La segunda ciudad más importante del Kurdistán iraquí está bajo toque de queda luego de que grupos de la sociedad civil de esta región autónoma lanzaran una movilización popular inspirándose en las protestas de Túnez y Egipto.
Al menos una persona murió y decenas resultaron heridas en Sulaimaniya cuando manifestantes atacaron la oficina central de uno de los dos partidos gobernantes, mientras que un edificio de la oposición fue incendiado en Erbil, la capital kurda.
Lo que comenzó como una manifestación civil en solidaridad con las protestas en Egipto y Túnez y en protesta por los malos servicios públicos y la corrupción terminó como una guerra político-partidaria.
Horas después del ataque al gobernante Partido Democrático del Kurdistán (KDP) en Sulaimaniya, la sede del movimiento opositor Gorran en Erbil fue incendiada.
Un líder de Gorran dijo a IPS que su grupo responsabilizaba al KDP por el ataque a la oficina. Las fuerzas de seguridad en esa ciudad son en su mayoría leales al KDP.
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Mientras, el KDP sospecha que elementos del Gorran tuvieron responsabilidad en el ataque a su edificio en Sulaimaniya.
Mohammed Tofiq, portavoz de Gorran, aseguró que su partido "no tenía nada que ver con las protestas" ni con el ataque al edificio.
"Estamos fundamentalmente en contra de lo que ocurrió hoy Si hubiéramos querido organizar protestas lo habríamos públicamente", señaló Tofiq, y criticó a guardias en el edificio del KDP por haber disparado contra los manifestantes.
El KDP es liderado por Massoud Barzani, presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí. El partido comparte el gobierno con su antiguo rival, la Unión del Kurdistán (PUK). Jalal Talabani, jefe del PUK, es presidente de Iraq.
Los incidentes del jueves se produjeron en el marco de una ola de protestas en varios países de Medio Oriente, que llevaron a la caída de los gobiernos en Túnez y Egipto.
El Kurdistán es una región sin acceso al mar ubicada en el oeste de Asia y norte de Medio Oriente, reclamada por el pueblo kurdo pero dividida en zonas administradas por Siria, Armenia, Turquía, Iraq e Irán.
El Kurdistán iraquí ha sido escenario de varias manifestaciones en los últimos años, fundamentalmente contra la corrupción y la mala administración de las autoridades locales.
Los organizadores de las protestas del jueves en Sulaimaniya habían llamado a los manifestantes a dispersarse luego de leer unos pocos discursos sobre los reclamos de la movilización. Pero decenas de personas continuaron marchando hacia la calle Salim, donde se ubican los más importantes edificios del gobierno y de los partidos políticos.
Al llegar a la sede central del KDP, los manifestantes comenzaron a entonar cánticos contra los gobernantes kurdos. Minutos después empezaron a lanzar piedras al edificio del partido y rompieron sus ventanas.
Testigos señalan que guardias armados del edificio abrieron fuego contra los manifestantes. Autoridades médicas informaron a la prensa que una persona murió y otras 50 resultaron heridas.
"Pude oír el sonido de las balas rozando mi cabeza. En ese segundo pensé que iba a morir. Estaban disparando justo a la multitud", dijo a IPS Karzan Kardozi, uno de los participantes de las protestas. "Nos escondimos en una playa de estacionamiento por unos tres minutos y todavía estaban disparando", añadió.
"Debe haber una investigación", dijo Kardozi. "Los que dispararon a la gente deberían ser llevados a la justicia, o el gobierno perderá credibilidad con su pueblo".
Hay temores de que las crecientes tensiones en el Kurdistán iraquí puedan causar seria inestabilidad, en especial a la luz de los acontecimientos regionales y la posibilidad de nuevas protestas.
Muchos ven las manifestaciones del jueves como la explosión de frustraciones acumuladas en varios sectores de la sociedad kurda por el fracaso de las autoridades en la provisión de servicios básicos, el combate de la corrupción y en la adopción de reformas políticas.
"La elite gobernante en Kurdistán no ha logrado hacer una seria autocrítica ni revisado sus acciones ni tomado serias medidas para atender las demandas públicas", dijo el activista Rahman Gharib, quien también participó de las protestas.
"El hecho de que haya un propagado descontento interno, sumado a la actual tormenta de protestas en la región, debe obligar a las autoridades kurdas a atender las demandas públicas", agregó.
Poco después del sangriento incidente en Sulaimaniya, el KDP divulgó una declaración señalando que "las fuerzas de seguridad no habían jugado un adecuado papel y el pequeño grupo de guardias que protegían el edificio debió defenderse", por lo que "varios atacantes fueron alcanzados".
A diferencia de Erbil, la mayoría de las fuerzas de seguridad en Sulaimaniya son leales al PUK.
Sulaimaniya, una vez baluarte del PUK, está ahora dominada por el movimiento opositor Gorran. Inspirado en los levantamientos populares de Egipto y Túnez, Gorran divulgó un comunicado a fines de enero exigiendo la disolución del gobierno y del parlamento del Kurdistán iraquí.
Eso puso furiosos a los partidos de gobierno, que acusaron al grupo opositor de intentar lanzar un "golpe" contra las instituciones "legítimas" de la región autónoma.
El gobierno y el parlamento del Kurdistán iraquí fueron elegidos en los comicios de julio de 2009, reconocidos como "libres y justos" por la comisión electoral de Iraq y por observadores internacionales.