Mustapha Suleiman vive en esta ciudad de la franja de Gaza, separada de Egipto por un muro de hierro, la cual cruza llevando pan, agua, latas de carne y algunas verduras para los soldados estacionados del otro lado.
"Lo que des el sábado lo recibirás el domingo", señaló Suleiman, de 27 años. "Estoy dispuesto a ayudar con lo que tengo, por todo el trabajo que hacen", apuntó.
Los efectivos egipcios se quedaron sin suministros al verse atrapados por los enfrentamientos entre beduinos y la policía antidisturbios hace dos semanas.
Al no recibir provisiones, los soldados recurrieron a la población de El Arish del lado egipcio, y los que están apostados en la frontera con Gaza pidieron ayuda a los propios gazatíes, quienes les acercan pequeñas raciones debido al bloqueo israelí.
"Escuchamos que nos llamaban y nos pidieron alimentos", dijo a IPS un policía gazatí. Los palestinos "comparten lo poco que tienen con los soldados egipcios", añadió.
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Muchas personas atraviesan el corredor Filadelfia, que conecta a Egipto con la franja de Gaza, con alimentos y otros suministros esenciales. Además se encuentran bastantes agujeros en el muro construido antes del retiro de Israel de este territorio en 2005.
Algunas de las provisiones ofrecidas a los soldados egipcios habían llegado a Gaza a través de los túneles subterráneos que la conectan con Egipto.
"Superamos nuestros obstáculos por vía subterránea y cuando los egipcios nos necesiten paleamos los suyos en la superficie", dijo a IPS el propietario de uno de los túneles, Wael al Nasri.
La propiedad de los túneles suele ser compartida entre egipcios y gazatíes. En su interior ahora el movimiento va en dirección contraria. Al Nasri relató que hace poco devolvió bolsas de harina a su socio egipcio.
No sólo los soldados se están quedando sin alimentos. "En estos cinco años de bloqueo israelí siempre nos apoyaron", recordó Al Nasri. "Ellos nos ayudaron y ahora nos toca a nosotros", añadió.
Al-Nasri levantó las bolsas que había vendido a Mohammad Qishta, quien se mostró dispuesto a colaborar, pues tiene familia del lado egipcio.
La escasez obedece a los "cortes de ruta implementados por matones y grupos armados", señaló Qishta. Muchos otros comerciantes hacen lo mismo que Al Nasri.
El gobierno de Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) trata de restringir el flujo de provisiones elementales como harina y aceite, apuntó Qishta. Si no llegan suministros a la otra punta de Gaza, toda la franja se verá afectada.
Algunos de los comerciantes de los túneles señalan que aumentó la demanda de armas livianas porque se agrava la situación del lado egipcio. Pero pocos están dispuestos a hablar al respecto. Ya ocurrió que tras enterarse, las autoridades confiscaron lo que ingresó de contrabando.
Además, parecería que el precio de mercado de las armas habría aumentado.
"Un fusil Kalashnikov solía costar entre 560 y 700 dólares antes de la revuelta", indicó Al Nasri. "Pero ahora se duplicó. La inseguridad hace que muchas familias que contrabandean por los túneles del lado egipcio necesiten más armas", apuntó.
Se siguen escuchando disparos en varios puntos del Sinaí. Incluso hubo bombas y fallido atentar contra un gasoducto que conecta con Israel. Pero lo que se sabe es poco porque la prensa no puede ingresar a la península.