El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo caso omiso de las intensas especulaciones sobre el supuesto propósito oculto de los ataques militares conducidos por Estados Unidos en Libia: el derrocamiento del líder Muammar Gadafi.
"Tenemos un objetivo muy claro: suministrar protección a los civiles y salvar vidas", dijo Ban este jueves 24 a los periodistas, apenas terminada una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Pero Ban fue sin embargo inequívoco al sostener que Gadafi está "matando a su propio pueblo".
Lo que la ONU intenta hacer, bajo los términos de la resolución 1973 adoptada la semana pasada por el Consejo de Seguridad, es prevenir más muertes, añadió.
La resolución no fue concebida para "sustituir el régimen" libio, dijo Ban, subrayando el papel de la ONU en resolver una crisis humanitaria que ya hizo huir del país de África del Norte a 330.000 personas.
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Dicha resolución se diseñó con el declarado fin de frenar la ofensiva de Gadafi contra civiles rebeldes que comenzaron el mes pasado a reclamar el fin de su gobierno y que, gracias a una importante defección de militares, tomaron el control de algunas ciudades y se hicieron de una parte del armamento del ejército.
En cambio, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha repetido una y otra vez que Gadafi perdió legitimidad como gobernante y debe abandonar su cargo, mientras los bombardeos incluyeron entre sus blancos el complejo de edificios donde vive el coronel, en el poder desde 1969.
Cuando el Consejo de Seguridad adoptó su resolución 1970, que impone sanciones económicas y militares contra Libia, ordenó a los 192 estados miembros de la ONU "notificar" al secretario general sobre la forma en que intentaban implementar las medidas punitivas contra el país del Magreb.
Pero hasta este jueves, sólo dos de 11 países, los árabes Qatar y Emiratos Árabes Unidos, han informado a Ban de que estaban participando en la acción contra Libia.
Los otros nueve involucrados en acciones para aplicar las resoluciones de la ONU —Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Noruegason naciones occidentales que también conforman la alianza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La OTAN informó a Ban de su decisión de continuar una operación colectiva para hacer cumplir el embargo de venta de armas a Libia, además de su papel en los ataques para hacer cumplir la zona de exclusión de vuelos.
Estados Unidos está preocupado porque varias naciones árabes, como Jordania, Kuwait y Arabia Saudita, no se han sumado a la lista de países dispuestos a actuar contra Gadafi.
Kuwait y Arabia Saudita, históricos aliados de Washington, están al parecer molestos porque el gobierno de Obama no ha mostrado apoyo a Bahrein, otro régimen árabe en apuros, que afronta masivas manifestaciones pro-democráticas.
Washington ha criticado a Bahrein sobre todo porque decidió reprimir a manifestantes civiles usando fuerza militar.
El portavoz de Ban, Martin Nesirky, dijo a los periodistas que los estados miembros están procediendo a notificar al secretario general sobre su cumplimiento de la resolución.
Pero las notificaciones "no necesariamente significan que están tomando parte en una acción militar", aclaró.
En la sesión del Consejo de Seguridad de este jueves 24, Ban instó a la comunidad internacional a actuar en forma colectiva para evitar una crisis mayor.
"Espero que la comunidad internacional siga actuando con total diligencia para evitar muertes de civiles y daños colaterales", dijo Ban al Consejo, mientras continuaban los reportes de ataques aéreos y misilísticos en Libia.
Ban criticó al gobierno libio, pues insiste en estar aplicando un cese del fuego que nunca puso en práctica. Al contrario, dijo el secretario general, hubo duras batallas dentro o en los alrededores de las ciudades de Ajdabiya, Misurata y Zitan, entre otras.
"En síntesis, no hay evidencia de que las autoridades libias hayan tomado medidas para cumplir las obligaciones emanadas de las resoluciones 1970 o 1973", dijo.
Ambas resoluciones, adoptadas en el curso de las últimas dos semanas, reclamaron un cese del fuego y la total protección de los civiles.
Ban dijo estar muy preocupado por la situación de la población civil, la violación de derechos humanos y del derecho humanitario internacional, y el acceso a servicios y productos básicos en las zonas sitiadas.
Además, añadió, las amenazas de Gadafi se reiteran una y otra vez por la televisión nacional.
"Se sigue arrestando a periodistas. Los corresponsales extranjeros en Trípoli describieron a la misión de la ONU el estado de temor general en que vive la población, el estrecho control que ejercen las fuerzas de seguridad y casos de arrestos y desapariciones", dijo Ban.