FINANZAS: Swazilandia rasca la lata

Pequeñas y medianas empresas de Swazilandia alertaron que tendrán que reducir sus planillas tras la decisión del gobierno de prescindir de sus servicios, lo que se sumará a la creciente pérdida de puestos de trabajo en el sector público.

El gobierno de este país recortó el gasto tras la disminución de sus ingresos procedentes de la Unión Aduanera de África Austral (SACU, por sus siglas en inglés) en 60 por ciento.

El aporte de SACU representaba más de la mitad de los ingresos del país. Tras el cambio en la forma de pago, la participación de Swazilandia cayó de 741 millones de dólares a 281 millones.

Sudáfrica, el mayor socio de SACU, promovió un cambió en la distribución de los ingresos porque considera que sus pequeños vecinos reciben beneficios que no les corresponden.

El ejercicio de disciplina fiscal siguió recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) de no comprar nuevos bienes y servicios, sólo los que ya están comprometidos, de posponer nuevos proyectos de inversión e implementar más lentamente los existentes en función de los fondos disponibles.
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El gabinete suazi decidió que todas las carteras que necesiten fondos para comprar materiales básicos deben escribir al Ministerio de Economía pidiendo autorización.

Se creó una comisión de flujo de caja, integrada por el presidente del Banco Central, el contador general y el ministro de Finanzas, para seguir los acontecimientos, dijo a IPS el secretario de esa cartera, Majozi Sithole.

La comisión también controla que el gobierno gaste demasiado y evita que los proveedores dejen de percibir el pago por los servicios y los bienes ofrecidos.

La mayoría de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) viven de vender al gobierno productos de papelería, materiales de construcción y ropa de trabajo.

"No tenemos ningún contrato con el gobierno, salvo los relacionados con suministros médicos y de educación", dijo a IPS el vicepresidente de la Federación de la Comunidad de Empresas de Swazilandia (FESBC, por sus siglas en inglés), Ezekiel Mabuza.

La Federación tiene 300 miembros, la mayoría dependiente de las ofertas públicas, y están perdiendo millones de dólares.

"Ya no podemos mantener el personal porque no tenemos tanto trabajo como antes", indicó Mabuza.

"El mercado es demasiado pequeño, porque muchas Pymes dependen de vender servicios al Estado", indicó Titus Thwala, presidente de FESBC en Mbabane.

Es lamentable que el gobierno no haya consultado a los empresarios antes de suspender las adquisiciones, indicó. "Ya había algunas licitaciones. Nos enteramos que de la suspensión por los responsables de los llamados", señaló Thwala.

Las autoridades saben que habría dificultades fiscales desde hace más de cinco años, pero no hicieron nada para preparar al sector empresarial. Hubo varias alertas del FMI sobre la disminución de ingresos de la SACU después de 2010, añadió Mabuza.

"Habría sido más fácil si hubiéramos sabido del problema hace años", remarcó. "Ahora nos agarró de sorpresa y muchos trabajadores se verán perjudicados", apuntó.

El ministro de Finanzas atribuyó parte de la crisis fiscal a los empresarios, a los cuales acusó de amañar ventas falsas con funcionarios y saquear los fondos públicos. El Estado pierde 5,7 millones de dólares al mes por corrupción, dijo Sithole al parlamento.

Algunas empresas venden al gobierno muebles innecesarios para tener dinero "para el fin de semana", señaló en una reunión dedicada a la crisis fiscal. "Si pudiéramos frenar la corrupción que vacía nuestros recursos, nos recuperaríamos más rápido", Sithole.

El Estado vive de préstamos para pagar los salarios, lo que deja pocos recursos para comprar bienes y servicios.

"El gobierno debe minimizar el costo de los préstamos cuando necesita liquidez. Es algo que hay que controlar de cerca", subrayó.

Para fines de este año fiscal, que termina este mes, los préstamos solicitados por el gobierno ascenderán a 286 millones de dólares, elevando la deuda interna a 357 millones de dólares. Las autoridades aumentaron el máximo de endeudamiento interno de 143 millones a 428 millones de dólares.

El gobierno de Swazilandia aumenta su deuda pública porque el FMI se niega a que el Banco de Desarrollo Africano le dé más fondos hasta que no ponga la casa en orden.

Los bancos locales accedieron a prestar dinero al Estado, pero las Pymes no corrieron con la misma suerte.

"Están en desventaja", señaló Zodwa Mabuza, directora de la Federación de la Cámara de Comercio y de Empleados de Swazilandia.

Siempre tuvieron dificultades para acceder a préstamos bancarios y no tienen oportunidades cuando compiten con el Estado, añadió.

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