La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no hace lo suficiente para proteger a la población civil en Libia, afirmó este martes el canciller de Francia, Alain Juppe, un día después de que colapsara una propuesta de la Unión Africana para poner fin a la guerra civil.
Para Juppe, la alianza debería enfocar sus baterías en la cercada ciudad de Misurata, en el noroeste del país, donde continúan los fuertes combates entre rebeldes y las fuerzas de Muammar Gadafi.
«La OTAN debe desempeñar plenamente su rol. Quería asumir el liderazgo de las operaciones, y nosotros lo aceptamos», dijo Juppe a la radio France Info antes de viajar a Qatar para reunirse con un grupo de contacto sobre Libia.
«Debe desempeñar su papel ahora, lo que significa impedir que Gadafi use sus armas pesadas para disparar a la poblaciones» civiles», añadió.
La Cruz Roja Internacional anunció que abriría una oficina en Trípoli y enviaría un equipo a Misurata para ayudar a los civiles atrapados en los combates, pero uno de los ministros de Gadafi advirtió que cualquier operación en la que participaran tropas extranjeras sería considerada una declaración de guerra. El Consejo Nacional de Transición en Libia rechazó el lunes una propuesta de la Unión Africana para negociar una salida a la crisis.
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El consejo rebelde, con sede en la nororiental ciudad de Bengasi, dijo que la «hoja de ruta» elaborada por una delegación de cinco presidentes africanos había quedado «desactualizada» tras la muerte y destrucción ocurrida en el último mes.
«La demanda de nuestro pueblo desde el primer día ha sido que Gadafi renunciara», dijo el portavoz del gobierno de transición, Mustafa Jabril.
«Cualquier iniciativa que no incluya esta demanda popular clave no será considerada. Muammar Gadafi y sus hijos deben irse de inmediato», subrayó.
Jabril advirtió que los combatientes rebeldes marcharían hacia Trípoli.
«No podemos negociar la sangre de nuestros mártires», dijo Kabril. «Moriremos con ellos o seremos recompensados con la victoria», añadió.
También agradeció a la comunidad internacional y a las fuerzas de la coalición por su apoyo, que consideró fundamental para salvar vidas de civiles.
La hoja de ruta de cinco puntos propone un cese del fuego y medidas para la protección de civiles, así como la provisión de ayuda humanitaria tanto para libios como para extranjeros.
El plan también llama al diálogo entre las dos partes, a un «periodo de transición inclusivo» y a reformas políticas «que cumplan con las aspiraciones del pueblo libio».
Los líderes africanos se reunieron el lunes con Gadafi, quien dijo «aceptar» las propuestas.
El plan de la Unión Africana tuvo una cauta acogida en la comunidad internacional. El secretario británico de Asuntos Exteriores, William Hague, señaló que cualquier acuerdo de cese del fuego debía cumplir plenamente los términos de la resolución de la Organización de las Naciones Unidas.
El canciller italiano Franco Frattini señaló que era improbable que Gadafi respetara cualquier tregua, «después de los horribles crímenes» cometidos.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, sostuvo que cualquier cese del fuego debía ser «creíble y verificable».
En tanto, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, aseguró que Trípoli había «aceptado» el plan de la Unión Africana, que pondría fin al bombardeo de la OTAN.
Pero combatientes rebeldes dudaban que el líder libio efectivamente adhiriera a un pacto así.
Laurence Lee, corresponsal de Al Jazeera en Bengasi, dijo que la estrategia del consejo era «morir antes que doblar las rodillas».
Están dispuestos a negociar una transición política a la democracia con algunos antiguos líderes del régimen, pero sólo con la condición de que Gadafi y sus hijos abandonen el país, señaló el domingo.
La población de Bengasi se pregunta si la propuesta era «un genuino intento de resolver el conflicto» o un esfuerzo de personas con estrechos vínculos económicos y políticos con Gadafi para darle legitimidad», dijo el corresponsal.
La revuelta contra el régimen de Gadafi, de 41 años, comenzó como una ola de protestas en todo el país a fines de febrero, pero pronto se convirtió en una guerra civil, luego de que las tropas de Gadafi dispararon contra manifestantes y rebeldes tomaron varias ciudades del este.
* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.