Aunque constituye uno de los motivos más frecuentes de consulta médica en el mundo, el tratamiento del dolor en la infancia es en general desconocido. Ante esta situación, personal de los servicios de salud de diversas latitudes se reunieron en la capital cubana para intentar arrojar luz sobre ese fenómeno.
"En el caso de un niño, todo dolor es importante", aseveró el doctor canadiense Allen Finley. Este malestar "no es tratado adecuadamente", aseguró el también coordinador de proyectos internacionales al respecto, en el II taller de calidad de vida en dolor, dolor pediátrico y su rehabilitación, realizado esta semana en La Habana.
La cita internacional fue organizada por la Cátedra de Calidad de Vida, Salud y Felicidad de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, entre otras entidades, para promover un enfoque integral sobre el tema, que incluye el contexto psicosocial y el ámbito médico.
Entre cinco y ocho por ciento de los niños y niñas en el mundo sufren de dolor crónico, abundó en su conferencia Finley. Para este especialista hay barreras que impiden afrontar el problema, como el conocimiento, recursos, sociales e institucionales, estas últimas engrosadas por erróneas concepciones y prácticas médicas.
Las madres y padres que llevan a sus hijos a consulta por esta causa esperan encontrar soluciones, explicó. Con frecuencia, los procedimientos del personal de la salud provocan más angustia en los pequeños pacientes, dijo, basándose en estudios al respecto efectuados en naciones como Jordania.
En los países en desarrollo impacta la escasez de recursos humanos y materiales, cuando sólo 10 por ciento de la población mundial recibe 90 por ciento de los beneficios de los estudios en medicina. Pero, prevalece el "miedo" en la prescripción de drogas como la morfina y algunos fármacos de fácil acceso, afirmó.
"Las investigaciones tienen que generar acción. Tenemos que comenzar ya", instó Finley, coordinador del proyecto ChildKind, que ofrece acompañamiento a unidades de salud con áreas de tratamiento del dolor infantil y las avala con una certificación internacional, cuando cumplen los requerimientos pautados.
Una mirada al entorno social revela otros factores para la comprensión integral del dolor en la infancia.
Para el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Cuba, Juan Ortiz Brú, urge eliminar dolencias más "emocionales", provocadas por un orden discriminador en la sociedad, en la economía y la política.
La injusticia, la esclavitud infantil y el acceso limitado a la educación y salud, imprescindibles "motores del desarrollo personal", también laceran una satisfactoria calidad en las primeras etapas de la vida, analizó. "No es una cuestión de recursos, sino de prioridades políticas", opinó.
Más allá de la indicación de terapias, afrontar el dolor implica adentrarse en los preceptos de la bioética. "El paciente es un ente moral y jurídico, por eso lo más importante es su dignidad y proyecto de vida", profundizó el doctor cubano Ubaldo González, quien califica a la asistencia médica en crisis mundial por "la excesiva tecnologización".
Recuperar la tradición de la clínica y el contacto emocional, así como eliminar falsas ideas entre el personal médico como la no aplicación de ciertos anestésicos en la niñez o pensar que las y los pequeños no sienten dolor, encabezan las prioridades a su juicio. En los planes de estudio de carreras de salud debe abordarse más el tema del dolor, dijo González.
En Cuba hay varios retos. "Tenemos como dificultad el acceso a la información", explicó a IPS el inmunólogo Emigdio León. Por esa razón, concretar actividades como este encuentro internacional repercute en gran medida para el desarrollo de estudios y tratamientos del dolor pediátrico en esta isla caribeña.
"A pesar de que hay desconocimiento (en Cuba y en el mundo), tenemos un capital humano profesional con buena preparación e interesados en el tema", señaló León. Este hecho ofrece "un poco de seguridad y esperanza", añadió.
Este país vive un proceso de actualización de su modelo económico, que se definirá en el VI Congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba, a celebrarse en abril.
Esa reforma se resume en el "Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución" y prevé impactos en la salud pública.
Racionalizar el uso y alcance de estos servicios gratuitos para la población cubana y ampliar el empleo de la medicina tradicional y natural, figuran entre las propuestas, que en estos momentos se debaten en comunidades y sindicatos a lo largo de toda la isla.
Según León, el enfoque seguido en el país en el tratamiento del dolor incorpora esta especialidad de la medicina, que reivindica conocimientos de culturas milenarias en la curación humana. Sin embargo, "lo primero que tiene que haber es un cambio de mentalidad" entre un pueblo occidental, de elevada cultura médica.
La farmacóloga Nuvia Pérez abogó por la promoción de "técnicas analgésicas que no son farmacológicas". Pero, hay intensidades de dolor sólo tratables con medicamentos.
Pérez planteó a IPS la necesidad de contar con nuevas presentaciones en parches, sublinguales y bucales, "que eliminan varios efectos adversos de este grupo de fármacos (opioides)".
Por su parte, la neonatóloga Roxana del Monte insistió en cuánto queda por conocer sobre el dolor en los recién nacidos.
El experto indicó a IPS prácticas para minimizar el malestar en los bebés ante procedimientos médicos como ponerlos antes en el pecho de la madre, uso de la glucosa (azúcares) y educar a la familia en la importancia de las caricias.