La oposición de Bahrein criticó la presencia de militares sauditas enviados en respuesta al pedido de ayuda cursado por el gobierno a sus aliados del Golfo.
Unos 1.000 efectivos sauditas llegaron a Bahrein para proteger instalaciones estatales, indicaron testigos y otras fuentes sauditas este lunes 14.
El hecho siguió a varias semanas de protestas populares contra el régimen del rey Hamad bin Isa Al Jalifa. La mayoría de la población chiita, una de las corrientes del Islam, reclama reformas políticas al gobierno sunita.
Los efectivos recorrieron los 26 kilómetros de la carretera elevada que une Arabia Saudita con el reino insular en las primeras horas e ingresaron en territorio bahreiní, informó la agencia de noticias Reuters citando fuentes sauditas.
«Forman parte de la fuerza del Consejo de Cooperación del Golfo que preservará las oficinas estatales», indicó Reuters.
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«No puedo asegurarlo», dijo Abdel al Mowada, vicepresidente del parlamento de Bahrein, a la cadena de noticias árabe Al Jazzera. «Escuchamos que venían, pero no es seguro», apuntó.
El gobierno pidió ayuda a sus aliados del Golfo tras el enfrentamiento del domingo entre policías y manifestantes en uno de los episodios más violentos desde que comenzaron los disturbios el mes pasado, cuando las fuerzas de seguridad de Bahrein mataron a siete personas.
El periódico The Gulf Daily News informó que el objetivo de la fuerza del bloque de seis países es «proteger instalaciones importantes».
Pero la presencia de efectivos sauditas no es bien vista por los manifestantes, quienes temen que les asignen la protección de Pearl, escenario de la mayoría de las protestas.
Cientos de manifestantes se concentraron este lunes en puestos de control provisorios dispuestos a hacer frente a la represión.
Patente ocupación
Organizaciones opositoras, incluido Wefaq, el mayor movimiento chiita del país, también se oponen al uso de efectivos extranjeros.
«Consideramos que el ingreso de todo soldado o vehículo militar al espacio aéreo, las aguas jurisdiccionales o el territorio del reino de Bahrein es una ocupación flagrante», reza un comunicado divulgado por Wefaq.
«El ingreso de fuerzas sauditas o de otros países del Golfo a Bahrein para hacer frente a la población indefensa representa un peligro real para los bahrenís y significa una guerra no declarada», añade.
Incluso partidarios del gobierno temen las consecuencias económicas de la intervención saudita.
«Quién querrá hacer negocios aquí si hay tanques sauditas en la carretera», preguntó el banquero Abdullah Salaheddin.
Algunos políticos de la oposición se reunieron con el príncipe heredero de la corona, Salman bin Hamad al Jalifa, para tratar de crear una instancia de diálogo nacional, lo que indica que todavía puede aparecer una solución.
El príncipe dio garantías de que se atenderán los principales reclamos de la oposición, como dar más poder al parlamento, reformar los distritos electorales y crear una verdadera monarquía constitucional.
* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.