eran liberados unos dirigentes salafistas detenidos.
Arrigoni vivía desde 2008 en Gaza, adonde llegó a bordo de un barco que logró romper el bloqueo israelí. Escribía artículos denunciando violaciones a los derechos humanos cometidas por Israel, en especial contra las ambulancias palestinas, durante la Operación Plomo Fundido, el ataque contra ese territorio costero de fines de 2008 y principios de 2009.
Varias semanas antes había sido asesinado Juliano Mer Jamis, otro conocido y respetado activista pro-palestino.
Mer Jamis, de madre israelí judía y de padre palestino cristiano, fue acribillado cuando salía del Teatro Libertad, en el campamento de refugiados de Jenín, en el norte de Cisjordania.
El activista árabe-israelí abandonó una lucrativa carrera de actor en Israel para vivir en el miserable campamento de refugiados, arrasado por el ejército israelí en 2002. Quería seguir gestionando el teatro fundado por su madre fallecida.
El Teatro Libertad ofrecía clases de actuación a jóvenes palestinos y ayudaba a producir obras.
"Pude seguir viviendo una vida confortable en Israel, pero quise volcar mi energía en algo en lo que realmente creo. Eso incluye mostrar a los palestinos un costado de la vida diferente a la miseria que soportan bajo la ocupación", dijo Mer Jamis a IPS en una entrevista otorgada hace varios años.
El Teatro Libertad producía piezass controvertidas que se burlaban de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y de la ocupación israelí. También despertó los enojos de fundamentalistas islámicos en Jenín. El recinto fue incendiado y atacado varias veces. Mer Jamis también recibió varias amenazas de muerte.
Ambas muertes desataron iras de palestinos y de activistas de otros países. Ahora se discute sobre los responsables y las razones de estos crímenes.
"Es difícil saber exactamente quién está detrás de la muerte de Arrigoni", señaló Karl Schembri, trabajador humanitario y amigo del activista italiano. "Estamos todos impactados y tratando de entender y digerir este episodio horrible", dijo a IPS.
Los israelíes son los que tienen más para ganar con el asesinato de Arrigoni, señaló Ahmed Youssef, asesor político del dirigente de Hamás, Ismail Haniya.
"Tratan de atemorizar a los activistas internacionales solidarios para que no vengan a Gaza", arguyó. "La próxima flotilla de la libertad tiene previsto llegar el mes que viene e Israel aumentó la presión para evitarlo y salvarse de la mala publicidad como ocurrió el año pasado", añadió.
Los comandos israelíes que en 2011 abordaron en circunstancias controvertidas uno de los barcos de la flotilla que trató de romper el bloqueo, provocaron la indignación internacional por el excesivo uso de la fuerza.
"El grupo salafista acusado de asesinar a Arrigoni declaró que no tuvo nada que ver con el asesinato", señaló Samir Awad, de la Universidad de Birzeit, cerca de Ramalah, coincidiendo con Youssef.
"Pero es bastante probable que la inteligencia israelí haya infiltrado al grupo", especuló Awad, quien no es partidario de Hamás ni de su rival Fatah, que controla la ANP en Cisjordania. "Algunos de sus miembros creen ingenuamente que realizan misiones de la yihad (guerra santa) en nombre de células de Al Qaeda", añadió.
"No son conscientes de que sus acciones son funcionales a los objetivos de Israel de agravar las relaciones entre Hamás y los pequeños grupos de la resistencia de Gaza, creando el caos y pintando a todos los islámicos con la misma brocha extremista", explicó.
La ANP no logró detener a ningún sospechoso del asesinato de Mer Jamis, pese a que la niñera que estaba con él en el automóvil acribillado identificó a una persona ante las autoridades.
Además, llama la atención que Israel no haya tomado parte en la investigación del asesinato de un conciudadano. Algunos especulan que la inteligencia de la ANP está bajo presión israelí.
Pero también pueden estar involucrados elementos islamistas radicales o disidentes de la ANP, que suele suprimir violentamente las críticas.