Bahrein considera reducir o suspender la aplicación de impuestos a pequeñas y medianas empresas para ayudar a recuperar la deteriorada economía, que perdió unos estimados 500 millones de dólares desde el comienzo de las protestas populares en febrero.
Esas firmas estarían en riesgo de la bancarrota, ya que prácticamente no reciben ingresos debido a las grandes manifestaciones pro-democráticas y la represión de las Fuerzas de Defensa Bahireníes.
La inestabilidad comenzó el 14 de febrero, cuando la oposición, en su mayoría de la rama musulmana chiita, inició una serie protestas y sentadas demandando una reforma electoral, la liberación de los prisioneros políticos y la formación de un nuevo gobierno.
El régimen sunita del rey Hamad bin Isa Al Khalifa respondió a estas demandas dejando en libertad a varios cientos de presos y prometiendo celebrar un "diálogo" nacional con los grupos opositores.
Pero la oposición rechazó las ofertas del mandatario y exigió medidas más profundas, en tanto el monarca ordenó una dura represión a pesar de que las manifestaciones eran pacíficas— para impedir que los activistas bloquearan las carreteras.
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Pero el malestar popular había comenzado en agosto del año pasado, dos meses antes de las elecciones parlamentarias, cuando el gobierno comenzó a detener a numerosos activistas chiitas. La situación se agravó con las acusaciones de 23 destacadas figuras políticas y clérigos en septiembre de 2010, acusados de desestabilizar el país mediante violencia y sabotaje.
La represión lanzada por el régimen, y apoyada ahora por militares enviados por su vecino y aliado Arabia Saudita, no ha frenado las manifestaciones. Cerca de una decena de personas habrían muerto y cientos resultado heridas en los enfrentamientos.
Mientas, la monarquía intenta salvar también la economía. El Banco Central instruyó a todas las entidades bancarias en el país para que reestructuraran los préstamos a las compañías, sobre todo pequeñas y medianas, con el fin de reducir la presión financiera.
El gobernador (presidente) del Banco Central, Rasheed Mohammed Al Maraj, también reiteró la disposición de la entidad para cooperar con todas las instituciones financieras con el objetivo de garantizar la continuidad de las operaciones bancarias en todos los sectores.
En tanto, el sector turístico se ha visto duramente afectado, sobre todo luego de que se cancelaran las carreras de Fórmula Uno y varias conferencias internacionales previstas para la primera mitad de 2011.
"Nos vimos afectados 100 por ciento por la cancelación de la Fórmula Uno. Todas las reservas de avión, hotel y de alquiler de autos fueron canceladas, mientras que los ingresos por los turistas (del Consejo de Cooperación del Golfo) cayeron más de 50 por ciento", dijo a IPS el gerente de la agencia de viajes Al Kubasi Travel, Abdalá al Kubaisi.
Lo habitual es que, "en ésta época, las agencias de viaje tengamos grandes ingresos gracias a un auge en el sector, y la caída no estaba dentro de lo esperado", señaló. Además, subrayando el temor a un daño permanente en el sector si algunas oficinas no se mudaban a otras ciudades cercanas.
Al Kubaisi subrayó que los ingresos del turismo saudita cayeron drásticamente. Estadísticas oficiales indican que 17 millones de turistas (8.046 por día) llegaron desde Arabia Saudita a Bahrein el año pasado.
Los ciudadanos con empresas propias se han visto también dañados por la inestabilidad política.
Saeed Khadem, taxista desde hace 15 años, tiene dificultades ahora para satisfacer las necesidades de su familia. "No sólo me pasa a mí, sino a todos mis colegas. El más afortunado de nosotros gana 50 dólares diarios, que es muy poco, y la mayor parte se va en combustible", dijo.
La hotelería también se vio sacudida. Las reservas cayeron de 90 a 25 por ciento. El director ejecutivo del Grupo de Hoteles del Golfo, Ageel Eaees, informó: "Nuestras operaciones han sido generalmente lentas. Los hoteles cerraron algunas de sus habitaciones y suites, y redujeron las horas laborales de los restaurantes".
Las compañías internacionales no han escapado. La empresa de informática Microsoft informó que sus ingresos caerían para el cierre del actual año financiero, que termina en junio.
No hay cifras oficiales sobre las pérdidas financieras totales a causa de inestabilidad, pero analistas las estiman en unos 500 millones de dólares.
"Todos los sectores en Bahrein han sufrido por la actual situación en el país, incluso el alimenticio, sobre todo debido a que los visitantes regulares de los países del Golfo han dejado de venir", dijo el empresario Abdulrahman Fakhro.
También predijo el cierre de varias compañías y el despido de trabajadores locales y extranjeros si la situación no mejoraba.
Para salvar a la economía de Bahrein del desastre, el príncipe saudita Talalbin Abdulaziz Al Saud aseguró en su última visita que su gobierno seguiría invirtiendo en este país.
Señaló que sus proyectos procurarían explorar nuevas oportunidades de inversión, a la vez de respaldar a bancos de desarrollo y compañías locales.