La distinción entre regímenes «autoritarios» y «amigos» de derecha y las dictaduras «totalitarias» y «hostiles» de izquierda que hizo en el pasado Jeanne Kirkpatrick, ex representante de Estados Unidos ante la ONU, parece que sigue vigente para este país cuando se trata de propagar la democracia.
Estados Unidos ha criticado a gobernantes que, según Washington, encabezan regímenes autoritarios como Robert Mugabe, de Zimbabwe, el general Than Shwe, de Birmania, Saddam Hussein, de Iraq, Fidel Castro, de Cuba y, en los últimos tiempos, el presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko.
Sin embargo, ampara a otros varios gobiernos autoritarios, la mayoría de Medio Oriente, acusados de mantener leyes de emergencia, detener disidentes, reprimir a la prensa, torturar presos políticos y amañar elecciones.
Estados Unidos no tiene reparo en apoyar países que son claramente monarquías fuertes y regímenes autoritarios, como Arabia Saudita, Egipto, Jordania, Kuwait, Marruecos, Túnez, Yemen, por razones políticas, económicas o estratégicas.
El vínculo entre Washington y algunos gobiernos de Medio Oriente parece ser principalmente militar.
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"Estados Unidos está pronto para predicar la democracia en el mundo", indicó un diplomático asiático.
"Pero cuando hay protestas pacíficas que reclaman democracia, como las de Egipto, resulta que los gases lacrimógenos y los camiones lanza-agua utilizados contra los manifestantes, invariablemente, fueron fabricados en este país o en otro de Occidente", añadió.
Hace más de tres décadas, Egipto e Israel suscribieron en septiembre de 1978 el acuerdo de paz de Camp David.
"Por desgracia, uno de los precios a pagar por el tratado fue un acuerdo mediante el cual Estados Unidos se comprometió a suministrar asistencia militar a ambos países", indicó Natalie J. Goldring, del Centro de Estudios para la Seguridad y la Paz de la Facultad de Servicio Extranjero Edmund A. Walsh, en la Universidad de Georgetown.
La inestabilidad social y política en Egipto subraya la importancia de pensar en las consecuencias a largo plazo de la venta de armas, añadió.
"Muchas veces, los destinatarios de las armas de Estados Unidos son regímenes autocráticos que no merecen el compromiso" que ellas suponen, dijo Goldring a IPS.
Es desconcertante saber que gases lacrimógenos estadounidenses son utilizados contra los manifestantes. "Pero no sorprende", añadió.
El gobierno de Egipto debe mantener la ley y el orden y proteger la vida, la libertad y la seguridad de la población, señaló Navi Pillay, alta comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, al criticar la represión de las manifestaciones.
"Se me informó que desde el inicio de las protestas callejeras, la policía reprimió a los manifestantes con balas de goma, gases lacrimógenos, camiones de lanza-agua y palos y que detuvo a más de 1.000 personas, incluidas integrantes de la oposición", se lamentó.
Desde los acuerdos de Camp David, Egipto recibió más de 35.000 millones de dólares de la asistencia de Estados Unidos, la mayoría fondos militares sin obligación de devolución.
Washington comprometió 1.300 millones de dólares de fondos militares al extranjero para este año, 250.000 de apoyo económico y 1.400 millones para capacitación y educación militar internacional.
En la "Justificación del Presupuesto para el Congreso" legislativo de este año, el Departamento de Estado (cancillería) señaló que "Estados Unidos se beneficia práctica y políticamente de su relación estratégica con Egipto y del vasto apoyo que le provee para disuadir y contrarrestar las amenazas a la seguridad.
Esa cantidad incluye el suministro de apoyo logístico a las tareas militares de Estados Unidos en Afganistán e Iraq.
Irónicamente, Estados Unidos también se comprometió a mantener los programas de capacitación policial para promover los derechos humanos y las prácticas comunitarias como formas de transformar la forma de ejercer la autoridad.
Pillay deploró, el martes, la gran cantidad de víctimas en Egipto e indicó que hay denuncias no confirmadas que indican que unas 300 personas habrían muerto, más de 3.000 quedaron heridas y cientos detenidas.
También reclamó a las autoridades egipcias que se aseguren que la policía y otras fuerzas de seguridad no hacen un uso excesivo de la fuerza, y reclamó que se eviten las detenciones arbitrarias de personas por expresar sus opiniones políticas.
"El hecho de que el gobierno egipcio haya mantenido la ley de emergencia 30 años es una señal de su desprecio por los derechos humanos", añadió Pillay.
Además criticó el retiro de la policía de las calles el fin de semana, lo que pueden haber favorecido el saqueo generalizado.
Las protestas populares ocurridas en Túnez en enero se propagaron no sólo a Egipto, sino también a Yemen y a Jordania, dijo Goldring a IPS.
Es demasiado pronto para decir si se trata de una transformación regional, pero sin duda que en Medio Oriente hay más espacio para gobiernos democráticos, apuntó.
El acuerdo que firmó hace poco Estados Unidos con Arabia Saudita para venderle unos 60.000 millones de dólares en armas y servicios es sólo el último de una serie de transferencias similares a regímenes autoritarios de Medio Oriente, remarcó.
"Si los gobiernos caen, el control sobre los arsenales militares probablemente también desaparezca, con el riesgo de que armas estadounidenses de última generación terminen en manos de organizaciones hostiles a Washington", alertó Goldring.