SWAZILANDIA: El rey no sabe de crisis

Swazilandia se esfuerza por aliviar la crisis fiscal gracias a la asistencia extranjera que le permite su condición de país de mediano bajo ingreso. Sin embargo, el gobierno aumentó el presupuesto del rey Mswati III, el último monarca absoluto de África y uno de los más ricos del mundo.

En 2010 hubo seis por ciento menos de personas con menos de dos dólares al día que en 2001, pero no mejoró la situación de los más pobres, que constituyen 30 por ciento de la población de más de un millón de personas.

"El crecimiento económico registrado en la década de 2000 no favoreció a los más pobres", señala la Encuesta de Hogares de Gastos e Ingresos. Más de 160.000 personas dependen de la asistencia alimenticia.

En materia de salud, 26 por ciento de las personas entre 15 y 49 años tienen VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

El ingreso de Swazilandia será de 1.200 millones de dólares este año y la asistencia extranjera ascenderá a un "mínimo" de 57 millones de dólares, según el ministro de Finanzas, Majozi Sithole.
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Ahora que el gobierno tiene dificultades fiscales, el país siente con mayor intensidad las restricciones de la asistencia extranjera. Tras el drástico recorte de los ingresos procedentes de la Unión Aduanera de África Austral (SACU, por sus siglas en inglés), con los que este país cubría 60 por ciento de su presupuesto, Swazilandia necesita más que nunca de esa ayuda.

La SACU está integrada por Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia.

"La clasificación como país de ingreso mediano bajo del Banco Mundial nos impide asociarnos con organizaciones internacionales que podrían ayudarnos con algunos de nuestros servicios", señaló el secretario principal del Ministerio de Educación y Capacitación, Patrick Muir.

Cuando el gobierno reclama un aumento de la asistencia extranjera, los donantes recuerdan a Mbabane que Swazilandia no es lo suficientemente pobre como para "merecer" ese apoyo, apuntó.

El ministro de Finanzas restó importancia a desigualdad en la distribución de la riqueza, que contribuye a que Swazilandia sea considerado país de mediano bajo ingreso. Diez por ciento de la población controla 60 por ciento de la riqueza.

La riqueza de Mswati fue estimada por la revista Forbes, en 2009, en 100 millones de dólares, sin contar otros 10.000 millones de dólares de un fondo fiduciario que se dice le legó su padre, el rey Sobhuza II.

El gobierno nunca lo desmintió y ahora, pese a la crisis fiscal, aumentó el presupuesto del rey de 24 millones de dólares, en 2010, a 30 millones, en 2011.

El hecho ocurre cuando por recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno recorta cinco por ciento los sueldos y congela los aumentos por tres años para disminuir el gasto público en salarios, el mayor de la región, en cinco por ciento al año.

"Los funcionarios tendrán que optar por ganar 90 por ciento de su sueldo o nada si insisten en mantener 100 por ciento", anunció Sithole.

La clasificación como país de mediano bajo ingreso también es un problema para la sociedad civil porque los donantes se concentran en los países menos desarrollados.

La asistencia extranjera a Swazilandia comenzó a menguar en los años 90, señaló Emmanuel Ndlangamandla, director de la Asamblea Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales.

"Las organizaciones tuvieron que disminuir sus operaciones porque los donantes no tienen interés en destinar fondos a Swazilandia porque es un país de mediano bajo ingreso", explicó.

Lo que agrava más el problema es el sistema de gobernanza que alimenta la corrupción y no habilita la transparencia, señaló Khangezile Dlamini, secretaria general del Consejo de Iglesias de Swazilandia.

"Los donantes nos dijeron que el gobierno celebra todos los años el cumpleaños del rey, pero no ayuda a los pobres", indicó Dlamini. Pese a la crisis fiscal sigue previendo organizar los festejos el 19 de abril.

El Consejo de Iglesias tuvo que suspender un programa para hacer perforaciones en zonas propensas a la sequía. "Los donantes nos dijeron que el gobierno es responsable de brindar esos servicios a la población", se lamentó.

La corrupción es un gran problema en este país. El gobierno pierde 11 millones de dólares al mes a causa de ese flagelo, señaló el ministro de Finanzas.

El consumo aumentó a lo largo de los años gracias a la disponibilidad de dinero de la SACU. Pero "se terminó la fiesta", señaló Joannes Mongardini, jefa de misión del FMI en África.

Los ingresos de SACU fueron disminuidos en más de 700 millones de dólares en el periodo 2009-2010 a 400 millones en 2011-2012, arguyó Sithole, defendiendo la necesidad de recibir préstamos del Banco de Desarrollo Africano.

"Necesitamos ayuda para aumentar nuestros ingresos por fuera de la SACU", añadió en un foro en que participó el Banco de Desarrollo Africano y el FMI.

Swazilandia pertenece a un programa del FMI, según el cual una delegación de la institución visita el país cada seis meses para observar la gestión fiscal.

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