Los militares de Egipto, que gobiernan el país tras la renuncia la semana pasada del presidente Hosni Mubarak, han atendido varias históricas demandas de la oposición, incluyendo la suspensión de la Constitución y la disolución del parlamento. Pero aún hay otras muchas por cumplir.
"El ejército ha respondido varias demandas hechas por la revolución", dijo a IPS Magdi Hussein, periodista de oposición y jefe del Partido Laborista Islámico (suspendido durante el régimen de Mubarak).
"Pero varias otras exigencias aún deben ser atendidas, una de las cuales es la liberación de los ciudadanos arrestados o desaparecidos en el curso de los últimos levantamientos", añadió.
El 11 de este mes, Mubarak entregó el mando al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que prometió a su vez ceder la autoridad a un gobierno civil electo democráticamente dentro de seis meses. Mubarak abandonó el poder luego de 18 días de manifestaciones populares en todo el país, sin precedentes en alcance e intensidad, y en las cuales más de 350 personas murieron y miles resultaron heridas.
En una serie de comunicados oficiales divulgados la semana pasada, el Consejo aprobó "demandas legítimas" de los manifestantes, subrayando que serían cumplidas "de acuerdo con un plazo específico". Los militares también prometieron garantizar una "transición pacífica del poder" a una autoridad civil electa, con la mira de construir un "Estado libre y democrático".
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En un comunicado el 12 de este mes, el Consejo también señaló que Egipto seguía "comprometido con todas las obligaciones y tratados regionales e internacionales", en referencia, entre otras cosas, al acuerdo de paz que desde hace 32 años este país mantiene con Israel.
Al día siguiente, el Consejo suspendió formalmente la Constitución y disolvió ambas cámaras del parlamento. También declaró su intención de gobernar los asuntos de la nación por los próximos seis meses hasta que se realicen elecciones parlamentarias y presidenciales libres.
El día 14, el Consejo designó a un "panel de expertos" de ocho miembros con el mandato de enmendar ciertos artículos de la carta magna relacionados con el proceso electoral y los límites presidenciales.
Las enmiendas serán estudiadas y redactadas cuidadosamente en los próximos 10 días antes de ser sometidas a referendo nacional dentro de dos meses.
Estos anuncios han sido elogiados con cautela por muchos miembros de la oposición.
"La disolución del parlamento, en el que se amontonaron compinches del régimen, junto con la promesa de entregar el poder a un gobierno civil electo en un plazo específico fue una buena manera de mostrarle al pueblo las buenas intenciones de los militares", señaló Hussein.
No obstante, varias otras demandas de la oposición siguen incumplidas. Para decepción de muchos, el Consejo militar decretó que el gabinete liderado por el primer ministro Ahmed Shafiq "continuaría como administración transitoria hasta que se forme un nuevo gobierno".
"El gobierno de Shafiq está integrado tanto por nuevos como antiguos ministros, todos designados por Mubarak", dijo Hussein. Repitiendo una opinión común entre líderes de la oposición, añadió: "¿Cómo es que Mubarak renunció pero su gobierno permanece? Se ha demostrado que todos los ministros son un fracaso".
Otras importantes demandas de la oposición siguen sin ser atendidas, como la liberación de presos políticos y el levantamiento de la Ley de Emergencia, que le da desde hace décadas poderes especiales al gobierno para llevar a cabo arrestos.
"Muchos de los detenidos o desaparecidosdurante los levantamientos no han sido liberados, sin mencionar los presos políticos que languidecen desde hace años en las cárceles", dijo Hussein.
"Mientras, la Ley de Emergencia, que prohíbe reuniones no autorizadas de cinco o más individuos, sigue en vigor", agregó.
El domingo, dos miembros del Consejo se reunieron con ocho líderes del levantamiento popular. En una declaración divulgada por Internet luego de ese encuentro, dos de los representantes de los manifestantes, Amr Salaama y Wail Ghoneim, aseguraron que los militares estaban comprometidos con instituir un "sistema de gobierno civil democráticamente electo".
"El Consejo nos informó que había mantenido el gobierno de Shafiq para proteger el interés público, pero también nos informó que trabajaría rápido para reemplazarlo", señalaron en la declaración. "Además nos reiteró su compromiso en juzgar a figuras del régimen".
"El Consejo de las Fuerzas Armadas además indicó que planeaba elaborar una lista con los arrestados o desaparecidos (durante el último levantamiento) y prometió comenzar a buscarlos", indicaron.
Hussein, quien acaba de terminar una sentencia a prisión de dos años por haber cruzado ilegalmente a la franja de Gaza durante la última ofensiva de Israel a ese territorio a fines de 2008 y principios de 2009, se mostró optimista.
"Creo que ahora hay suficiente conciencia de parte del público que nos permite hacer un seguimiento a los logros de la revolución", señaló. No obstante, alertó, el periodo de transición que se avecina "será peligroso".
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto está integrado por 17 miembros, incluyendo al histórico ministro de Defensa de Mubarak, Mohammad Hussein Tantawi, quien, ante la ausencia del presidente, ejerce como comandante en jefe.
Los militares egipcios han intervenido en dos ocasiones en la historia reciente egipcia para mantener el orden interno: una para acabar con protestas por el pan en 1977 y otra para aplastar un motín de funcionarios de seguridad en 1986.