La V Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, que finalizará este viernes en Ginebra, puede aumentar el total de esas sustancias prohibidas internacionalmente y a la vez mantener excepciones en casos como el combate al paludismo.
Las alternativas al DDT (dicloro difenil tricloroetano), uno de los contaminantes orgánicos persistentes (COP) usados en la lucha contra el paludismo o malaria, están ganando popularidad, pero su prohibición completa no está en la agenda.
"Los COP son las peores sustancias que el ser humano ha creado jamás. Le dejan un legado tóxico a las generaciones futuras. Son persistentes en el ambiente, permanecen intactos durante muchos años y se elevan por todo el planeta. Se los puede detectar incluso en el Ártico, donde nunca se los ha usado", dijo a IPS Björn Beeler, coordinador internacional de la Red Internacional para la Eliminación de los COP (IPEN, por sus siglas en inglés).
Esa red reúne a 700 organizaciones no gubernamentales de unos 100 países. Se creó durante las negociaciones del Convenio de Estocolmo, adoptado en 2001 y en vigor desde 2004 para prohibir o limitar fuertemente los productos químicos más peligrosos.
Cuando se adoptó ese tratado, en la lista se incluyeron 12 sustancias. En la última conferencia, realizada en 2009, se agregaron otras nueve.
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Los COP son pesticidas, sustancias industriales y subproductos que se propagan fácilmente a través del suelo, el agua y el aire, se acumulan en los tejidos adiposos de los organismos vivos, entre ellos los humanos, y son tóxicos tanto para las personas como para fauna y flora.
También pueden transmitirse mediante la leche materna, y pueden producir cáncer, desórdenes reproductivos y alteraciones en el sistema inmunológico.
El Convenio de Estocolmo prevé su eliminación, con pocas excepciones para algunos de ellos, como el DDT.
Son tres las principales cuestiones en la agenda de la conferencia de este año. Primero figura incluir en la lista al endosulfán, "un asunto por el que la sociedad civil viene haciendo campaña desde hace décadas", explicó Beeler.
El endosulfán es un pesticida tóxico que está prohibido en 80 países, pero todavía se usa en China e India, en la mayor parte de África oriental, Argentina y México.
"El endosulfán es tan dañino que incluso algunos de los países que todavía lo usan reclaman una prohibición internacional mediante el Convenio, porque eso les ayudaría a aprobar legislación nacional y a luchar contra el comercio ilegal", dijo Beeler a IPS.
La segunda prioridad de la conferencia es la eliminación total de dos bromodifenilos (pentaBDE y octaBDE), dos COP que se agregaron hace dos años, pero con excepciones para su reciclaje.
"Acabamos de realizar un estudio que muestra que estos BDE son tan tóxicos y peligrosos como los policlorobifenilos (PCB) y el DDT", dijo Beeler.
"Pero el Convenio todavía permite que sus desechos se reciclen en otros productos, como la espuma y el plástico", añadió.
El estudio de IPEN argumenta que los rellenos para alfombras que comúnmente se venden a consumidores en Estados Unidos y otros países industrializados contienen peligrosos productos químicos que pueden causar daños en el sistema nervioso, particularmente en bebés y niños pequeños.
"El comité de expertos recomendó prohibirlos, y la conferencia debería seguir su recomendación", dijo Beeler.
"Ignorarla por motivos políticos o económicos sería un delito", agregó.
La conferencia también considerará eliminar la excepción del perfluorooctanosulfonato (PFOS), otro COP que hace dos años se agregó a la lista con excepciones.
"Este COP nunca se desintegra", enfatizó Beeler.
"Esperamos que se adopte una acción seria para promover la paulatina eliminación de las excepciones, porque éste es tan tóxico como el DDT", dijo.
El DDT es probablemente el COP más conocido. Completamente prohibido a fines de los años 70 en la mayor parte del mundo industrializado, todavía se usa en muchos países en desarrollo.
Aunque el Convenio lo prohibe, puede usarse para combatir el paludismo, bajo estricto control de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en ciertas circunstancias, solamente rociándolo en espacios interiores y si no hay disponibles alternativas efectivas.
India es el único país que todavía produce DDT.
"La conferencia evaluará si todavía hay una excepción para el paludismo", dijo a IPS Michael Brander, encargado de programa en Biovision.
Los presentes "pueden concluir que no debería haber ninguna" excepción, "pero no lo harán. Algunos países de África estarán a favor de prohibir el DDT, pero otros están completamente en contra y el problema es que debe haber consenso", explicó.
Biovision es una fundación suiza que promueve alternativas al DDT y la investigación sobre soluciones orgánicas en la agricultura.
"El principal programa de control de la malaria en África, que usa insecticidas adentro de las casas, es financiado por la Iniciativa del Presidente contra la Malaria a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid)", sostuvo Brander.
"En Uganda, a los trabajadores que se encargan de fumigar las casas se les paga por saco. Así que para aumentar sus ingresos tienen que rociar lo máximo posible", dijo.
Los ministerios de Salud también piensan que el DDT es una manera efectiva y barata de matar mosquitos, "lo que no es verdad: no es la solución más barata y hay toda clase de problemas y efectos colaterales cuando se lo rocía en suelos y aire", destacó.
La primera asamblea de la Alianza Mundial para las alternativas al DDT tuvo lugar esta semana. Biovision presentó un proyecto implementado por su instituto asociado Icepe, en el que se demostró que los casos de malaria se redujeron 60 por ciento en Kenia y 70 por ciento en Etiopía mediante el uso de plantas orgánicas y de un enfoque integrado que dio participación a la población local.
"Ya no usamos DDT para la malaria, tenemos alternativas", dijo a IPS Ali Mohammad Ali Mahmoud, un delegado de Sudán, en el marco de la conferencia.
"Pero estamos buscando fondos para que nuestro plan de acción nacional elimine paulatinamente los COP. Ya tenemos algún dinero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM, más conocido por sus siglas inglesas GEF), pero estamos buscando medios adicionales para implementar unos 28 proyectos", dijo.
"Por ejemplo, tenemos viejos COP que han estado allí durante años, algunos transformadores eléctricos que incluyen PCB o COP para controlar pestes en la agricultura. Queremos librarnos de ellos y actualizar nuestra legislación para (poder cumplir con) el Convenio", sostuvo.