Pese a los cercanos vínculos del presidente palestino Mahmoud Abbas con el egipcio Hosni Mubarak, por ahora parece improbable que se produzca un levantamiento contra su gobierno en Cisjordania.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) utiliza en Cisjordania fuerza bruta y tácticas de intimidación —similares a las desplegadas en El Cairo— para eliminar las protestas de solidaridad con los levantamientos de Egipto y Túnez.
Sin embargo, pese a que el presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, y su gobernante partido Fatah son muy conscientes de que su dominio del poder es tenue, parecería que los palestinos todavía no están listos para rebelarse como sus hermanos de la región.
Las Fuerzas Policiales Especiales de la ANP, la policía secreta y otro personal de seguridad vestido de civil desbarataron varios intentos de los palestinos en Ramalah por expresar su solidaridad con los manifestantes de Egipto y Túnez.
Mientras, la televisión palestina ha ignorado ampliamente el malestar reinante en la región.
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Agentes secretos vestidos de particular y policías agitando batones dispersaron por la fuerza a pequeñas manifestaciones improvisadas. Varios activistas fueron arrestados e incluso llevados a rastras.
Una manifestación a favor del presidente egipcio Hosni Mubarak en la que se presume hubo efectivos de seguridad no uniformados, se llevó a cabo sin interferencia de la policía.
Aunque el gobierno de Abbas finalizó oficialmente en enero de 2009, la ANP viene postergando desde entonces las elecciones. El portavoz de las fuerzas de seguridad de la ANP, coronel Adnan Dmeiri, dijo que se habían prohibido las protestas y advirtió que podrían conducir "al malestar y la inestabilidad".
La ANP gasta aproximadamente un tercio de su presupuesto en seguridad y tiene una de las mayores proporciones mundiales de personal de seguridad por civil. Muchos acusan a la ANP de administrar un estado policial sin que haya oficialmente un estado.
"Antes emitimos un comunicado advirtiendo que la ANP se dirige hacia la mentalidad de un estado policial", dijo a IPS Wissam Ahmed, de la organización palestina de derechos humanos Al Haq, con sede en Ramalah.
Pese a las restricciones, unos 1.000 manifestantes desafiaron el sábado en Ramalah la prohibición y se reunieron en el centro de la ciudad entonando eslóganes en apoyo a los opositores egipcios y exigiendo la renuncia de Mubarak.
Funcionarios de la ANP, conscientes de que esta manifestación en particular —que fue planificada con varios días de anticipación por una coalición de palestinos— concitaría una gran presencia de medios extranjeros, se dieron cuenta de que era imposible eliminarla y decidieron jugar la carta de la "democracia libre", permitiendo que se llevara a cabo.
Desde el inicio, el acontecimiento estuvo repleto de agentes de seguridad secretos, armados con pistolas ocultas y aparatos de radio. Todo fluyó hasta que un pequeño grupo de partidarios de Fatah, presuntos funcionarios de seguridad, empezaron a entonar eslóganes contra Abbas, en lo que parece haber sido un esfuerzo coordinado por alterar los procedimientos. De hecho, luego se los oyó entonando cánticos a favor de Abbas.
Tras algunas confrontaciones verbales, varias mujeres de la multitud fueron atacadas y maltratadas por partidarios de Fatah. Esto llevó a enfrentamientos físicos. Varias personas fueron llevadas a rastras por personal de seguridad y cuando sus amigos intentaron seguirlas hasta la comisaría un policía vestido de civil disparó hacia el aire.
Cuando IPS interrogó a algunos de los instigadores sobre si estaban trabajando para los servicios de inteligencia, uno de ellos se volvió verbalmente agresivo, retirando la fotografía a esta periodista, mientras que otro intentó hacer una zancadilla.
IPS dialogó con un grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad Birzeit que, fuera de la comisaría, esperaban noticias sobre un amigo que había sido arrestado.
"No queríamos que se entonara ningún eslógan partidario ni exhibirlo en pancartas. También le pedimos a la gente que no trajera la bandera de ninguna facción. Dejamos en claro desde el inicio que queríamos la unidad entre los palestinos y la solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de Egipto y Túnez", dijo Omar Abu Ghosh, de 20 años.
A él la policía lo retuvo durante varias horas "para su propia protección".
"Pero estos partidarios de Abbas siempre instigan los problemas e intentan dividir a la población. Ésta es una estrategia similar a la usada en El Cairo. Cuando empezamos a verlos sacar banderas de Fatah quisimos irnos", dijo Abu Ghosh a IPS.
La táctica de usar a integrantes de las fuerzas de seguridad para desbaratar las manifestaciones, ha ocurrido cada vez con más frecuencia en el último mes, tras los levantamientos populares de Egipto y Túnez y la divulgación de las actas de la ANP que han dado pie a acusaciones de que ésta actuó en connivencia con Israel.
Pero pese a los cercanos vínculos de Abbas con Mubarak y a su falta de popularidad, por ahora parece improbable que se produzca un levantamiento en los territorios palestinos.
La falta de unidad política, la ocupación israelí y el agotamiento son algunos de los factores por los que las calles palestinas todavía no están maduras para una revolución similar a la egipcia.
"Hemos visto décadas de levantamientos políticos y atravesado dos revueltas, ninguna de las cuales nos situó más cerca de la libertad, sino que de hecho nos volvieron más débiles y más pobres que antes", dijo a IPS el comerciante Aziz Zabanah. Hossam Al Gharbi, gerente de una cafetería, declaró a IPS que "a la gente le preocupa sobrevivir económicamente y alimentar a sus hijos, y tiene poca fe en los respectivos liderazgos".