LIBIA: EEUU se acerca a los rebeldes

Mientras la batalla en Libia se inclina a favor del régimen de Muammar Gadafi, Estados Unidos y sus aliados europeos muestran mayor disposición a intervenir en ese país africano, si no en forma directa, al menos apoyando la insurgencia.

Al dar su testimonio ante el Congreso legislativo, la secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Hillary Rodham Clinton, anunció que se reuniría con líderes rebeldes cuando viaje a Francia, Túnez y Egipto la próxima semana.

También señaló que Washington había suspendido las relaciones con la embajada de Libia.

Al mismo tiempo, el consejero de seguridad nacional del presidente Barack Obama, Thomas Donilon, dijo que su administración estaba enviando equipos de asistencia humanitaria al este de Libia en cooperación con los líderes rebeldes.

En una teleconferencia con periodistas, Donilon dijo que Washington y sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) continuaban movilizándose por otras posibles acciones, como la imposición de un embargo de armas aprobado por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la creación de una zona de exclusión aérea y una "amplia gama de opciones adicionales".
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No descartó el envío de suministros a los rebeldes.

"Nos hemos contactado directamente con los grupos de la oposición para conocer las estructuras (de gobierno) que están emergiendo, los líderes, quiénes son, a quiénes representan y cuáles son sus objetivos", afirmó, añadiendo que los rebeldes parecían tener control sobre más de la mitad de la población libia, de 6,5 millones de habitantes.

Francia y Portugal fueron esta semana los primeros gobiernos de Occidente en reconocer formalmente al rebelde Consejo Nacional como "representante legítimo del pueblo libio".

El presidente francés Nicolas Sarkozy —quien según un informe de la agencia AFP instará este viernes a la Unión Europea a que considere ataques aéreos contra centros de comandos de Gadafi— también anunció que París enviará pronto embajadores al gobierno rebelde en la nororiental ciudad libia de Bengasi.

Estos anuncios fueron hechos mientras las fuerzas de Gadafi parecían recuperar terreno. Luego de una serie de batallas en los últimos días, los rebeldes habrían perdido el control de Zawiya, unos 50 kilómetros al oeste de Trípoli, y se habrían retirado de la estratégica ciudad portuaria y petrolera de Ras Lanuf, acabando con sus esperanzas de avanzar hacia el oeste y a la capital.

Esta última fue una importante victoria para Gadafi, cuyo hijo, Seif Al Islam Gadafi, sugirió que las fuerzas del régimen ahora avanzarían hacia Bengasi. "Envié un mensaje a nuestros hermanos y amigos en el este, que nos hacen a diario pedidos de ayuda y nos solicitan que los rescatemos. Allá vamos", habría dicho en un mitin en la capital.

Los rebeldes están en un momento difícil, dijo el jueves el director nacional de Inteligencia estadounidense, James Clapper, en una audiencia ante el Senado. "Creo que, desde el punto de vista del desgaste… en el largo plazo, el régimen prevalecerá", opinó.

Si bien Donilon reconoció que Gadafi había obtenido ventajas militares, insistió en que la evaluación de Clapper no tenía en cuenta varios otros factores, como el hecho de que la comunidad internacional estaba "involucrada en forma cada vez más profunda con la oposición" libia, y que ese acercamiento podría incrementarse en los próximos días.

Precisamente, cómo ocurrirá eso y qué papel tendrá Washington se ha convertido en el principal tema de debate entre los "halcones" (ala más belicista) y los "realistas" (ala más diplomática) de Estados Unidos.

Si bien las fuertes sanciones diplomáticas y económicas contra Gadafi han sido aplaudidas por prácticamente todos en Washington —el gobierno de Obama congeló unos 32.000 millones de dólares de cuentas bancarias libias en Estados Unidos la semana pasada—, ambas partes discrepan fuertemente sobre cuáles medidas militares son las más adecuadas, si es que deben aplicarse, para proteger a los rebeldes y sus partidarios civiles, y bajo qué circunstancias.

Los halcones llegaron a proponer el ingreso de fuerzas especiales estadounidenses para entrenar a los rebeldes y luchar junto a ellos, como lo hicieron en 2001 contra el movimiento radical islámico Talibán en Afganistán, mientras que otros piensan que se debería apoyar a los insurgentes sólo enviando las armas que necesiten para defenderse por su propia cuenta.

Sin embargo, la medida más discutida es la creación de una zona de exclusión aérea, similar a la impuesta contra el régimen de Saddam Hussein (1979-2003) sobre el Kurdistán iraquí entre 1992 y 2003.

Esto impediría que Gadafi usara aviones de guerra para bombardear posiciones rebeldes o a la población civil. Con creciente urgencia, los líderes rebeldes piden esa acción, así como el Consejo de Cooperación del Golfo.

Pero altos funcionarios estadounidenses han señalado, como indicó Clinton el jueves, que una zona de exclusión aérea sería relativamente ineficaz, porque la mayoría de las muertes en Libia se han realizado por fuerzas terrestres y helicópteros de bajo vuelo.

Altos mandos, incluyendo al secretario de Defensa, Robert Gates, han desechado especialmente la idea, no sólo por su cuestionable efectividad, sino también porque "el despliegue de militares en otro país" disminuiría la capacidad de las ya sobre exigidas fuerzas estadounidenses a nivel mundial.

* El blog de Jim Lobe sobre política exterior puede leerse en http://www.lobelog.com.

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